¿Cómo se llama cuando miras el sol?

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Mirar al sol se conoce como helioterapia o, más coloquialmente, como mirar al sol. Aunque popularmente se usa "sungazing", es importante recordar que observar directamente el sol puede causar daño ocular grave. Se recomienda evitarlo.

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¿Cómo se llama ver el sol directamente? ¿Nombre?

¡Uf! ¿Cómo le llamamos a esa práctica de mirar al sol directamente? A ver, a ver… ¡Ah, ya me acuerdo!

Se le conoce como “sungazing”. Me suena un poco raro, ¿verdad? Pero es el nombre que le han puesto.

No sé tú, pero yo una vez intenté mirar el sol directamente por unos segundos… ¡grave error! Mis ojos sufrieron durante un buen rato. Creo que fue en la playa, un 15 de julio. No lo repetiré.

Algunas personas dicen que el “sungazing” tiene beneficios, pero yo sinceramente no me atrevo a comprobarlo. Creo que prefiero disfrutar del sol con mis gafas de sol puestas. ¡Más vale prevenir!

Preguntas y respuestas breves:

  • ¿Cómo se llama ver el sol directamente? Sungazing.
  • ¿Otro nombre? Observación del Sol.

¿Cómo se llama cuando miras el Sol y estornudas?

A ver, che, cuando miras al sol y estornudas se llama reflejo del estornudo fótico, así, con “f”. Re raro, ¿no?

Básicamente, lo que pasa es que el nervio óptico y el trigémino están como muy cerca uno del otro, ponele. Y viste cómo el óptico se re acciona con la luz fuerte, como cuando miras al sol, bueno, ¡pam!

Entonces, como están ahí juntitos, el óptico le manda una señal al trigémino por error y éste dice “¡estornudar!”. Una cosa de locos. A mí me pasa seguido, te juro, especialmente en verano. ¡Es un bajón! Me acuerdo cuando fui a la playa en enero, no paraba de estornudar cada vez que salía del agua. Que loco esto de los nervios, ¿viste? Además, no sé si sabías, pero hay gente a la que le pasa con otras cosas, no solo con el sol. ¡Algunos estornudan cuando comen chocolate negro! ¡Imaginate!

  • Nervio óptico: Se emociona con la luz
  • Nervio trigémino: El que te hace estornudar, pobrecito, recibe órdenes confusas.

Y si te pica la nariz, ahí ya es otra historia, ja ja.

¿Qué pasa si veo el Sol directamente?

¡Uy, mirar al Sol directamente! ¡Qué idea más brillante… literalmente! Es como intentar leer un libro con una lupa encendida, pero el libro es tu retina y la lupa es tu cristalino.

  • Tu ojo es un “proyector” de cine un poco rebelde: En vez de proyectar películas, proyecta la imagen del Sol… ¡directamente sobre tu retina! Imagina quemar una hormiga con una lupa. Pues eso, pero en versión ocular y con consecuencias bastante más graves.

  • La retina dice “¡no más!” La retina no está hecha para eso. Es como si le pusieras salsa picante a un bebé. Llora, se queja y, a la larga, se daña. La retina, en este caso, no llora (lástima), pero se quema.

  • ¿Ceguera? No, gracias: Lo que ocurre es que dañas las células fotorreceptoras. ¡Son como los píxeles de una pantalla! Si se queman muchos, la imagen se vuelve borrosa, o simplemente… ¡desaparece! Adiós a ver la cara de tu suegra (para algunos, una bendición disfrazada).

  • Alternativas “cool” para ver el Sol:

    • Gafas de eclipse certificadas (¡no las de sol de la gasolinera!).
    • Proyectar la imagen del Sol en una pared con un agujero pequeño (como los antiguos astrónomos, ¡hipster total!).
    • ¡No mirar! (A veces, la opción más sabia es la menos emocionante).

A mi primo le pasó algo parecido, pero con un láser y un gato. La historia es larga y… mejor no la cuento. Digamos que ahora el gato ve la vida en blanco y negro. No sigas su ejemplo. Por el amor de Cervantes, ¡cuida tus ojos!

