¿Cuándo se considera que un producto tiene exceso de calorías?
Según el nuevo etiquetado frontal, un producto se considera alto en calorías si aporta 275 kcal o más por cada 100 gramos. Para líquidos, el umbral es de 70 kcal o más por cada 100 mililitros. Adicionalmente, un producto líquido se marca como alto en calorías si contiene 10 kcal o más de azúcares libres por cada 100 mililitros.
El nuevo etiquetado y la trampa de las calorías: ¿Cuándo un producto es realmente “alto” en calorías?
La creciente preocupación por la salud y la obesidad ha impulsado la implementación de nuevos sistemas de etiquetado nutricional, diseñados para facilitar la toma de decisiones informadas por parte de los consumidores. En este contexto, la definición de “alto en calorías” cobra una importancia crucial. Pero, ¿qué significa realmente que un producto sea considerado “alto” en calorías según las nuevas regulaciones? No se trata simplemente de una cifra arbitraria, sino de un umbral establecido para alertar sobre el aporte energético de los alimentos y bebidas.
Según el nuevo etiquetado frontal, la clasificación de un producto como “alto en calorías” se basa en un criterio claro y diferenciado para sólidos y líquidos. Para los alimentos sólidos, se establece un límite de 275 kilocalorías (kcal) o más por cada 100 gramos. Esto significa que si un alimento contiene más de 275 kcal en una porción de 100g, se considerará alto en calorías y deberá llevar la correspondiente advertencia en su etiquetado. Un yogur de 150g con 410 kcal, por ejemplo, superaría este umbral.
Para los líquidos, la normativa establece dos criterios interrelacionados: el primero se basa en el aporte calórico, estableciendo un límite de 70 kcal o más por cada 100 mililitros. Una bebida que supere esta cantidad será clasificada como alta en calorías. Sin embargo, existe un segundo criterio específico para líquidos que se centra en el contenido de azúcares libres. Un producto líquido se considerará también alto en calorías si contiene 10 kcal o más de azúcares libres por cada 100 mililitros. Este doble criterio para las bebidas refleja la preocupación específica por el consumo excesivo de azúcares añadidos, los cuales contribuyen significativamente a las calorías vacías. Una bebida refrescante con un alto contenido de azúcar, aunque no supere las 70 kcal por 100ml, podría aún clasificarse como alta en calorías si cumple con este segundo parámetro.
Es importante destacar que estas cifras son meros indicadores. El contexto de consumo y las necesidades individuales deben ser considerados. Un producto catalogado como “alto en calorías” no es automáticamente “malo” ni debe ser eliminado por completo de la dieta. La clave reside en el consumo moderado y equilibrado, dentro de un plan nutricional adecuado. La nueva regulación busca brindar una herramienta informativa, no una prohibición. Comprender el significado de estos umbrales permite al consumidor evaluar mejor el aporte calórico de los productos y tomar decisiones más conscientes para mantener una alimentación saludable. La correcta interpretación del etiquetado frontal, por lo tanto, se convierte en una herramienta fundamental para una vida más sana y equilibrada.
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