¿Qué hago si se me quema el arroz?

¡Ay, el arroz quemado! Uf, solo de pensarlo me da escalofríos. ¿A quién no le ha pasado, verdad? Ese momento en el que estás concentrado en otra cosa, quizás contestando un mensaje o simplemente disfrutando de la conversación, y de repente… ¡zas! El olor inconfundible a quemado invade la cocina.

Recuerdo una vez, estaba preparando una paella para un grupo de amigos. Todo iba perfecto, la carne dorándose, las verduras desprendiendo ese aroma que te abre el apetito… ¡Estaba tan metida en la conversación que se me olvidó por completo el arroz! Cuando volví a la cocina, el desastre era monumental. ¿Os imagináis la cara que puse? Menos mal que mis amigos son comprensivos y al final nos reímos mucho, pero el susto… ¡madre mía!

Ahora, ¿qué hacer cuando te pasa esta desgracia? Pues mira, yo tengo mi truquito, nada del otro mundo, pero a mí me funciona bastante bien. Lo aprendí de mi abuela, que era una verdadera maestra en la cocina (aunque hasta a los maestros les pasa, eh?).

Lo que hago es lo siguiente: en cuanto huelo ese fatídico olor, ¡corriendo! Quito la olla del fuego y, sin remover ni tocar nada, pongo unas rebanadas de pan blanco encima del arroz quemado. Sí, pan blanco del de molde, el más simple. Luego, tapo la olla y espero unos minutitos, unos 5 o 10 minutos más o menos. El pan, por lo visto, absorbe el olor a quemado.

No es magia, no esperes que el arroz vuelva a estar como nuevo, pero te aseguro que ayuda a rescatar una buena parte y evita que tengas que tirar todo a la basura. Y, sinceramente, ¿a quién le gusta tirar comida hoy en día? Además, así no te comes todo ese sabor amargo que te arruina el plato.

Ojalá te sirva este pequeño consejo. Y si no, pues… ¡siempre puedes decir que es una receta nueva, un arroz a la brasa con un toque ahumado! 😉