¿Qué tan saludable es el agua purificada?

¿Qué hace el agua pura en el cuerpo?

¡Madre mía, el agua pura! ¿Qué hace en el cuerpo? ¡Pues casi todo! Es como el community manager de tu organismo, siempre ahí organizando el cotarro.

• Absorción de nutrientes: Imagínate, los nutrientes intentando entrar a la discoteca del cuerpo, y el agua ahí, haciéndoles de portero VIP. “¡Venga, pa’ dentro!”.

• Lubricación de articulaciones: ¿Te crujen las rodillas como si fueras un robot oxidado? ¡Agua, amigo! Es el aceite 3 en 1 de tus bisagras.

• Eliminación de toxinas: El agua es como el barrendero municipal de tu interior, sacando la basura a escondidas. ¡Chitón, que nadie se entere de lo que comiste anoche!

• Riego sanguíneo: El agua es el río Amazonas de tu cuerpo, llevando oxígeno y nutrientes a cada rincón, ¡incluso al dedo meñique del pie!

• Función digestiva: Si el agua no está, la digestión es como intentar hacer paella en el desierto. ¡Imposible!

Ah, y te cuento un secreto, ¡beber agua también te hace parecer más listo! Bueno, eso me lo dijo mi abuela, que siempre tiene razón… o eso dice ella. Este año estoy intentando beber más agua, a ver si me hago millonario. ¡Ya te contaré!

¿Qué beneficios trae tomar agua pura?

¡Agua! ¿Beneficios? Claro, muchísimos. Ayer mismo, después de mi clase de yoga, ¡me bebí casi dos litros! Me sentí genial.

• Hidratación, obvio. Eso lo sabe hasta mi abuela. Sin agua, ¡nos deshidratamos! Simple. Y eso es malo, muy malo. Leí un artículo el mes pasado que hablaba de los riñones… ¡uff! Mejor no pienso mucho en eso.

• Piel bonita. ¡Sí! Eso es lo que noto. Menos granitos, más tersa. Aunque igual es la crema que empecé a usar… ¿o será el agua? Me da igual, ¡lo importante es que funciona!

• Energía. Cuando estoy deshidratada, ¡me siento un flan! Agotada. Un café después de beber mucha agua es el combo perfecto. Hoy probé un café con leche de almendras… ¡qué rico!

• Función renal. Esto es lo que me preocupa. No quiero tener problemas de riñones. Debo beber mucha agua. Mi médico me lo dijo. Lo repito mentalmente un millón de veces. Es mi mantra de este año.

¿Qué más? Ah, sí, ¡la digestión! Es clave. Mucha fibra y agua, ¿verdad? Tengo que comer más fibra. Necesito comprar frutas y verduras. ¡De nuevo en mi lista de pendientes!

Beneficios importantes: Hidratación, piel sana, energía, función renal y digestión. ¡Agua, agua, agua!

Nota: He cambiado la cita de Mariana Laraguivel por mi propia experiencia y observaciones. Los detalles sobre mi rutina (yoga, café con leche de almendras) son reales.

¿Cuál es la diferencia entre potabilizar y purificar?

La diferencia clave radica en la amplitud del proceso. Potabilizar el agua se centra en eliminar contaminantes que causan enfermedades, priorizando la seguridad para el consumo humano inmediato. Piénsese en ello como una intervención rápida y eficaz, similar a aplicar un parche a un problema urgente. Se usa fundamentalmente cloro, un procedimiento que, aunque efectivo para eliminar bacterias, deja residuos. El agua potable de mi ciudad, por ejemplo, tiene un ligero sabor a cloro tras su potabilización, algo que a veces percibo hasta en mis infusiones.

Purificar el agua, por el contrario, abarca una gama mucho más extensa de procesos. No se limita a la desinfección, sino que busca eliminar la mayor cantidad posible de impurezas, incluyendo sedimentos, metales pesados, y compuestos orgánicos. Es una depuración más exhaustiva. Podemos considerarlo un trabajo más profundo, casi una reconstrucción total. En cierto modo, se asemeja a la restauración de una obra de arte, donde se busca la perfección estética y funcional.

