¿Cuántos gramos de sal por litro?

¿Cuántos gramos de sal por litro de agua para hidratar?

Aquí va, en la quietud de la noche, la verdad a medias…

3. 5 gramos de sal por cada litro de agua.

Y ahora, el eco de mis pensamientos…

• La sal… me recuerda a las lágrimas. Tantas derramadas.
• 3. 5 gramos. Una medida tan pequeña para tanto consuelo. Para reponer lo perdido. ¿Pero repone de verdad?
• Agua… transparente al principio, luego turbia, salada. Como los recuerdos.
• Lavar las manos. Limpieza. ¿Pero cómo limpias el alma? El alma no se lava.
• Un litro. Una vida. ¿Es suficiente? Nunca es suficiente.

Quizás la hidratación no sea solo para el cuerpo. Quizás necesitemos sales, agua, limpieza… para algo más profundo. Algo que la noche siempre me recuerda. Algo que pesa.

A veces, pienso en mi abuelo. Él siempre decía que un poco de sal te devuelve a la vida. Era pescador, ¿sabes? Siempre olía a mar y a salazón. Le echo de menos. Muchísimo.

Y sí, esa media cucharadita, 3.5 gramos. Es para no deshidratarte. Para seguir adelante. Supongo.

Aunque, en realidad, qué sé yo…

Quizás mañana lo vea todo diferente. O quizás no.

¿Cuántos gramos de sal por litro de agua para hidratar?

¡Ah, la alquimia moderna, convertir agua en néctar de dioses (o al menos, evitar el colapso)!

La receta secreta, digna de un pergamino antiguo, es esta:

• 3.5 gramos de sal por cada litro de agua. ¡Voilà! Ya tienes tu poción hidratante. Si tuvieras el don de partir la sal en dos partes, como la del chiste, tendrías el doble de agua salada, ja ja.

• Lávate las manos. No queremos agregar sabor a “estornudo mañanero” a nuestra bebida revitalizante, ¿verdad? Imagínate, ¡un toque de… ejem, autenticidad!

Y ahora, el extra, porque ¿quién se conforma con lo básico?

• Sal vs. Sed: ¿Sabías que el sodio ayuda a retener líquidos? ¡Es como un portero en la portería de tu cuerpo, evitando que te seques como una pasa! Aunque a veces, si te pasas, te hincharás como un globo. ¡Todo con medida!

• El agua, esa gran olvidada: Recuerdo una vez, en mi época de estudiante de química (sí, yo, un alma atormentada por las reacciones!), que olvidé por completo hidratarme durante un maratón de exámenes. ¡Acabé viendo doble y confundiendo fórmulas con recetas de cocina! La moraleja: el agua es tu mejor amiga, no la abandones.

• No vale cualquier sal: Imagina usar sal de carretera para tu brebaje hidratante. ¡Sería como beber anticongelante! Utiliza sal de mesa normal, sin aditivos extraños. A menos que quieras experimentar con sabores “exóticos”.

• ¡Cuidado con el exceso! Si te pasas con la sal, tu cuerpo se rebelará con una sed insaciable. Es como cuando intentas añadirle picante a la comida y acabas llorando a moco tendido. ¡Menos es más!

¡Y recuerda! No soy médico, ni farmacéutico, ni siquiera un vendedor de agua milagrosa. Soy simplemente un humilde conocedor de la sal, que comparte su sabiduría (y alguna que otra anécdota) contigo. ¡A beber se ha dicho!