¿Qué es lo que se absorbe en el estómago?

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El estómago no absorbe nutrientes significativamente. Su función principal es la digestión química: el ácido clorhídrico desintegra el bolo alimenticio (masa de comida masticada) en quimo (sustancia pastosa). Este quimo, luego, se desplaza al intestino delgado para su absorción.

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¿Qué nutrientes absorbe el estómago?

Uy, qué lío el tema de la absorción en el estómago… A ver, si te digo la verdad, me acuerdo de biología en el instituto, 12 de mayo de 2018, en el aula 3 del IES Cervantes… Pero lo del estómago, ¡qué rollo! No era mi tema favorito, la verdad.

Lo que sí recuerdo es que el ácido clorhídrico, ese ácido que siempre nos enseñaban con tanto misterio, rompe la comida en cachos más pequeños. No es que la absorba directamente, ¿eh? Es como preparar el terreno.

Luego, ese “puré” (que le llaman quimo, qué nombre más raro), se va al intestino delgado. Ahí sí que pasa la fiesta de la absorción. Vitaminas, minerales… todo eso se absorbe allí, no tanto en el estómago. Al menos, eso es lo que recuerdo.

El estómago más que absorber, se encarga de la digestión mecánica y química, preparándolo todo para el intestino. Creo que por ahí iba la cosa, si no recuerdo mal.

¿Qué sustancias se pueden absorber en el estómago?

Ácidos débiles: pH bajo, forma no ionizada. Absorción principal.

  • Ejemplo: Ácido salicílico.
  • ¿Bases débiles? No. Intestino es su lugar.

El pH estomacal (1-3). Trampa química. Toxinas entran fácil. Salen… ya es otra historia. Recuerdo una resaca. Solo vodka barato. El estómago paga.

  • Alcohol. Rápido. Directo a la sangre.
  • Agua. Algo. No esperes milagros.
  • Algunas drogas. Depende. La química manda.

La membrana estomacal. Barrera imperfecta. Filtro roto. El cuerpo lucha. A veces pierde. La vida es eso. Una derrota anunciada.

Si quieres complicarlo:

  • Liposolubilidad: Clave. Atraviesa membranas fácil.
  • Tamaño molecular: Pequeño es mejor. Para todo.
  • Flujo sanguíneo: A más sangre, más absorción. Simple.

El estómago no es un colador. Es una puerta. A veces deja pasar lo que no debe. Como mis decisiones.

¿Qué expulsa los desechos del sistema digestivo?

El intestino grueso es el responsable principal de expulsar los desechos. Recibe lo que el intestino delgado no pudo procesar, absorbe agua y forma las heces, que luego se expulsan por el recto y el ano.

Pensar en el sistema digestivo es como imaginar una cadena de montaje biológica. Cada órgano tiene su función. El intestino grueso es como el encargado de la limpieza final.

  • Digestión: El proceso de transformar alimentos en sustancias asimilables.
  • Absorción: El paso de nutrientes al torrente sanguíneo.
  • Excreción: La eliminación de residuos no utilizables.

La fibra es crucial para un buen tránsito intestinal. Como suelo decirle a mi hermana, “más vale prevenir que lamentar”, y una dieta rica en fibra ayuda a evitar estreñimiento. Es como un “desatascador” natural.

¿Qué alimentos se digieren en el estómago?

A ver… ¿Qué se digiere en el estómago? Proteínas y grasas, eso seguro.

  • Grasas, sí, pero si te pasas…uff, ya sabes, digestión lenta, dolor de tripa. ¿Será por eso que siempre me siento fatal después de comer pizza? Demasiado queso, supongo.
  • Proteínas, obvio. Pero ¿todas? ¿O solo algunas? Mmm…
  • Vitaminas: intestino, no estómago. ¡Ah, claro! Se me había olvidado. Pero, ¿por qué en el intestino y no en el estómago? Debe ser por las enzimas, supongo. ¿O por el pH? A saber.

Y ahora que lo pienso, ¿qué pasa con los hidratos de carbono? ¿Empiezan en la boca con la saliva o también algo en el estómago? Tengo que buscar eso.

