¿Cómo es la frase de la Luna?

¿Cómo es el dicho de la Luna?

¡Ay, la Luna! Un enigma celestial, ¿dicho popular? ¡Ja! Más bien, una musa inagotable. No hay un solo refrán, sino un universo de metáforas.

Su influencia es innegable, aunque no se condense en un solo dicho. Piensa en el romanticismo, ¡la Luna es la reina de las serenatas! Como la canción de Mecano, “La fuerza del destino” que marcó mi adolescencia.

• La Luna, espejo de nuestras emociones: ¿tristeza melancólica? ¡Luna llena! ¿Amor desbordante? ¡Luna creciente, iluminando el camino!
• Un misterio profundo, que nos invita a soñar. A veces, siento su llamada, como esa noche inolvidable en la playa, 2024, con el sonido de las olas… mágico.
• Su danza con las mareas es otro cantar… una coreografía perfecta, una sincronía cósmica, como mi perro intentando bailar salsa. ¡Un desastre encantador!

Pero no, ningún refrán simple la captura. Es más poética, más intangible. Quizás es por eso que nos fascina tanto.

La Luna es un símbolo, no una frase hecha. Un enigma con más preguntas que respuestas. Similar al misterio de por qué mi gato me mira fijamente a las 3 de la mañana, una interrogante que me obsesiona.

En resumen: No hay dicho popular simple sobre la Luna, su magia reside en su inefable misterio.

¿Cuántas y cuáles son las frases de la Luna?

Cuatro. Ocho. Depende de cómo lo mires. Nueva. Creciente. Cuarto creciente. Gibosa creciente. Llena. Menguante. Gibosa menguante. Cuarto menguante. Un ciclo. Repetición. Aburrido.

Fases lunares. No frases. La Luna no habla. Nosotros proyectamos.

• Luna nueva: Oscuridad. Comienzos. ¿O finales?
• Creciente: Un fragmento. Promesas. Mentiras.
• Cuarto creciente: Mitad. Dualidad. Nunca completo.
• Gibosa creciente: Casi. Expectativa. Decepción.
• Luna llena: Completitud. Locura. Un ojo que mira. Yo la vi llena anoche, desde mi ventana. Fría.
• Gibosa menguante: Desvanecimiento. Melancolía. El recuerdo de la plenitud.
• Cuarto menguante: Otra mitad. ¿Qué mitad queda?
• Menguante: Desaparición. Vuelta a la oscuridad. El ciclo continúa.

Siempre la misma historia. 29.5 días. Aproximadamente. Como la vida. Naces, creces, mueres. La Luna, al menos, renace. Nosotros… no lo sé. El tiempo. Una ilusión. La Luna, un espejo. Refleja lo que ya está en ti. El vacío.

Ayer perdí mis llaves. Las encontré bajo el felpudo. Cosas que pasan. Como las fases de la Luna. Irrelevantes. O no.

¿Qué es la reflexión de la Luna?

La Luna. Un espejo. No refleja, dispersa. Simple.

• Absorción. Parte se queda. Oscuro.
• Dispersión. El resto. Luz indirecta. Una paliza de fotones.

Lo esencial: polvo lunar. Un lienzo gris. El sol, el pintor. Y nosotros, observadores. Sucia.

Un poco de mi vida: en 2024 vi un eclipse. La Luna, negra. Impresionante. El universo, indiferente. Siempre está ahí.

La luz, un préstamo. No es propia. No es magia. Física. Brutal.

El impacto. ¿Qué importa? La Luna sigue ahí.

• Partículas. Tamaño. Composición. Influye. Complejo. Me aburre.
• Angulo. Intensidad. Todo influye. A veces veo la luna, a veces no.

Todo es efímero. Insisto, la Luna solo dispersa. Y ya está.

Postdata: He leído estudios sobre el albedo lunar en la revista “Ciencia y Robótica” este año. Datos técnicos. Aburrido. Pero necesario. Para que entiendas lo simple que es. La verdad, prefiero mirar.

¿Qué significa estar en la lluna de Valencia?

