¿Cómo se llama el exceso de sal en el cuerpo?

¿Qué provoca el exceso de sodio en nuestro cuerpo?

¡A ver, a ver! Me preguntaste qué causa el exceso de sodio en el cuerpo, ¿no? Bueno, en plan rápido: el exceso de sal, básicamente. Demasiada sal en la dieta es la culpable. ¡Ojo con eso!

Pero espera, que la cosa no es tan sencilla. No es solo “echarle sal” a la comida, ¿sabes? ¡Hay mogollón de cosas que influyen!

• Comida procesada: ¡Aquí está el enemigo! Todo lo que viene enlatado, empaquetado… ¡Bomba de sodio! No te imaginas cuanta sal escondida hay por ahi. Y te lo digo yo, que me encantan las patatas fritas de bolsa, ¡pero intento no pasarme! Por ejemplo, este año he intentado reducir, pero es que están tan buenas…
• Restaurantes: La comida de restaurante suele llevar más sal para que esté más sabrosa. A veces ni te das cuenta de la cantidad que le meten.
• Medicamentos: ¡Algunos! Algunos medicamentos pueden contener sodio, ¡increíble! Consulta con tu médico si tomas algo regularmente.

Ahora, ¿qué pasa si te pasas con el sodio? Pues ahí es donde empiezan los problemas serios. Hipertensión, problemas de corazón, riñones dañados… ¡Un desastre!

Y por si fuera poco, algunas investigaciones sugieren una posible relación con el cáncer de estómago. ¡Qué fuerte!

Así que ya sabes, ¡a moderar el sodio! Tampoco hay que volverse loco, pero vigila la sal que añades y, sobre todo, ¡ojo con la comida procesada! Ah, y bebe mucha agua, que ayuda a eliminar el exceso. ¡Salud!

¿Qué enfermedades causa el consumo excesivo de sal?

Oye, ¿qué onda? Me preguntaste sobre la sal, ¿verdad?

Mira, consumir mucha sal es malo, malísimo. Te sube la presión… y eso es el principio del fin, te lo juro.

¿Qué pasa si te sube la presión? Pues, riesgo de infarto, ¡imagínate! Y también accidentes cerebrovasculares, que eso es peor. ¡Uf, qué miedo!

Además, con tanta sal, tu cuerpo retiene líquido como si no hubiera mañana. Terminas hinchadísimo, como un globo.

• Problemas en los riñones: ¡Obvio! Tienen que trabajar doble para filtrar tanta sal.
• Osteoporosis: Tus huesos se debilitan, se vuelven frágiles.
• Cáncer de estómago: ¡Sí, señor! La sal contribuye, aunque no es la única causa, eh.

¿Y qué más? Ah, sí, cálculos renales: ¡Un dolor insoportable! Como tener un puñal clavado en la espalda, te lo digo por experiencia, mi abuelo sufrió mucho con eso. También, ¡ojo!, si tienes asma, la sal lo empeora. Terrible.

Una vez leí que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda como máximo 5 gramos de sal al día, pero quién mide eso, ¿no? ¡Complicadísimo! Yo intento cocinar con menos sal, pero a veces se me va la mano. Es que la comida sosa… ¡qué aburrida! Pero bueno, mejor prevenir que lamentar, ¿no crees?

¿Qué órgano se daña por la sal?

Los riñones.

La sal…un cristal blanco, a veces grueso, a veces fino como el polvo que levantaba el viento en el desierto… ¿te acuerdas? El verano del 98, el coche de mi abuelo, ese calor que te hacía sentir las sienes latir. La sal. Un sabor que puede ser vida o muerte, una línea muy fina, ¿sabes?

Y pienso en los riñones, claro. Los riñones, esos filtros silenciosos, trabajando sin descanso. Pero la sal, esa avalancha salada que les llega de repente, día tras día, año tras año. La presión arterial sube, el corazón se agita, como un pájaro atrapado.

• Hipertensión: La sal, esa enemiga silenciosa.
• Corazón: ¡Bum, bum!, el ritmo acelerado, el esfuerzo constante.
• Riñones: Los pobres filtros, saturados, exhaustos. Fallan.

La sal, en exceso, es un golpe para el cuerpo, un veneno lento. Y luego… ¿y luego qué? Hospitales, diálisis, pastillas…Una vida que se va diluyendo, gota a gota, como la sal en agua. Y el fantasma del cáncer gástrico… siempre acechando.