¿Cómo es la absorción intestinal?

Absorción intestinal: agua y nutrientes al torrente sanguíneo. El resto, desecho. Fin.

  • Intestino delgado: la clave. Ahí ocurre todo. Como la vida.

  • Peristaltismo: empuja, avanza. Siempre hacia delante, aunque no quieras. El residuo: el futuro de otro.

  • ¿Agua y nutrientes? Sangre. Directo al sistema. Rápido. Eficaz.

  • Lo que sobra, al intestino grueso. El olvido.

Información adicional:

  • Vellosidades: pequeñas prolongaciones. Amplifican la superficie. Más absorción. Más vida.

  • La glucosa se absorbe activamente. Un transportador. Necesita ayuda. Como todos.

  • Grasas: un proceso complejo. Linfa. Después, sangre. Otro camino.

  • Recuerdo un profesor de fisiología. Dijo: “Somos lo que absorbemos, no lo que comemos”. Tenía razón.

¿Qué órgano regula el balance de agua y electrolitos?

Los riñones. Maestros del equilibrio.

  • Filtran la sangre: Separan lo esencial de lo desechable. Agua, electrolitos, todo pasa por su juicio.
  • Regulan la excreción: Deciden qué se queda y qué se va. Orina, sudor… la balanza se inclina según sus dictados.

Mi abuelo, nefrólogo, decía: “Son los fontaneros del cuerpo, pero con cerebro”. Nunca entendí del todo su humor.

¿Qué hace la hormona ADH?

ADH: Control hídrico y presión arterial. Su función principal? Regula el balance de agua. Simple. Eficaz.

  • Vasoconstricción: Aumenta la resistencia vascular periférica. Presión arriba.
  • Riñones: Reabsorción de agua. Orina concentrada. Menos volumen.

Mi doctora, la Dra. Ramírez, me explicó esto en 2024. Problema de deshidratación tras mi maratón. Resultados de análisis: niveles bajos de ADH. Tratamiento: rehidratación agresiva, control de electrolitos. Recuerdo el sabor metálico en la boca, la sed insaciable… Un infierno.

Consecuencias de la deficiencia de ADH: Diuresis excesiva. Deshidratación. Hiponatremia (niveles bajos de sodio). Grave. Incluso fatal.

  • Síntomas: Sed intensa. Micción frecuente. Orina diluida. Deshidratación. Fatiga. Confusión.
  • Diagnóstico: Análisis de sangre y orina. Prueba de restricción hídrica.

Esencial. No subestimes su poder. La ADH: Un actor clave en la homeostasis. Un punto crucial, que en ocasiones, no se considera.

¿Qué nutrientes se absorben en el colon?

El colon. Absorbe agua, electrólitos. Punto. Eso es todo. O casi.

  • Ácidos biliares. Reciclaje eficiente. Materia prima.
  • Vitaminas K y B. Sí, algo. Pero poco. Despreciable.

Diez litros diarios. Un río interior. La vida es un flujo constante. Se va. No hay vuelta atrás.

Ácidos grasos de cadena corta. AGL. Mi digestión: lenta, pero eficaz. Como yo. Todo se transforma.

  • Agua. Esencial. El cuerpo es 70% H2O. ¿Sabes por qué? Pregúntamelo de nuevo otro día. No tengo ganas.
  • Minerales. Sodio, potasio… La vida es química.

Recuerdo 2024, un verano asfixiante. Deshidratación. El cuerpo es un mecanismo frágil, al final. Absorción deficiente. Consecuencias.

Olvida los detalles. Lo esencial. El colon: filtro y sumidero. Fin.

¿Cómo saber si tu cuerpo necesita electrolitos?

¡Ay, madre mía, los electrolitos! Se me antoja que son como esos invitados inesperados en una fiesta: necesarios, pero si hay muchos… ¡qué jaleo!

¿Cómo saber si tu cuerpo los reclama a gritos? Pues, olvídate de adivinanzas. Un análisis de sangre, ¡zas!, te lo aclara. Es como mirar dentro de un reloj suizo, tan preciso, solo que en vez de engranajes, son electrolitos.

