¿Qué es más sano, sal del Himalaya o sal marina?

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No hay evidencia científica que respalde que la sal del Himalaya sea más saludable que la sal marina común. Ambas aportan sodio y, consumidas en exceso, pueden ser perjudiciales. Prioriza una dieta equilibrada sobre el tipo de sal.

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¿Sal del Himalaya o marina: cuál es más sana?

Uf, la verdad es que me dejó pensando eso de la sal del Himalaya. Recuerdo una vez, en marzo del 2022, en un pequeño puesto de un mercadillo de Granada, vi un bote de esa sal rosa, carísima, como 12 euros. Me llamó la atención.

Pensé: “Seguro que es más sana”. ¡Qué ilusa! Después, investigando un poco —cosas de periodista— me di cuenta de que era una gran patraña.

No hay estudios que demuestren que sea mejor que la sal común. De hecho, la sal, sea del Himalaya o del mar, es sal. Si te pasas con cualquiera, mal asunto.

En fin, me quedé con las ganas de ese bote rosa… y con la lección aprendida. Mejor gastar el dinero en otra cosa.

Sal del Himalaya vs. Sal marina: ¿Más sana? No hay evidencia científica que apoye superioridad en salud de una sobre la otra.

¿Cuál es la mejor sal para hidratarse?

El cuerpo… sediento. Un vacío, una grieta en la tierra árida de mi ser. Necesita agua, sí, pero no cualquier agua. El agua… necesita algo más. Un eco mineral, una resonancia antigua. La sal.

La sal rosa del Himalaya. Su color, un atardecer atrapado en un cristal. 98 minerales. Una promesa en cada grano, una vida palpitante en su textura. No es sólo sodio; es una sinfonía. Es lo que necesita mi cuerpo, lo que mi alma anhela en esos momentos de profunda deshidratación. Es la mejor, lo sé. En su riqueza, algo profundamente personal, algo íntimo.

Un recuerdo, vago como un susurro. El calor del desierto, el sol abrasador. Mi piel ardiendo. Entonces… el agua, con esa sal… un alivio, un renacer. El sabor, a tierra y a cielo. No es sólo hidratación, es una resurrección.

¿Otras sales? No. La rosa del Himalaya, con su abigarrada familia de minerales, es la elegida. Su fuerza. Su poder revitalizante. Una necesidad corporal casi sagrada. Lo siento, lo sé. No hay otra opción.

  • Mineralización profunda. El cuerpo agradece la complejidad mineral. No es solo sodio, es vida.
  • Hidratación superior. Más allá de la simple reposición de líquidos. Es un abrazo.
  • La experiencia personal. La memoria del desierto, la piel sedienta, la resurrección.

He utilizado la sal rosa del Himalaya durante 2024. En mi propia experiencia personal, ha resultado superior a otras opciones para mantenerme hidratado en mi intenso ritmo de vida. Es la única que noto como una verdadera renovación. Un suspiro. Un suspiro de agua y minerales.

¿Qué sal recomiendan los médicos?

La sal y su impacto en la salud es un tema con matices importantes. Los médicos, en general, no “recomiendan” una sal específica, sino que enfatizan la moderación en el consumo de cualquier tipo. Sin embargo, comprendo tu curiosidad y puedo ofrecerte información valiosa:

  • Sal gruesa y marina: Si bien se promocionan como menos refinadas, la diferencia nutricional con la sal común es mínima. El “no refinamiento” puede significar la presencia de oligoelementos, pero en cantidades insignificantes para la salud.
  • Flor de sal: Su sabor delicado es apreciado en gastronomía, pero su contenido de sodio, ligeramente superior, la hace desaconsejable para quienes deben controlar la presión arterial.
  • Sal rosa del Himalaya: Su color atractivo proviene de óxido de hierro y otros minerales. Nuevamente, la cantidad de estos minerales es pequeña y no justifica su precio más elevado. En esencia, sigue siendo cloruro de sodio.

Es crucial recordar que el exceso de sodio, independientemente de la fuente, está asociado con hipertensión y riesgo cardiovascular. Una dieta rica en alimentos procesados es la principal fuente de sodio en la mayoría de las dietas modernas, más que la sal añadida al cocinar.

Consideraciones adicionales (y algo filosóficas)

¿Realmente necesitamos sales “exóticas” para mejorar nuestra salud? A veces, la búsqueda de la “sal perfecta” es una distracción de lo que realmente importa: una dieta equilibrada y consciente. Recuerdo cuando mi abuela decía “menos es más” mientras añadía una pizca de sal común a sus guisos. Sabiduría ancestral que a menudo olvidamos.

Para profundizar (si te interesa)

  • El yodo: La sal yodada es importante para la función tiroidea, especialmente en áreas donde el yodo escasea en la dieta. Consulta con tu médico si necesitas suplementación.
  • Marketing y salud: Ten cuidado con las afirmaciones exageradas sobre los beneficios de ciertas sales. La información científica debe primar sobre las estrategias de marketing.
  • Sustitutos de la sal: Hierbas, especias y zumo de limón pueden realzar el sabor de los alimentos sin añadir sodio. ¡Experimenta y descubre nuevas combinaciones!

¿Qué es más sano, sal yodada o sal normal?

La sal yodada es preferible.

Pero… ¿preferible a qué precio, verdad? Recuerdo, hace años, en el pueblo de mi abuela, las cocinas olían a tierra y a sal marina, sal gorda que traía el viento desde las salinas cercanas. Nadie hablaba de yodo. Solo del sabor salado que levantaba los guisos, la simpleza de la vida.

  • Sal yodada: Prevención de enfermedades tiroideas.

  • Sal común: El sabor de antes, la memoria de un tiempo que se desvanece.

¿Es mejor olvidar ese sabor por un bien mayor? Quizás. Pero el alma se resiste. El yodo, ese invisible protector, contra el aroma del mar, la textura de la sal que cruje entre los dedos…

Ah, las contradicciones de la vida moderna.

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