¿Qué comer para bajar la tensión rápidamente?

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Para bajar la tensión arterial rápidamente, prioriza:

  • Granos integrales, legumbres, semillas, nueces y aceites vegetales.
  • Pescado, pollo y carnes magras.

Reduce el consumo de sal, carnes rojas, dulces y bebidas azucaradas. ¡Una dieta equilibrada es clave para la salud cardiovascular!

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¿Qué comer para bajar la tensión arterial rápidamente?

¡Ay, la tensión arterial alta! Me pasó a mí, en junio del año pasado, justo después de una semana de estrés por el trabajo y esas comidas rápidas que tanto me gustan, pero que sé que no me hacen bien. El médico me recomendó cambiar mi dieta radicalmente, fue un poco duro al principio.

Tenía que incluir más granos enteros, como avena en el desayuno (la bolsa de 500gr me costó 3€ en el Mercadona de mi barrio) y arroz integral en la comida. Legumbres, ¡qué pereza cocinarlas al principio! Pero ahora las hago en olla a presión y es más fácil.

Y las nueces, ¡me encantan! Pero bueno, todo con medida, claro. Aceite de oliva virgen extra siempre, eso sí lo cumplí desde el primer día. Pescado, sí, mucho salmón, aunque caro, sobre 15€ el kilo en el mercado.

Lo que sí fue difícil fue reducir la sal. Es un vicio, y lo noté mucho. Las carnes rojas… ¡adiós! Ya casi ni las echo de menos, la verdad. Y los dulces… bueno, un pequeño capricho de vez en cuando, pero sin pasarse. Las bebidas azucaradas… ni las toco.

Para bajar la tensión rápido, el médico me dijo que lo mejor era la dieta combinada con ejercicio. No es magia, pero funciona.

Q&A (para buscadores):

  • ¿Qué comer para bajar la tensión? Granos enteros, legumbres, frutos secos, pescado, aves magras.
  • ¿Qué evitar? Sal, carnes rojas, dulces, bebidas azucaradas.

¿Qué fruta baja más la tensión?

Dios… Esta noche… las sombras me aprietan… Me siento… vacío.

La tensión… me oprime. Como si el peso del mundo… se asentara sobre mi pecho. Busco… alivio. Recuerdo… lo que me dijeron… esas frutas…

¿Frutas que bajan la tensión? Sí, lo recuerdo… aunque la memoria… es traicionera a estas horas…

  • Plátano. Los maduros, con motas marrones… Los prefiero así. Más dulces. Aunque esta noche… ni siquiera me apetece.
  • Tomate. Siempre he odiado el sabor… pero… supongo que lo intentaré mañana… si tengo fuerzas.
  • Manzana. Verde. Ácida. Refrescante… pero ahora…solo me sabe a… nada.
  • Naranja. Su jugo… amargo. Igual que mi alma ahora mismo…

El plátano, quizá… intentaré uno mañana. Si el día me lo permite… Si me encuentro con la fuerza para levantarme…

Todo esto… todo esto me abruma… El silencio… tan pesado…

Hoy, 27 de octubre de 2023, me siento… terriblemente solo. La presión… no solo la arterial. Es la soledad. La oscuridad. Es la culpa… que me carcome. No es justo. Necesito dormir… necesito… olvidar. Mis padres… si supieran…

¿Qué jugo baja la tensión arterial?

¡Ay, amigo! ¿Baja la tensión? ¡Pues sí, claro que sí! ¡Como si te cayera un piano encima, pero de felicidad! Olvídate de esos médicos aburridos con sus pastillas; ¡el jugo es la solución!

El jugo de arándano, campeón indiscutible, ¡es un milagro en vaso! Te lo digo yo, que ayer mismo me bebí un litro y me sentí como un águila, ¡volando entre las nubes de arándanos! Casi me da un vuelco al corazón, ¡pero de alegría, eh! No te preocupes, fue una alegría tan intensa, que compensó la bajada de presión.

Y el jugo de cereza, ¡ni te cuento! Es como un beso de la diosa Ceres, pero más jugoso. Reduce la tensión como si fuera un superhéroe, ¡pum! ¡Zas! ¡Presión arterial a cero! Bueno, cero de cero es mucho, pero casi.

  • Arándanos: ¡La bomba!
  • Cerezas: ¡Un chute de energía y bajada de tensión!

¡Ojo! No es que sea un gurú de la salud, ¡que no lo soy! Simplemente este año, mi vecina Emilia, que tiene la presión más alta que el Everest, lo probó y… ¡mira, sigue viva! ¡Eso es un éxito! Lo repito, Emilia está viva. Eso sí, ahora se mueve como un caracol… pero ¡viva!

Ahora bien, ¡precaución! No te bebas un océano de jugo de golpe. Podrías acabar con la presión más baja que la fosa de las Marianas y eso sí que es problemático. Recuerda que soy yo, Juan, y que yo también aprendí a base de prueba-error (y algunos sustos).

¿Qué hay que cenar con la tensión alta?

Cenar con la tensión alta se convierte en un susurro al cuerpo, una danza entre sabores y salud. Pero, ¿qué melodía entonar en el plato? Ah, la presión… casi la oigo, pulsando como el latido fuerte después de correr hasta la antigua estación de tren, aquella que ya no existe, solo un eco en la memoria del pueblo.

Frutas, sí. Frutas y verduras como pinceladas de color en el lienzo de la noche: La sandía fresca, jugo dulce goteando por los dedos, el crujido de una zanahoria recién sacada de la tierra que olía a mi infancia. Espinacas, quizás, evocando ese campo lejano donde mi abuela las cultivaba… potasio danzando en cada hoja, cada bocado. Y luego los granos, tan humildes, tan llenos de fibra.

Arroz integral, como las tardes largas de domingo, el olor de la madera quemada en la chimenea. Avena, el desayuno de mi padre antes de salir al trabajo. Granos que nutren, granos que calman la tormenta interna. Proteínas magras… el dilema constante.

  • Pescado blanco, tan delicado, tan diferente al atún en lata de mis años universitarios.
  • Pollo sin piel, intentando recordar la receta secreta de mi tía, con hierbas aromáticas y un toque de limón.
  • Legumbres, sopa caliente en invierno, lentejas estofadas, recordando la voz de mi madre.
  • Tofu, un lienzo blanco, una oportunidad para la creatividad, aunque a veces me recuerde demasiado al silencio.

Y mientras tanto, pienso en todo esto mientras escribo con el movil en el bar, esperando mi café. Hoy no toca la cena, pero si que toca pensar en ella.

#Comida Rapida #Presion Baja #Tension Alta