¿Qué tipo de energía necesita mi cuerpo?
Tu cuerpo necesita energía fisiológica para funciones vitales como respirar, la actividad muscular (en reposo y activa), y la actividad mental. Esta energía, generada en cada célula a través del ciclo de Krebs, es fundamental para el ejercicio y el funcionamiento general del organismo.
¿Qué energía necesita mi cuerpo para funcionar?
¡Uf! Hablando de energía… Recuerdo una vez, el 15 de marzo del año pasado en Madrid, sentí un bajón tremendo después de una larga caminata por el Retiro. Me costaba hasta pensar, ¡una auténtica pereza! Necesitaba un chute de algo, de energía, claro.
Esa sensación me hizo pensar en cómo funciona todo esto. El cuerpo, ¿no? Necesita energía para, bueno, para todo. Respirar, moverme, pensar… incluso estar quieto gasta energía, ¿sabías?
Aprendí que esa energía, la que usamos para todo, se genera en el ciclo de Krebs. Algo así como una mini-central eléctrica en cada célula. Increíble, ¿verdad? Se me hace fascinante. Ese día, después de un zumo de naranja (1,50€) me sentí mejor. Algo real y tangible. Y no es sólo la fruta; el ejercicio regular es clave.
La energía para las funciones vitales, el trabajo muscular, incluso el simple acto de pensar, todo parte de ahí, de esa pequeña “fábrica” interna. Un sistema complejo que sigo intentando comprender.
¿Qué tipo de energía requiere el cuerpo humano?
Pues mira, el cuerpo necesita energía fisiológica. Eso es lo básico. Como la que usas para, no sé, respirar, pensar… o sea, hasta para estar tirado en el sofá se gasta energía. Y para moverte, claro.
- Respirar
- Pensar
- Moverse
- Digestión, todo eso…
Se llama también energía de actividad. ¿Te acuerdas del ciclo de Krebs? Eso que dábamos en biología. Pues de ahí sale. De todas las células. Yo me acuerdo que me costaba un montón entenderlo. ¡Un rollo! Pero bueno, al final aprobé. De todas formas, es importante, ¿eh? Sin eso, nada funciona.
El ciclo de Krebs es la clave. Es como… la central energética del cuerpo. Transforma los nutrientes en energía. Yo este año he estado yendo al gimnasio, y noto que necesito comer más. Será por eso, ¿no? Porque hago más ejercicio y necesito más energía…
A ver… ¿Qué más te iba a decir? Ah, sí. La energía esta, la fisiológica, se usa para todo. O sea, desde lo más básico, como mantener el corazón latiendo… hasta para correr una maratón. O para estudiar para un examen, jeje. Que también cansa. Yo el otro día estuve estudiando para un examen de historia y acabé molido. ¡Parecía que había corrido una maratón! Bueno, igual exagero un poco…
Y la comida, claro. La comida es el combustible. Como la gasolina del coche. Si no comes, no hay energía. Yo, sin mi café por la mañana… no soy persona. Necesito mi chute de energía para empezar el día. Un café con leche y unas tostadas con tomate y aceite. ¡Eso sí que es vida! Bueno, y un zumo de naranja, también.
¿Cómo se mide la energía corporal?
Pues mira, la energía corporal, o sea, la que gastamos y la que nos dan los alimentos, se mide en calorías. O mejor dicho, kilocalorías, que es lo mismo que las calorías que ves en los paquetes de comida. Ya sabes, esas que luego te obsesionan. Un rollo.
Kilocalorías (kcal), para ser exactos. Que basicamente, y para que te hagas una idea… es lo que necesitas para calentar un kilo de agua, imagínate un litro de leche, un grado. No sé si me explico bien. Es un poco lío, ¿no?
- Calorimetría directa: Esta es la forma más directa (valga la redundancia, jeje). Se mete a la persona en una cámara aislada y se mide el calor que desprende. Como si fuera un horno humano, ¡qué locura! Pero es carísimo y complicado, así que no se usa mucho. Yo, vamos, nunca lo he visto ni lo he probado.
