¿Cuál es la diferencia entre la contaminación y el deterioro de los alimentos?

¿Contaminación o deterioro? ¡Ay, qué lío, verdad?! A veces me pregunto, ¿quién se acuerda de la diferencia? Recuerdo una vez, en la universidad, teníamos un experimento con yogur… ¡se había puesto verde! Asqueroso, sí, pero deterioro, ¿no? Simplemente, se había pasado. Lo tiras, te da un poco de pena porque costó dinero, pero listo. No te preocupas demasiado.

Ahora, la contaminación… ¡qué miedo! Es esa cosa invisible, un enemigo silencioso, como dices. Piensa en mi abuela, que una vez se intoxicó con unos mejillones… ¡casi la perdemos! No era que estuvieran malos, ¿sabes? No se veían “malos”. Eran mejillones aparentemente normales… pero contaminados. Eso sí que da un susto de muerte. Luego estuve días leyendo sobre niveles de toxinas y cosas así… uff, menudo susto. Al final, sí, se recuperó, gracias a Dios, pero… ¡qué susto!

La contaminación, a diferencia del deterioro, es un peligro real, ¿no? Te puede dejar postrado en la cama con una gastroenteritis de campeonato o cosas mucho peores. El deterioro, pues sí, te da grima, quizás lo tires con un poco de rabia, pero la contaminación… ¡ay, la contaminación! Ni se te ocurra. No se ve, no se huele… a veces ni se sabe que está ahí hasta que es demasiado tarde.

Dicen, y no sé si es verdad, que un porcentaje enorme de la comida se tira por deterioro. ¡Mucho dinero tirado a la basura! Pero, bueno, mejor eso que una intoxicación. No hay comparación, ¿verdad? Una cosa es una pena y otra es un peligro para la salud, y ese es el gran punto de diferencia. Mejor tirar la comida pasada a que nos pase algo grave.

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