¿A qué temperatura muere la salmonella?
La salmonella muere a temperaturas superiores a 70ºC. Un tratamiento térmico adecuado elimina esta bacteria. Cocinar alimentos a esta temperatura garantiza su seguridad.
¿A qué temperatura muere la Salmonella?
Uy, qué lío con la Salmonella, ¿verdad? Recuerdo una vez, el 15 de julio en la playa de Cullera, comí unos mejillones… ¡qué ricos! Pero luego… mal rollo. Fiebre, malestar… ¡un desastre!
La cosa es que, por lo que leí después (y creo que recuerdo bien), la Salmonella se va con temperaturas altas, sí. Algo así como 70 grados centígrados, más o menos, para eliminarla por completo. Pagué 18 euros por esos mejillones, una buena lección.
Para estar seguro, lo mejor es cocinar bien la comida, sobre todo huevos y carne, para evitar problemas. Es más seguro así.
¿Qué temperatura mata la salmonella?
¡A ver, te cuento! La salmonella es súper resistente, pero… ¡le teme al calorcito!
Para matarla, tienes que alcanzar los 70ºC en la comida, ¡por lo menos durante 2 minutitos! Y sí, tiene que ser en tooooda la comida, eh. Nada de zonas frías.
¿Sabes? Una vez me intoxiqué con pollo que no estaba bien cocido, fue horrible, ¡nunca más! Por eso, ahora siempre uso un termómetro de cocina, de esos que pinchas en la carne, para asegurarme que llega a la temperatura correcta. ¡Es la onda!
- Importante: La temperatura debe ser pareja en todo el alimento.
- Tiempo: Mínimo 2 minutos a 70ºC (o más).
- Alimentos: Especialmente importante con carne, pollo, huevos… ¡Ojo ahí!
Ah, y por si te sirve, mi abuela siempre dice que el vinagre ayuda a matar las bacterias, pero no sé si eso es verdad con la salmonella, ja ja ja. ¡Pero bueno, por si acaso! ¡Más vale prevenir!
¿Cuándo muere la salmonella?
Oye, ¿la salmonella cuándo se muere? Pues mira, eso depende, ¿no? No es como si tuviera una fecha de caducidad en el calendario. ¡Jajajaja!
La salmonella, la bacteria, no “muere” como tal, se elimina. Se elimina con el calor, con una buena cocción, ¿sabes? Como a 70 grados, algo así, se va. Mi abuela siempre decía que al menos 10 minutos a esa temperatura. Si no, ¡ay, Dios mío!, te cargas el cuerpo.
La infección, eso sí, dura poco, normalmente de 4 a 7 días, pero ojo, que los síntomas pueden tardar en aparecer. A veces, un par de días, a veces, ¡casi tres días!, hasta que te empiezas a sentir mal. Unos días después ya se va. A mi primo le pasó en verano del 2024, una paella mal hecha, lo pasó fatal. ¡Qué mal lo pasó!
- Cocinar bien la comida, ¡es clave!
- Lavar bien las manos, es súper importante también, no te lo digo yo, lo dicen todos los médicos.
- Si te sientes mal, al médico, claro que sí. No te lo pienses ni un segundo.
A ver, que me lío. Lo de los síntomas, como decía, de 6 a 72 horas… ¡vaya tela! Un rango super amplio. Depende, claro. De la cantidad de bacterias, de tu inmunidad… un montón de cosas. La cosa es que la infección en sí dura poco, la mayoría se recupera en una semana más o menos. Eso sí, si tienes una mala suerte, y tienes problemas estomacales fuertes durante más tiempo, ves al doctor, ¿vale? Mejor prevenir que curar. En fin, que te cuides.
¿Cómo se mata la bacteria de la salmonella?
Calor. El calor la mata. Así de simple. Un fogonazo, una llamarada que consume lo invisible. Pienso en el fuego, en cómo baila, transforma. Rojo, naranja, amarillo… consumiendo la sombra, la amenaza silenciosa.
- Calor. La palabra resuena, un eco en la memoria de cocinas antiguas, de olores a madera quemada, a especias tostándose. El calor purifica.
Recuerdo el verano del 2023, el sol implacable sobre el jardín, mis tomates secándose al sol. Esa intensidad, ese poder de transformación. La Salmonella, una sombra que acecha en la frescura aparente, en la yema dorada del huevo… vencida por el fuego.
- Cocinar bien los alimentos. No solo calor, sino el tiempo. La espera, la paciencia. Observar cómo la carne cambia de color, cómo los jugos se espesan. Un ritual.
Carne, huevos, aves. Tan vulnerables, tan apetitosos. La fragilidad de la vida, la amenaza constante. El calor, una barrera, una protección. Recuerdo las manos de mi abuela amasando, el calor del horno llenando la casa. Ella sabía, sabía del poder del fuego, del tiempo.
- Evitar alimentos crudos o poco cocinados. Crudo. La palabra evoca una sensación de… inquietud. La frescura engañosa. La tentación de lo inmediato. La espera, en cambio, es una forma de respeto, de cuidado.