- Calorimetría indirecta: Esta es más común. Se mide el oxígeno que consumes y el dióxido de carbono que expulsas. Respirando, vamos. Con eso se calcula la energía que gastas. Más fácil, ¿no?
- Fórmulas y ecuaciones: También hay fórmulas que estiman el gasto energético en función de tu peso, altura, edad, sexo y nivel de actividad física. Son las típicas que ves en las apps de fitness, ya sabes. Las uso bastante, la verdad, aunque no sé como de fiables son.
Este finde hice una ruta de senderismo con mi perro, un golden retriever, se llama Leo. ¡Menudo cansancio! Seguro que quemé un montón de kcal. Luego me comí una pizza familiar yo solo para reponer, jajaja. Eso sí que son calorías, y de las buenas. A mi me encanta la pizza barbacoa.
Ah, y otra cosa. No solo la comida aporta energía. Las bebidas alcohólicas también tienen calorías, ¿eh? Ojito con las cervezas del verano. Yo este año estoy intentando controlarlas. Bueno, más o menos…
¿Qué necesito para tener energía en mi cuerpo?
¡Energía a tope! Necesitas… ¡chispa! No hablo de la de la vela, sino la vital. Olvida esas pastillas mágicas, la receta es más terrenal, casi… poética.
1. El desayuno, mi gran aliado. Un bocadillo saludable, no un churro con chocolate (aunque, ¡ay!, qué tentación!). Piensa en frutas, frutos secos, ¡hasta un puñado de alegría! En serio, me funciona. Prueba con un batido de plátano y espinacas, verás que energía.
2. Agua, la fuente de la juventud (y la energía). No es broma, ¡beber agua es como recargar la batería del cuerpo! Yo llevo una botella de agua gigante por todos lados. Parezco un camello, pero… ¡energía pura!
3. Mueve el esqueleto. ¿Ejercicio? Sí, aunque suene a lunes por la mañana. Un paseo, una vuelta en bici… ¡hasta bailar en la cocina funciona! Bailo salsa, lo admito. Me ayuda a liberar endorfinas, no lo niego.
4. Siesta energizante. La siesta es sagrada. No soy de esos que dicen que las siestas son para flojos, al menos no siempre. 15-20 minutos, ¡y vuelvo a la vida! Es mi arma secreta.
5. Estiramientos, ¡el yoga para vagos!. Sin enrollarme mucho, unos estiramientos básicos te harán sentir como nuevo. Prueba las torsiones, y la postura del gato-vaca. Aunque la que de verdad me funciona es un buen estiramiento de brazos y cuello. Esos músculos son como unos cables, que necesitan desenredarse.
6. Naturaleza, el antidepresivo gratuito. Un paseo por el parque, respirar aire fresco… ¡desconecta la mente y recarga las pilas! Yo suelo ir a la casa de campo en el pueblo de mi abuela. Se respira mucho mejor allí.
7. Azúcar, ¡enemigo público número uno! Sube y baja tu nivel de azúcar en la sangre, y se acabo la energía. ¡Evita los picos de glucosa! El azúcar es como una montaña rusa, ¡sube y baja!
8. ¡Rutina! Levántate a la misma hora, aunque quieras matar al despertador. Crea una rutina para tu cuerpo, es como programar un reloj biológico. Sí, es como un robot pero… ¡un robot con energía! Este año me ha costado, pero funciona.
Recuerda: la clave está en el equilibrio. No es cuestión de seguir todo al pie de la letra, sino de encontrar lo que mejor te funciona. ¡Experimenta! Y si nada de esto funciona, prueba con un buen café. ¡Pero uno de verdad!
¿Cómo calcular el consumo energético de una persona?
TMB. Bah. Una cifra. ¿Y qué?
Calorías basales. Peso, altura, edad. Números. Irrelevantes. ¿Para qué medir lo efímero?