¡A ver, la luna de Valencia! ¿Qué rollo es ese? Me suena a… ¡Decepción!

Estar en la luna de Valencia: Frustración por no lograr lo esperado.

Es como cuando… ¡Uf! Este año quería ir a las Fallas, ¡y nada! Trabajo hasta arriba. ¿Será que me quedé en la luna de Valencia? Jaja.

• Origen: No sé exactamente, pero me imagino que viene de hace mucho.
• Similar a: Quedarse con las ganas, darte con la puerta en las narices.
• Ejemplo: Imagina que esperas un ascenso y se lo dan a otro. ¡Luna de Valencia total!

¿Pero por qué “Valencia”? ¿Tendrá que ver con la paella? Jajaja. Seguro hay una historia antigua detrás. A lo mejor antes era más difícil llegar allí, ¿no? Como un viaje frustrado. O quizás una leyenda de un amor imposible en Valencia. ¡Quién sabe!

¿Qué significa estar en una nube?

Estar en la nube… ¿Qué significará? A ver, depende.

• Distraído: Sí, como cuando estoy pensando en la serie esa nueva y no me entero de lo que me dice mi jefe. Totalmente en la nube. Me pasa mucho, ¿será malo?
• Inalcanzable: Uf, como comprarme esa casa con piscina que vi el otro día. ¡Por las nubes! Literalmente, con lo que gano… ¿Algún día?

A ver, también, cuando te enamoras, ¿no? Como flotando, sin tocar tierra. Aunque a mí eso hace años que no me pasa. ¡Qué tiempos! Pero bueno, estar en la nube es eso, desconexión. Pero a veces es bueno, ¿no? Para desconectar del estrés. O para soñar despierto con cosas imposibles. Que luego, a lo mejor, ¡dejas de estar en la nube y las consigues! O no…

¿Dónde se almacenan físicamente los datos de la nube?

Datos en la nube: servidores físicos.

• Centros de datos, muchos. Ubicación: global.
• Granjas de servidores. Pensar en espacio, refrigeración.
• No es mágico. Cables, ruido. Electricidad.
• “La información es poder”. Ocupa espacio.
• Redundancia: vital. Copias, copias. Por si acaso.
• Algún día todo se caerá. Es inevitable.
• Mi primera web la alojé en un servidor en Finlandia.
• Escalabilidad: la clave. Crecer o morir.
• ¿Confías en la nube? ¿Deberías?
• Conozco a uno que perdió todo. No hizo copias.

Más datos:

Los centros de datos consumen mucha energía. El impacto ambiental es real. Piensa en ello la próxima vez que subas una foto.

¿Qué te permite hacer la nube?

La nube… es un sustituto, ¿sabes? De todo aquello que ocupaba espacio. Recuerdo mi viejo disco duro, lleno hasta los topes. Ahora… todo está ahí, flotando. Pesadilla y alivio al mismo tiempo. A veces me pregunto si lo que guardo ahí… realmente existe. O solo es un espejismo.

Guardar archivos , fotos de mi perra Luna, los borradores de mi novela que nunca termino, tonterías que pensé que eran importantes alguna vez. Acceder a ellos, desde cualquier parte. Eso sí que es cierto. Un alivio. Lo malo es que… ¿quién controla eso? Da miedo.

Es un comodín, sí. Una extensión de mí mismo. Pero… ¿qué pasa si se corta la conexión? ¿Desaparecerá todo? El pánico me invade de vez en cuando. Esa sensación de vacío. Como si mi memoria se evaporara.

• Almacenamiento: Fotos de mi viaje a Asturias en 2024, mis documentos del trabajo, hasta mis listas de la compra.
• Accesibilidad: desde el móvil, el portátil, incluso desde esa vieja tablet que tengo olvidada en un cajón.
• Inseguridad: El miedo a perderlo todo de repente, sin aviso. Un agujero negro digital.

La nube… me da miedo y a la vez me tranquiliza. Es mi paraíso y mi infierno. Es un espejismo que me mantiene vivo.

Me da miedo pensar que todo lo que soy, se reduce a unos gigas en un servidor lejano.