¿Cuál es la sal menos dañina para la salud?
La sal marina sin refinar, rica en minerales como magnesio y potasio, es una opción ligeramente menos perjudicial que la sal de mesa procesada. Sin embargo, el consumo moderado es crucial para la salud cardiovascular. Considera especias y hierbas como alternativas para reducir la ingesta de sal.
¿Cuál es la sal más saludable para consumir?
¡A ver, vamos a hablar de la sal! Siempre me he preguntado cuál es la mejor opción para cocinar sin sentirme culpable.
Dicen que la sal marina sin refinar es la menos mala. ¿Será cierto?
Al parecer, esta sal conserva minerales importantes como el magnesio y el potasio, que la sal de mesa común pierde en el proceso. ¡Interesante! Pero ojo, no hay que emocionarse demasiado.
Osea, al final, TODA sal es cloruro de sodio, así que abusar de ella no es nada bueno para el corazón. ¡Vaya chasco!
Recuerdo que una vez compré sal rosa del Himalaya en un mercado artesanal en Cusco, Perú, costó como 15 soles el kilo. Pensé que estaba haciendo algo súper saludable, pero ahora me cuestiono si realmente valió la pena el gasto.
Ahora, lo que sí he estado probando es usar más hierbas y especias en mis comidas. ¡Le dan un sabor increíble y me olvido un poco de la sal! Es una buena forma de darle un giro a los platos.
Preguntas y respuestas breves sobre la sal más saludable:
- ¿Cuál es la sal más saludable? La sal marina sin refinar.
- ¿Por qué es mejor la sal marina sin refinar? Conserva minerales como magnesio y potasio.
- ¿Debo consumir sal en exceso? No, moderar el consumo es clave.
- ¿Qué alternativas hay a la sal? Hierbas y especias.
- ¿Es la sal marina integral completamente saludable? No, su exceso puede ser perjudicial.
¿Qué tipo de sal se debe consumir?
Sal sin refinar, ¡esa es la clave! Tanto la marina como la de roca. Son las que uso yo.
¿Por qué? Pues te cuento… Hace poco, en julio de 2024, fui a un mercadillo en un pueblo de Ávila. Buscaba especias, y la señora del puesto, una abuelita encantadora con un acento muy marcado, me explicó todo sobre la sal. Ella usaba solo sal de roca que extraía de unas minas cercanas. Me dijo que la sal refinada es como “comida vacía”, que le quitan todo lo bueno. ¡Qué razón tenía! Me convenció.
Desde entonces, solo uso sal marina sin refinar (la compro en un herbolario cerca de mi casa, en la calle Alcalá) o, cuando voy al pueblo, sal de roca. Me siento mucho mejor, la verdad. No sé si es sugestión, pero…
Beneficios que me contó la abuela:
- ¡Un montón de minerales! (Ochenta, creo que dijo)
- Cerebro feliz. (Según ella, previene el Alzheimer, ¡ojalá!)
Antes, usaba la sal fina de mesa, la de toda la vida. ¡Qué error! Demasiado procesada.
Ahora, tengo en casa tres tipos:
- Sal marina gruesa (para la carne a la plancha, ¡queda espectacular!)
- Sal marina fina (para el día a día, la que uso para casi todo)
- Sal de roca (para las ensaladas, le da un toque especial)
Y otra cosa, ¡no te pases con la sal! La justa. Mi tensión ya era alta, tengo que controlarlo. Me lo dijo el médico. Es más importante que el tipo de sal, la cantidad.
Por cierto, hablando de mercadillos, el otro día compré un queso riquísimo… pero esa es otra historia.
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