¿Qué métodos de separación se utilizan en la cocina?

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Métodos de separación comunes en la cocina:

  • Filtración (ej. colador)
  • Decantación/Sedimentación (ej. separar nata de la leche)
  • Extracción por presión (ej. exprimir un limón)
  • Extracción por disolventes (ej. infusión de té)
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Vale, a ver, esto de los métodos de separación en la cocina… ¡Qué interesante! Nunca me había puesto a pensarlo así, como si fuera una clase de química, ¿sabes? Pero ahora que lo veo, ¡claro que sí! ¡Está en todas partes!

Empecemos por la filtración. ¡El colador! ¿Quién no tiene un colador en casa? Yo tengo uno heredado de mi abuela, un poco abollado ya, pero ¡funciona de maravilla! Lo uso para colar la pasta, obviamente, pero también para hacer caldo casero. ¿Alguna vez has hecho caldo casero? Después de cocer la carne y las verduras durante horas, queda un líquido turbio lleno de “cositas” flotando. ¡Ahí es donde el colador se convierte en mi héroe! Adiós trocitos de hueso, pieles de cebolla… ¡Hola, caldo limpio y sabroso! ¿No te parece magia?

Luego está la decantación o sedimentación. Esto me recuerda a cuando intenté hacer yogur casero por primera vez. ¡Un desastre total! La nata se separó del suero, y aunque el sabor no era malo, la textura… ¡uff! Digamos que no era muy apetecible. Pero esa separación, esa “nata” que se iba arriba, ¡eso es decantación! Ahora entiendo por qué en las recetas ponía “dejar reposar y retirar la nata”. ¡Tenía sentido! ¿No te ha pasado alguna vez algo parecido, un pequeño desastre culinario que te enseña algo?

Extracción por presión. ¡Ah! Exprimir un limón. Qué placer. El aroma, el chorrito ácido que salta… Lo hago cada mañana para mi agua con limón. ¿Sabías que un estudio dice que el zumo de limón ayuda a alcalinizar el cuerpo? No sé si será verdad, pero a mí me sienta de maravilla. Y esa simple acción, la de presionar el limón para sacar su jugo, ¡es extracción por presión! ¿No es increíble cómo cosas tan cotidianas tienen nombres tan técnicos?

Y por último, la extracción por disolventes. ¡El té! Mi momento zen del día. Un poco de agua caliente, una bolsita de té (yo soy más de manzanilla para la noche) y ¡listo! El agua, actuando como disolvente, extrae los sabores y aromas de las hojas. ¿Te has fijado en cómo cambia de color el agua? Ese color, ese sabor, ¡es gracias a la extracción! Recuerdo una vez que dejé la bolsita de té demasiado tiempo… ¡Qué amargura! Demasiada extracción, supongo…

Así que ahí lo tienes. Cuatro métodos de separación que usamos todos los días, a veces sin darnos cuenta. La próxima vez que estés en la cocina, presta atención. ¡La química está en todas partes! ¿No te parece fascinante?