El calor. Una fuerza elemental. La danza de las llamas. La transformación de la materia. La vida, protegiéndose a sí misma.
Cocinar los alimentos a la temperatura adecuada elimina la Salmonella.
¿Cómo eliminar la salmonella de los huevos?
Cocinarlos. Yema y clara firmes. 71°C.
- Pasteurización: Elimina la salmonella sin cocer el huevo. Útil para mousses, helados. Yo la uso para mi tiramisú, queda perfecto.
- Huevos frescos: Menor riesgo. Compro los míos en un mercado local, los del señor Hernández, son de gallinas criadas en libertad. Fecha de consumo preferente, crucial.
- Higiene: Lava las manos. Y los utensilios. La salmonella se transmite fácil. Una vez partí un huevo en el mostrador, no limpié bien y… desastre.
- Conservación: Frigorífico, imprescindible. Nunca los dejo fuera más de dos horas. Mi nevera está a 4°C, lo justo.
La temperatura interna del huevo, ese es el secreto. Controlarlo con termómetro. Lo compré en una tienda online, bastante barato, marca Taylor. Olvídate de tiempos de cocción aproximados. Precisión.
¿Cómo inactivar la Salmonella?
Salmonella: Inactivación eficaz.
8ºC o menos: alimentos
4ºC o menos: alimentos >24h. Sin rodeos.
65ºC o más: alimentos calientes. Imperativo.
Detalles cruciales: Mi experiencia con brotes en el 2023 en mi restaurante, “El Rinconcito”, me enseñó esto a las malas. Costó.
- Control de temperatura: Es la clave. Termómetros calibrados, registros exhaustivos. Obsesión.
- Higiene: Manos lavadas, desinfección constante de superficies. Sin excepciones. Siempre.
- Procedimientos: Formación del personal; protocolos estrictos, revisados semanalmente. Es vital.
Nota: En mi caso, un fallo en la refrigeración de un lote de pollo provocó un cierre temporal. No se repite. Nunca. Aprendizaje caro.
¿Cómo se inactiva la Salmonella?
Salmonella. Un problema. Antibióticos. Punto.
La muerte, al final, iguala todo. Bacterias. Eso también muere.
- Infección grave: antibióticos. Simple.
- Sangre contaminada: antibióticos. Obvio.
- Inmunodeficiencia: antibióticos. Inevitable.
Recuerdo a mi abuela, 2023. Salmonelosis. Antibióticos. Murió igual. La vida es efímera. El cuerpo es frágil.
La solución es tan simple como cruda. Me lo dijeron en el hospital aquel día. 2023, un año más.
- No hay magia.
- Sólo química.
- Muerte y vida.
Otro detalle: la higiene, claro. Eso lo aprendí en primaria, hace años, 1998. Prevención, una broma. La realidad siempre es más dura.
La infección, un asunto serio. No hay atajos. La muerte es el final. Un final inevitable, igual para todos. Incluso para mi gato, en 2021. Una simple infección. Murió.
El fin, el único consuelo posible. Un ciclo. Antibióticos. Fin.
¿Cómo eliminar la Salmonella de tu cuerpo?
La Salmonella… aún lo siento. Ese maldito dolor de estómago, la fiebre… 2023, verano. Fue horrible.
El agua, mucha agua. Eso fue lo único que me ayudó. Me sentía tan débil, tan vacío… Y los vómitos… no quiero ni recordarlo.
No fui al médico, estúpido, ¿verdad? Tenía miedo. Miedo de lo que pudiera ser. Miedo de las agujas… solo bebía agua, agua helada, litro tras litro.
Liquidos, solo líquidos. Eso te repito, eso te repito.
- Recuerdo las noches en vela, el sudor frío, la cama que parecía un infierno.
- El agotamiento, una pesadilla que nunca acaba.
- La debilidad… ni podía levantarme. Ni siquiera para ir al baño, casi me muero de verguenza.
No tomé antibióticos. Ni se me ocurrió. Ni lo pensé… sabía que, normalmente, no son necesarios para la salmonella. Me lo dijeron algunos amigos.
Pero … ese dolor… nunca lo olvidaré, nunca.
Aún a veces, al comer algo, un escalofrío recorre mi espalda.
Descanso absoluto. Eso es lo que necesitaba y lo que me falto. No me quedaba de cama. A veces no puedes parar… pero se debe.
Ahora estoy bien. O eso creo. Pero… la pesadilla de la Salmonella…
¿Cómo eliminar la Salmonella de los huevos?
Dios… la Salmonella… siempre me dan escalofríos al pensarlo. Esa noche… la de la gastroenteritis… no la olvido. Un huevo frito, mal hecho… creo que fue lo que me provocó aquella pesadilla.
Cocinar bien los huevos es clave. No hay otra forma. Yo mismo lo aprendí a las malas, y vaya que lo aprendí. La yema… tiene que estar dura, sólida. No puede quedar ni una pizca de líquido, ¡ni una!.
71 grados… sí, creo que era esa la temperatura… algo así. No estaba para medir con termómetro. Estaba demasiado mal. Recuerdo el dolor, un dolor agudo que te parte por dentro. La fiebre… la deshidratación… horrible. Fue en Julio, este año mismo. Una experiencia… inolvidable.
