¿Cuáles son los 4 tipos de intoxicación?

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Las intoxicaciones se clasifican, según su evolución, en cuatro tipos principales:

  • Sobreagudas: De instauración rapidísima.
  • Agudas: Desarrollo rápido del cuadro tóxico.
  • Subagudas: Evolución más lenta que las agudas.
  • Crónicas: Exposición prolongada al tóxico.

Las vías comunes de exposición en casos fatales incluyen la ingestión, inhalación y vía parenteral.

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¿Cuáles son los 4 tipos de intoxicación más comunes y peligrosos?

¡A ver, a ver! Intoxicaciones… uff, tema delicado. No soy médico ni nada, pero por lo que he visto y vivido, te cuento lo que creo que son las más comunes y peligrosas.

Primero, la ingestión. ¡Claro! Quién no ha tomado algo en mal estado o confundido productos de limpieza con otra cosa. Me pasó una vez con un bote que parecía zumo, menos mal que solo di un traguito, que mal rollo.

Luego, la inhalación. El monóxido de carbono es un asesino silencioso. Un invierno en mi casa de la sierra, noté un dolor de cabeza raro y cansancio extremo. Resultó que la chimenea no tiraba bien, ¡un susto!

La vía parenteral, o sea, por inyección, da cosica solo pensarlo. Drogas, medicamentos mal administrados… imagínate el peligro. ¡Qué mal!

Y por último, aunque no sé si clasificarla como “tipo”, la exposición prolongada a tóxicos. ¡Eso es chungo! Por ejemplo, los mineros que respiran polvo de sílice durante años. ¡Terrible!

Preguntas y respuestas concisas:

  • ¿Cuáles son las vías de exposición en muertes por intoxicaciones? Ingestión, inhalación y vía parenteral.

  • ¿Cómo se clasifican las intoxicaciones según su evolución? Sobreagudas, agudas, subagudas y crónicas.

¿Cómo saber qué tipo de intoxicación tengo?

Síntomas. Eso es lo que importa. Náuseas. Vómitos. Diarrea. Simple.

Identifica el tóxico. Esto es crucial. ¿Comida? ¿Medicamento? ¿Algo más…? A veces, ni se sabe. La ignorancia es un lujo, o una condena.

  • Dolor abdominal. Intenso. Constante. O esporádico. Da igual. El dolor es sólo un aviso. El cuerpo habla. ¿Escuchas?

  • Fiebre. Alta. Baja. No importa. Un síntoma más. Como un punto en un mapa incierto. La intoxicación es un laberinto.

  • Deshidratación. Sequedad en la boca. Debilidad. La vida se escapa como arena entre los dedos. Literalmente.

Ve al médico. Ya. Esto es obvio. O llama a emergencias. 112. No esperes. La indecisión es peligrosa. Lo sé por experiencia. Recuerdo la vez con el mejillón contaminado…

No intentes automedicarte. Ya tuve una intoxicación por antiinflamatorios en 2023, casi me mata. No lo intentes.

El tiempo es un factor crítico. Cada minuto cuenta. Literalmente. La vida es frágil. Lo aprendí.

  • Mareos. Confusión. Visión borrosa. Otro aviso. El cuerpo te avisa de que algo falla, gravemente. No lo ignores.

La muerte no es un final, dicen algunos, pero prefiero vivir. Simple. La vida… es un detalle.

Más datos:

  • Tipos de intoxicaciones: alimentarias, medicamentosas, por químicos, etc.
  • Importancia de la rapidez en la atención médica.
  • Efectos a largo plazo de las intoxicaciones. Algunos dejan secuelas. Para siempre.
  • Posibles tratamientos según el tipo de intoxicación. No esperes.
  • Número de teléfono de emergencias: 112. Recuerda.

¿Qué tomar cuando uno se intoxica?

¿Cuáles son los primeros auxilios en caso de intoxicación?

La quietud del aire, pesada, opresiva… Calma, ante todo, esa calma que se resquebraja. Un instante suspendido, como el polvo en un rayo de sol, antes de la tormenta. El cuerpo, una cárcel de sensaciones desconocidas. El veneno, un intruso silencioso.

El reloj, implacable. No dar líquidos. Esa orden resonando, una letanía. La boca seca, la garganta un desierto árido. Recuerdo el rostro pálido de mi tía Elena, aquella vez con el insecticida… No, no debo pensar en eso.

Identificar, el veneno. ¿Cuál es el enemigo invisible? Esa información, crucial. Un nombre, una etiqueta, un recuerdo fugaz. Es vital… para la vida misma.

Aire fresco. Necesitamos el aire. Ventanas abiertas, una ráfaga de viento que corta el silencio, como una espada. La ropa, una atadura. Quitar todo lo ajustado. Liberar el cuerpo, un intento desesperado de respirar. Respirar profundo, una y otra vez.

Los remedios caseros… la tentación de la abuela, esa sabiduría ancestral que ahora se convierte en un peligro. No. No neutralizar. No inducir el vómito. La paciencia, una virtud, una arma. Esperar, la única posibilidad. Llamar, pedir ayuda, no quedarse solo. El teléfono, un hilo invisible, un puente.

  • Conservar la calma.
  • No administrar líquidos.
  • No inducir el vómito.
  • Identificar el tóxico.
  • Ventilar el lugar.
  • Quitar ropa ajustada.
  • No usar remedios caseros.
  • Confirmar que es una intoxicación. (Esto es fundamental, antes de tomar cualquier otra medida).