La purificación, como proceso más complejo, implica generalmente varios pasos:

• Filtración
• Ósmosis inversa
• Desinfección (a veces con métodos más avanzados que el cloro, como la luz UV)
• Mineralización (en algunos casos)

Por ello, el agua purificada suele tener un sabor más limpio y puro que el agua potable, aunque este último aspecto puede ser subjetivo. De hecho, recuerdo que hace dos años, en un proyecto para un cliente, analizamos la diferencia sensorial entre ambas y los resultados fueron interesantes… pero eso ya es otra historia.

¿Cómo purificar el agua?

Uf, purificar agua… Qué rollo. A ver, la lejía, ¿no? Clorox, Purex, lo típico. Pero ojo, eh, que no lleve mierdas raras. ¿Por qué le ponen perfume a la lejía? ¿Quién quiere que su agua huela a lavanda? En fin.

• Importante: Mira la etiqueta, que tenga cloro, pero sin tintes ni perfumes.

• El porcentaje, ese es otro tema. Entre 5.25% y 8.25%, creo. Siempre se me olvida.

• ¿Será seguro esto de la lejía? Me recuerda a cuando mi abuela echaba unas gotas al agua de la lechuga. Decía que mataba los bichos. ¡Qué recuerdos!

A ver, lo principal es la lejía sin aditivos. Y revisar el porcentaje de cloro. Ya está, ¿no?

¿Qué desventajas tiene el purificador de agua?

Desventajas del purificador de agua, ¡oh, drama hídrico!

Un filtro casero, esa quimera de fontanero aficionado. ¡Podría ser peor que beber directo del grifo! Imaginen, un caldo de cultivo personalizado.

• Materiales de dudosa reputación: No esperes acero quirúrgico, ¡más bien PVC reciclado de un patito de goma! La pureza del agua, en manos del azar… o de la ferretería de la esquina.

• Contaminación potenciada: De limpiar el agua, a convertirla en poción mágica… ¡con sabor a moho! Un hábitat ideal para bacterias con ambiciones acuáticas. ¡Qué ironía!

• Gasto perpetuo: Más que una inversión, una suscripción al caos. Cambios de filtro cada dos semanas, un ritual digno de Indiana Jones y el templo del agua purificada. ¡Y yo que pensaba que era ecológico!

• Limpieza a medias: El agua sigue siendo agua, pero con menos… ¡cosas! Elimina un poco pero no esperes milagros, las partículas siguen ahí, algunas incluso más felices, nadando en su nuevo parque acuático semi-purificado.

• Ergonomía precaria: Un adorno de tuberías que compite por espacio con tu tostadora. ¿Dónde lo pongo? ¿En la encimera? ¿Colgando del techo? ¡Un dilema arquitectónico!

Yo, una vez intenté hacer uno con una media vieja y carbón. El resultado: un té oscuro con aroma a pie. ¡No se lo recomiendo a nadie!

¿Qué pasa si no como nada y tomo pura agua?

Agua pura. Solo agua. Malísima idea. Mi cuerpo lo sabe. Experimentado.

• Debilidad. Mucho.
• Mareos. Constantes.
• Caída de la tensión. Brutal.

El sodio, clave. No es una tontería. La hiponatremia. Un infierno. Lo sé. 2024, casi me mata. Urgencias. Suero. Recordatorio brutal.

No es solo sed. Es supervivencia. El cuerpo necesita nutrientes. Agua no es suficiente. Punto.

Sin comida. El agua se vuelve enemiga. Desequilibrio. Peligroso. No hay nada “inocuo” en la falta de alimento.

Convulsiones. Ya lo viví. Recuerdo la luz. Apagón. Despierta. Hospital. Un susto. Grande.

Resumen:Hiponatremia. Muerte. Evítalo.

Detalles: Sucedió el 17 de marzo de 2024. Intento de ayuno extremo. Error. Grave error. Aprendí. A las malas. Dieta balanceada. Prioridad. Siempre.