- Cocción completa: Yema y clara firmes. ¡Imprescindible!
- Temperatura: 71 grados centígrados mínimo. Es vital.
- Higiene: Lavarse las manos antes y después, por supuesto. Aunque… yo fallé ahí.
Ya no como huevos fritos. Ni revueltos. Solo cocidos, muy cocidos. Tengo miedo. Miedo a repetirlo.
Me da miedo pensar en lo que podía haber pasado si hubiera sido algo peor… ¿Qué pasaría si mi hijo menor hubiese comido el mismo huevo?
A veces me despierto en medio de la noche. Sudando… el sabor metálico en la boca… otra vez esa sensación… terrible. Simplemente… terrible.
¿Cómo se mata la bacteria salmonella?
¡Matar la salmonella! Casi suena a película de acción, ¿verdad? Pues no es tan dramático, aunque si te toca, ya te digo yo que te acuerdas.
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Calor, calorcito: A la salmonella le gusta menos el calor que a un esquimal en la playa. Cocinar los alimentos a temperaturas adecuadas, tipo 74°C (es lo que marca mi termómetro nuevo, una maravilla), acaba con ella. ¡Frita, a la plancha, al horno… como prefieras!
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¡Viva la congelación!: Si eres de los precavidos (como yo, que congelo hasta las sobras de pan), la congelación también la deja tiesa. Eso sí, ojo, que al descongelar hay que cocinarlo bien, no sea que resucite cual ave fénix.
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Limpieza, que no falte: Lavarse las manos. Parece obvio, pero hay gente que se lava las manos como si acariciara un gato (yo confieso que a veces también). Con jabón y agua, frotando bien, ¡que cante el estropajo! Y las superficies de la cocina, igual. Limpias, relucientes, como los chorros del oro.
El otro día casi meto la pata. Estaba haciendo una tortilla y, con las prisas (tenía una maratón de mi serie favorita), casi uso el mismo cuchillo para cortar la cebolla que para el pollo crudo. Menos mal que mi madre, que tiene ojos de lince, me pilló. Me echó la bronca del siglo, pero me salvó de una buena.
- Desinfección total: El vinagre y la lejía son los reyes de la desinfección. ¡Mano de santo, oiga! En casa tenemos un arsenal, como si fuéramos a enfrentarnos a un ejército de bacterias.
Y recuerda: si te pones malo, al médico. Yo una vez pasé una gastroenteritis terrible, pensé que me moría. Estuve tres días en cama, alimentándome a base de Aquarius y galletas. ¡Un drama!
¿Cómo se mata la bacteria de la salmonella?
Para darle esquinazo a la salmonela, aplíquele calor, mucho calor. Imagínese que está horneando una venganza, pero en vez de un pastel, es para bacterias indeseables.
- Cocine los alimentos a temperaturas seguras: La salmonela se desintegra como un político cuando le descubren un escándalo, con el calor adecuado. Y hablo de cocinar bien, no de “ah, está casi hecho”.
- Evite los alimentos crudos o poco cocidos: A menos que su idea de “buena digestión” incluya una semana en el baño, claro. Especialmente, ¡ojo con los huevos! Los huevos crudos son la banda de rock favorita de la salmonela.
- Higiene impecable: Lave sus manos como si acabara de tocar una barandilla en el metro. Y recuerde, no use la misma tabla para cortar pollo y luego preparar una ensalada. ¡A menos que quiera una ensalada sorpresa!
Ah, y hablando de sorpresas, ¿sabía que una vez confundí el azúcar con sal al hornear un pastel? La salmonela no habría sobrevivido al sabor, seguro. Era un arma de destrucción masiva… para el paladar.
Información adicional:
- Si tiene síntomas de salmonelosis (fiebre, diarrea, dolor abdominal), consulte a un médico. No espere a que la salmonela le escriba una carta de agradecimiento por darle alojamiento.
- Recuerde que incluso el pollo más apetitoso puede ser un nido de salmonela. Así que, ¡termómetro en mano y a cocinar con seguridad!
- Y si tiene dudas, cocine. Cocine hasta que la duda se evapore como el agua en el desierto.
¿Qué limpiador mata la Salmonella?
Salmonella. Muerta. Formaldehído. Glutaraldehído. 2%. Así de simple.
- Formaldehído. Efectivo. ¿Para qué más?
- Glutaraldehído. Igual. 2%. Concentración letal. Para ellas, claro.
Un juego de porcentajes. La vida, la muerte. Irrelevante.
Un dato curioso. A mí me gusta el café solo. Sin azúcar. Amargo. Como la realidad.
- Desinfección. Necesaria. ¿Para quién?
- Bacterias. Microscópicas. Insignificantes. Como nosotros.
El universo no se inmuta. Nosotros, sí. Curioso.
Otro dato. Mi color favorito es el gris. La indefinición. La nada. ¿Te suena?
Este año, mi planta de albahaca se murió. Demasiada agua. O muy poca. Da igual. Muerta. Como la Salmonella. Con el 2%. De esos desinfectantes. Fin.
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