¿Cuántas pizzas se come Michael Phelps?

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Según los informes, la dieta de Michael Phelps incluía una cantidad considerable de comida. Diariamente, consumía una pizza entera, rica en calorías y carbohidratos. Además, ingería 500 gramos de pasta, dos sándwiches de gran tamaño con jamón, queso y mayonesa en pan blanco, complementado con mil calorías provenientes de bebidas energéticas.

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La Dieta de Campeón (y la Leyenda de la Pizza): ¿Cuántas Pizzas Realmente Comía Michael Phelps?

La historia de Michael Phelps, el nadador olímpico más laureado de todos los tiempos, no solo está tejida con récords y medallas, sino también con una dieta legendaria que ha fascinado (y a veces escandalizado) al mundo. Entre los platos que conformaban esta ingesta descomunal, uno destaca por su popularidad y, quizás, por su exageración: la pizza.

Se ha repetido incansablemente que Michael Phelps consumía una pizza entera al día durante sus periodos de entrenamiento intensivo. Esta afirmación, popularizada por diversos medios y reproducida a lo largo y ancho de internet, contribuyó a construir la imagen de un atleta con un metabolismo sobrehumano capaz de quemar calorías a una velocidad asombrosa.

Pero, ¿es realmente cierto? Si bien es innegable que la dieta de Phelps era excepcionalmente alta en calorías (se estimaba en 12,000 calorías diarias), la idea de una pizza entera diaria debe ser analizada con cautela.

Los informes originales de su dieta, que surgieron en torno a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, mencionaban sí, un consumo significativo de carbohidratos y proteínas. Además de la mencionada pizza, se hablaba de grandes cantidades de pasta (alrededor de 500 gramos), sándwiches generosos cargados de embutidos y salsas, y bebidas energéticas que aportaban un chute extra de calorías.

Sin embargo, la clave reside en entender el contexto. Phelps se sometía a extenuantes sesiones de entrenamiento que quemaban cantidades colosales de energía. Su cuerpo necesitaba combustible para mantener el ritmo y recuperarse adecuadamente. En este sentido, la pizza, con su alta concentración de carbohidratos y grasas, funcionaba como una fuente rápida y efectiva de energía.

La verdad, probablemente, se encuentra en un punto intermedio. Es posible que no comiera literalmente una pizza entera de tamaño familiar cada día, pero sí consumía porciones sustanciales de pizza de manera regular. La clave está en la necesidad de un aporte calórico extremo justificado por el nivel de actividad física que realizaba.

Más allá de la anécdota de la pizza, la dieta de Michael Phelps sirve como un recordatorio de la importancia de la nutrición específica para el rendimiento deportivo de élite. Un régimen que, si bien nos parece desmesurado, estaba cuidadosamente diseñado para satisfacer las demandas únicas de un atleta de su calibre.

En conclusión, aunque la imagen de Phelps devorando una pizza entera diariamente puede ser un tanto mítica, la realidad subyacente es que consumía una cantidad significativa de pizza como parte de una dieta masiva diseñada para alimentar sus esfuerzos olímpicos. Así que la leyenda de la pizza de Michael Phelps, aunque pueda estar adornada, tiene raíces en la asombrosa cantidad de combustible que necesitaba para conquistar el mundo de la natación.

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