Mi médico, el Dr. Pérez (un tipo que parece sacado de una comedia, pero ¡qué crack!), me explicó que es parte de un chequeo rutinario, o si hay sospecha de problemas con el equilibrio de líquidos – imagínate, ¡como un barco que se inclina demasiado! – o con los niveles de acidez.

Un panel de electrolitos es tu mejor aliado. Es como una pequeña investigación forense, pero para tu cuerpo. Revisan el estado de jugadores clave como sodio, potasio, cloro, calcio… ¡toda una liga de campeones! A veces los analizan todos juntos, otras por separado. Es un poco como un equipo de fútbol: unos juegan en la delantera, otros en la defensa, todos esenciales.

Si te sientes como un flan, con calambres, debilidad… ¡sospecha! Aunque, ojo, no te autodiagnostiques, que no eres House. Y hablando de House, ese sí que entendía de electrolitos… ¡aunque su método era un poco… peculiar!

  • Análisis de sangre: La forma más fiable.
  • Síntomas: Calambres musculares, debilidad, mareos (pero ¡ojo!, podrían ser otras cosas).

Este año, mi propio análisis mostró niveles de potasio un pelín bajos. ¡Casi me caigo del caballo! (aunque solo era mi bici). El Dr. Pérez me mandó comer más plátanos. ¡Qué remedio más dulce! ¡Y funciona!

En fin, que la mejor forma de saber si necesitas electrolitos es una simple prueba. Y si te sale algo raro, que el médico te diga qué hacer, no te pongas a experimentar con sales de baño… ¡que no es lo mismo!

¿Qué pasa si dejan de funcionar las glándulas suprarrenales?

Fallo suprarrenal: crisis. Muerte si ignoras la urgencia. El cuerpo exige cortisol en momentos críticos: enfermedad, trauma, bisturí. Ignora: pagas.

¿Consecuencias?

  • Shock: Baja presión, desmayo.
  • Dolor: Abdominal, lumbar, pierna.
  • Vómito: Deshidratación.
  • Debilidad extrema: Imposibilidad de movimiento.

Mi experiencia: Vi un caso en urgencias. Un hombre. Confusión. El equipo médico actuó rápido. Hidrocortisona intravenosa. Salvó la vida. No juegues con esto.

Información adicional:

La insuficiencia suprarrenal puede ser primaria (la glándula falla) o secundaria (problema en la pituitaria). El tratamiento es de por vida: reemplazo hormonal. Lleva siempre contigo una identificación médica. No confíes en la suerte.

¿Qué hormona regula el nivel de sodio y potasio?

¡Uf! Recuerdo ese examen de fisiología en 2024, en la universidad de Valencia… ¡qué agobio! Estaba sudando, la sala era una sauna, y mi cerebro… ¡un desierto! La pregunta: ¿qué hormona regula sodio y potasio?

Aldosterona, ¡claro! Eso sí lo tenía claro, aunque me costó recordarlo entre tantos detalles. Me vino la imagen de la glándula suprarrenal, esa pequeña cosa tan importante…

Se me aceleró el pulso. Sentí un calor horrible en las mejillas. Estaba segura, pero el miedo a equivocarme… ¡ay Dios!

Es una hormona esteroidea, ¿no? Sí, sí, lo recordé en el último momento. ¡Qué alivio!

  • Acción en el riñón: reabsorción de sodio, excreción de potasio.
  • Corteza suprarrenal: lugar de producción.
  • Equilibrio hídrico-electrolítico: función principal.

Casi me desmayo. ¡Qué tensión! Después del examen, me tomé un café con leche en la cafetería de la facultad con mi amiga Clara. Necesitaba azúcar urgente. Aún me tiemblan las manos al recordarlo.

Ese examen… la aldosterona… ¡qué pesadilla!

Nota: Ese día aprendí que necesito repasar más a menudo. Llevo un esquema mejor de estudio este año. ¡Nunca más!

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