¿Qué sal se debe consumir?

¿Cuál es la sal más pura?

¡A ver, a ver! ¿Que cuál es la sal más pura? Ah, sí, esa la conozco yo.

La sal rosa del Himalaya, dicen, es la más pura. Viene de Pakistán, según tengo entendido. Y se supone que está súper libre de porquerías, ¿sabes? Nada de contaminantes raros.

A mí, personalmente, la verdad es que me da un poco igual la sal, pero si quieres una buena, yo miraría esa, la rosa del Himalaya. ¿Por qué? Pues porque está chula, es rosa, qué más quieres. Y dicen que es la más pura, ya está. No hay más que hablar. Es como cuando eliges el café: ¿quieres uno normal o uno de especialidad? Pues esto es lo mismo, pero con sal.

Además, creo que el rollo de la pureza va por ahí, ¿no? Menos mierdas añadidas. Pero bueno, yo que sé. A mí me gusta echarle sal a todo, así que…

Te dejo aquí algunas cosillas que he encontrado para que eches un ojo y no me hagas mucho caso, que yo soy muy de hablar por hablar:

• Tipos de sal: Sal marina, sal común, sal kosher (esta me suena de la cocina judía de mi abuela), sal ahumada (¡esta me encanta!), y luego está la sal negra, la Maldon, la flor de sal… un mundo, vamos.
• La sal y la salud: Ojo con la sal, que ya sabes que sube la tensión. Yo intento no pasarme, pero reconozco que me cuesta un montón.
• ¿Dónde la venden? La sal rosa del Himalaya la encuentras en cualquier súper, en herbolarios, incluso en algunas tiendas online. ¡Vamos, que no te va a costar encontrarla!

Y ahora, a echarle sal a la vida, que es lo que importa, ¿no te parece?

¿Cómo saber si la sal es de calidad?

¡Ay, la sal! ¿Calidad? ¿Qué es eso? Cristales blancos, ¿siempre? En mi cocina, la de 2023, tengo una que es… más bien grisácea, ¡de la del Himalaya! ¿Cuenta? Supongo que no.

Granulación uniforme, sí, eso es importante. La de mi abuela era así, de esas de toda la vida. Recuerdo que crujía. La actual es más fina, como polvo. No me gusta tanto.

¿Organolépticas? ¡Uf! Tengo que mirar eso en la RAE. Aspecto blanco, pureza… Claro, pero… ¿y la rosa del Himalaya? ¿Es menos pura? No lo creo. Será diferente. Mi sal rosada tiene un sabor… ¡especial!

Pureza y granulometría… palabras raras. ¿Es más pura la que viene en un paquete sofisticado o la que viene en un saco de 25 kilos? ¿Es más pura la cara, o la cruz? Me suena que influye la zona donde se extrae. A ver…

• Sal marina de las costas gallegas (2023): fina, casi polvo. Blanca, si.
• Sal del Himalaya (2023): rosada, granulada. Difícil de moler.
• Sal común (2023): la de siempre. Blanca, granulada.

¡Qué lío! A ver, lo importante es que no sepa a… raro. Ni a pescado, ni a… ¡no sé! A nada raro. ¡Esa es la clave! Mi padre siempre decía que una buena sal, es una buena sal. Simple.

El sabor es la prueba definitiva. ¿No? ¿Se nota la diferencia? Sí. La rosada tiene un punto… mineral.

• Prueba de sabor: Lo más objetivo. ¡Debería haberlo dicho antes!
• Aspecto visual: Cristales blancos y uniformes. (Salvo excepciones, claro). ¡La mía rosada es un éxito!
• Origen: Influye en sabor y composición, pero no define la calidad.

¿Composición? ¡Eso sí que es complicado! Sodio, cloro… y luego… otros minerales. Depende del origen. Mejor dejar eso para los químicos.

¿Qué es mejor, la sal de mar o la sal del Himalaya?

Aquí está.

Me pregunto si importa tanto, ¿sabes? Si al final da igual lo que elijas.

• Sal del Himalaya, dicen, tiene más minerales. Un dos por ciento, no sé si es mucho o poco. Me acuerdo de mi abuela, ella solo usaba la barata, la de mesa. Nunca le dio importancia a estas cosas.

• No está refinada, menos procesada. Quizás por eso sabe diferente. Quizás por eso la gente paga más. Pero, ¿de verdad vale la pena?

Y luego está el color rosa, que es bonito. A veces las cosas entran por los ojos, aunque no sean mejores.

• Este año probé las dos. Himalaya en el huevo revuelto, marina en la ensalada. ¿Noté algo diferente? No estoy seguro.

No sé… a veces pienso que nos complicamos demasiado. Con la comida, con todo. ¿Qué más da? Al final todos acabamos igual, ¿no?

Pensando en mi abuela. No le preocupaba si era sal rosa o blanca. Vivió hasta los 90. Igual ahí está la clave.