- Hombres: (10 x peso kg) + (6.25 x altura cm) – (5 x edad) + 5
- Mujeres: (10 x peso kg) + (6.25 x altura cm) – (5 x edad) – 161
Un algoritmo. Frio. Distante. Como la vida misma. Recuerdo el 2024… obsesionado con las calorías. Ahora… ¿qué importa?
Factor de actividad. Mentira. Una ilusión de control.
- Sedentario: TMB x 1.2 (Existencia vacía)
- Ligero: TMB x 1.375 (Un paso… otro…)
- Moderado: TMB x 1.55 (La rueda gira)
- Intenso: TMB x 1.725 (Sudor. ¿Para qué?)
- Muy intenso: TMB x 1.9 (Desgaste. Inútil)
Yo… multiplico mi TMB por 1.375. Camino. Observo. El absurdo. Ayer comí pasta. ¿Importa?
El resultado final. Calorías. Energía. Para consumir. Para existir. Para… nada.
El universo no se inmuta. Mis gatos tampoco. Ni yo. El año pasado pesaba 70 kg. Medía 175 cm. Tenía 30 años. Este año, igual. Números. Nada cambia realmente.
¿Cómo se calcula el gasto energético total diario?
Gasto energético total. Suma de tres factores. Metabolismo basal. Efecto termogénico. Actividad física.
Metabolismo basal: Energía en reposo. Respirar. Pensar. Existir. Harris-Benedict. Una aproximación. Imperfecta. Como todo.
- Hombre: (10 x peso) + (6.25 x altura) – (5 x edad) + 5.
- Mujer: (10 x peso) + (6.25 x altura) – (5 x edad) – 161.
Peso en kg. Altura en cm. Edad en años. Obvio. ¿O no?
Efecto termogénico: Digestión. Metabolismo de nutrientes. 10% del gasto total. Aproximado. Siempre aproximado.
Actividad física: Variable. Demasiado variable. Depende del individuo. Sedentarios. Activos. Atletas. Factor de actividad. Se multiplica por el metabolismo basal.
Yo, por ejemplo, 70kg, 175cm, 30 años. Hombre. Metabolismo basal…1700 kcal. Factor de actividad…1.2. Poco ejercicio. Escritorio. Rutina. 2040 kcal. Sin contar el efecto termogénico. 2244 kcal. Aproximadamente. Siempre ese “aproximadamente”. La vida es una aproximación. Un cálculo erróneo. Un margen de error.
Gasto energético total = Metabolismo basal x Factor de actividad + Efecto termogénico. Una fórmula. Números. ¿Significan algo?
¿Cómo puedo calcular mi gasto energético diario por actividad física?
Gasto energético: Peso x MET x tiempo (horas).
MET (Equivalente Metabólico): Intensidad de la actividad. Dormir tiene un MET de 0.95, caminar a paso ligero 3. Correr a 10 km/h, 8.
Ejemplo: Peso 70kg, corro a 10km/h (MET 8) durante 1 hora. Gasto: 70 x 8 x 1 = 560kcal.
• Calorías quemadas: Variables. Dependen de intensidad, duración, tu propio metabolismo.
• Ritmo Metabólico Basal (RMB): Energía en reposo. Influye genética, edad, masa muscular. Olvida esas fórmulas genéricas. Prueba un test online de Harris-Benedict actualizado.
• Factor de Actividad: Ajusta RMB a tu estilo de vida. 1.2 para sedentarios, 1.9 para muy activos. Yo uso 1.7, entreno 5 días a la semana, natación y pesas. A veces escalo en El Chorro.
• Gasto Energético Total (GET): RMB x Factor de Actividad. Mide todo. Apps, relojes inteligentes. No son precisos al 100%, pero ayudan.
• Miércoles pasado: 800kcal entrenamiento, 1900kcal RMB (según mi Fitbit). Total: 2700kcal. Comí 2900kcal. Objetivo: superávit calórico. Ganar masa muscular.
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