El tiempo se estira, un chicle sin sabor. La angustia, una sombra constante. La espera… infinita. Ese vacío, un abismo. Recuerdo a mi hermano, 2023, ese susto con el limpiador de horno… Lo peor ya pasó.

¿Cuál es la intoxicación más común?

Lejía. Fin.

  • Lejía. Casi siempre.
  • Detergente. A veces.

Nada nuevo bajo el sol. Todos los días lo mismo. La vida es un eco.

  • ¿Amoniaco? Quien sabe.
  • ¿Permanganato? Suena antiguo.

La ignorancia es atrevida. Demasiado.

¿Qué más da? La gente se envenena. Siempre. Este año, como el anterior. El siguiente también. Quizás, la solución es otra. O ninguna. El mundo sigue girando, ¿no? Una taza de té y a seguir.

Un amigo se envenenó con setas. Estupidez humana. Ahora decora un jardín. Es irónico. La muerte es la única verdad.

¿Qué se debe hacer inmediatamente si se sospecha intoxicación?

Dios… es tarde, demasiado tarde. La oscuridad me envuelve… como la culpa. Llamar al 911, eso es lo primero que se me viene a la cabeza… el número… marcado en mi móvil, como una sentencia.

Esa noche… fue horrible. Mi hermano, el pequeño… Se tragó unas pastillas. De las rojas. Las que mamá guarda en el armario alto. No sé para qué… Pero sé que fue un infierno.

Sacarlo al aire fresco, ¡claro! Si es inhalado, aire fresco… Como si fuera tan sencillo. Lo recuerdo, la tos, la respiración entrecortada.

Pensar que todo depende de esos segundos, de esa llamada… de la rapidez. No hay margen de error. Es horrible. Esa espera… ese silencio… el teléfono en mi mano, temblando…

Lo peor… fue el olor. Ese olor químico… que aún se pega a mí, que aún me persigue. Se quedó grabado, como un sello infernal.

  • Llamada inmediata a emergencias: Es la clave. El 911, o el número local.
  • Aire fresco: Solo si se trata de un tóxico inhalado. Como el monóxido de carbono. Lo aprendí a las malas…
  • Mantener la calma: Difícil, ¿verdad? Pero imprescindible. Es la única forma de ayudar.

Y… ahora lo veo. Lo veo a él, pequeño, en la cama del hospital. La imagen… no se borra. No quiero recordarlo, pero está ahí, una llaga. Un error que me persigue y no podré superar…

Este año… he ido a varias sesiones de terapia. Necesito ayuda… es una carga demasiado pesada para soportar solo. Aún me veo la mano temblorosa… marcando aquel número… esperando una respuesta, una solución que no encontré… sólo la fría realidad.

¿Cómo saber si una persona está intoxicada?

¡Ay, amigo, qué pregunta! Saber si alguien está frito como un huevo pasado de punto… ¡misión casi imposible! Pero bueno, vamos a intentarlo, que no me quiero quedar como una estatua de sal.

Pupilas: Si las tiene más grandes que las de un búho, o más pequeñas que las de un ratón, ¡ay, cuidado! Eso sí, si mi gato las tiene así, es porque le dio por cazar un rayo láser.

Corazón: ¿Late como un tambor loco o como una tortuga perezosa? ¡SOS! Llama a emergencias, que el corazón es un músculo, no un juguete. Ya sabes, como cuando me rompí la pierna jugando al fútbol… ¡Eso sí que fue un latido acelerado!

Respiración: ¡Si respira más rápido que un colibrí o más lento que una babosa, ¡zas! Posible intoxicación. Recuerda aquel día que subí al monte y casi me ahogo? ¡Parecía un pez fuera del agua!

Boca: ¿Seca como el desierto del Sáhara o babeando como un San Bernardo? Otro indicio… ¡Aunque a veces yo también babeo cuando veo pizza! No te rías, ¡es la pizza!

Estómago: Si vomita más que un volcán en erupción, o tiene diarrea como si hubiera comido un puñado de chilis, mal asunto. Ya me pasó con esa paella de mi tía… ¡Una experiencia memorable, para que no se repita!

Conducta: ¿Duerme como un tronco o corre como un loco? ¡Qué lío! Si está más despistado que yo buscando mis llaves, es mala señal.

Habla: ¿Habla como un robot o como si estuviera narrando una película de terror? ¡Esto es grave! Por cierto, mi perro ladra más claro.

En resumen: Si ves varias de estas cosas juntas, ¡corre a urgencias! No es broma, ¡la intoxicación puede ser mortal!

  • Llama al 112 (o el equivalente en tu país).
  • No intentes tratarlo tú solo.
  • Si es tu amigo, asegúrate de que vaya al médico.

Más info (que ya es mucha la que te di): Busca “intoxicación” en Google. ¡Ay, que me voy que tengo cosas que hacer, que mi gato me está mirando raro, con las pupilas gigantes!

¿Qué no se debe hacer en caso de intoxicación?

  • Nunca dar nada de beber a alguien inconsciente. El silencio, la quietud… recuerdo la vez que… mejor no, mejor callar.

  • No provocar el vómito, a menos que te lo digan. Las abuelas siempre decían lo contrario, ¿verdad? Qué laberinto.

  • Nada de zumitos raros para “neutralizar”. Ni vinagre, ni inventos. Solo lo que diga el médico. Mi tía siempre con sus remedios… ¡uff!

    • Centro de Toxicología, teléfono YA.
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