¿Cuánto sodio es excesivo?

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La cantidad de sodio considerada excesiva en alimentos sólidos es de 350 mg o más por cada 100 gramos, según la nueva normativa de etiquetado, indicándolo con un sello específico.
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El Sodio Oculto: Descifrando la Nueva Norma y Comprendiendo Cuánto es Demasiado

La sal, ese condimento omnipresente en nuestras mesas, esconde un enemigo silencioso: el sodio. Si bien esencial para el correcto funcionamiento del cuerpo, un consumo excesivo se asocia a graves problemas de salud, como hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Por ello, comprender qué cantidad de sodio es excesiva se vuelve crucial para la salud individual y colectiva.

La reciente normativa de etiquetado nutricional ha dado un paso importante en esta dirección, estableciendo un límite claro para identificar alimentos con alto contenido de sodio. A partir de ahora, un alimento sólido se considera con un contenido excesivo de sodio si contiene 350 mg o más por cada 100 gramos. Este dato, crucial para la toma de decisiones informadas, estará claramente indicado mediante un sello específico en los productos, facilitando la identificación de aquellos que deben consumirse con moderación.

Pero, ¿qué significa esto en la práctica? Imaginemos un paquete de galletas de 100 gramos. Si el sello indica un alto contenido de sodio, significa que ese paquete contiene al menos 350 mg de sodio. Esto puede parecer una cifra pequeña, pero al consumir varias porciones a lo largo del día, la cantidad de sodio ingerida se acumula rápidamente, superando con facilidad las recomendaciones diarias de consumo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo máximo de 5 gramos de sal al día, lo que equivale aproximadamente a 2000 mg de sodio.

La dificultad radica en que el sodio se encuentra “escondido” en muchos alimentos procesados, en salsas, sopas preparadas, embutidos, productos de panadería industrial y aperitivos salados, a menudo en cantidades significativas. La nueva normativa, con su sello distintivo, pretende visibilizar esta presencia oculta y ayudar a los consumidores a tomar decisiones más saludables.

Más allá de leer las etiquetas, es importante educarse sobre las alternativas:

  • Cocinar en casa: Permite controlar la cantidad de sal añadida a los alimentos.
  • Utilizar hierbas y especias: Son excelentes sustitutos de la sal para realzar el sabor de los platos.
  • Reducir gradualmente el consumo de sal: Nuestro paladar se adapta con el tiempo.
  • Leer las etiquetas con atención: No solo el sello de “alto contenido de sodio”, sino también la cantidad total de sodio por porción.

En conclusión, la nueva norma que establece los 350 mg de sodio por cada 100 gramos como límite para un alto contenido, representa un avance significativo en la lucha contra el consumo excesivo de sodio. Sin embargo, la responsabilidad final de mantener una dieta saludable recae en cada individuo. Informarse, leer las etiquetas con cuidado y optar por alimentos frescos y mínimamente procesados son pasos cruciales para cuidar nuestra salud cardiovascular a largo plazo.