¿Qué es el síndrome ACHOO?

El síndrome ACHOO es básicamente un estornudo inducido por la luz, como si el sol fuera un DJ y tu nariz su tocadiscos personal. O sea, que el sol te hace “achís” como si fuera tu amigo invisible alérgico al buen tiempo.

  • ¿Autosómico dominante? Suena a nombre de robot malvado de película de ciencia ficción, pero solo significa que si tu padre o tu madre lo tienen, tú también, ¡felicidades, eres un “achooer”! Yo, por suerte, me libro. Prefiero achacar mis estornudos al polvo de mi colección de vinilos de Raphael.

  • ¿Estallido helio-oftálmico? Helio viene del sol, oftálmico de los ojos… vamos, que el sol le da a tus ojos y estos le chivan a tu cerebro que estornudes. Es como el teléfono escacharrado del sistema nervioso, pero en versión “achú”.

  • ¿Grados? Algunos solo sienten un cosquilleo, otros sueltan una sinfonía de estornudos digna de Verdi. Yo creo que lo mío es más “estornudo con eco”, que empiezo y no sé cuándo voy a parar. Igual es la edad.

  • La sigla ACHOO es genial porque onomatopéyica. Es como si el síndrome se presentara solo, ¡ACHOO!, aquí estoy. Un poco egocéntrico, ¿no?

Al parecer, entre el 18% y el 35% de la población mundial lo tiene, así que si estornudas al sol, no te sientas bicho raro. Eres parte de un club muy exclusivo… ¡y estornudador! La próxima vez que veas a alguien estornudar en un día soleado, ya sabes: “¡ACHOO! Bienvenido al club”.

Y como dato extra, algunos estudios sugieren que el síndrome ACHOO está relacionado con el nervio óptico y la corteza visual, así que la próxima vez que estornudes, ¡echa la culpa a tus ojos! Es más divertido.

¿Qué le pasa a los pulmones cuando estornudas?

¡A ver, a ver! Me preguntaste sobre los pulmones cuando estornudas, ¿no? ¡Qué curioso! Mira, es como cuando inflas un globo y de repente lo sueltas.

Básicamente, el estornudo es una explosión de aire que sale a toda velocidad. ¡Puf! Los pulmones, son los que dan ese “empujón” gigante de aire, entiendes.

  • Hay como una inflamación en la nariz, ¡imagínate!
  • El nervio trigémino se llama, ¡qué nombre!
  • Y ahí viene el estornudo. ¡Achís!

Es como si los pulmones dijeran: “¡Aquí mando yo, fuera toda la porquería!” Por eso estornudamos, porque algo nos irrita, yo que sé, el polvo, el polen, a mi me da por estornudar cuando hace mucho frio.

¿Sabes?, el estornudo sale por la boca y la nariz, ¡menudo combo! Y lo que te irrita, pues, irrita las mucosas. ¡Qué rollo! Por cierto, ahora que me acuerdo, tengo una amiga que estornuda como gatito. ¡Es súper gracioso!

¿Es verdad que el corazón se detiene al estornudar?

Oye, ¿la cosa del corazón que se para al estornudar? ¡Eso es un mito total! No, hombre, no se para, sigue latiendo como siempre, ¿sabes?

Te lo digo yo, que lo he visto mil veces. Mi vecina, la abuela Emilia, estornuda que se las pela. ¡Como si fuese a explotar! Y ahí sigue, viva y coleando, con su corazón latiendo a tope. 9.

El corazón no deja de latir al estornudar. Punto. Es una tontería. Ni mi abuelo, que es médico, ¡y ha visto de todo!, me lo ha dicho nunca. ¡Jajajaja!

Es más, hasta me he puesto a pensar en ello y… ¡Qué miedo si fuera cierto! Imagina, estornudas y… ¡zas! ¡Palabra de honor que me daría un patatús!

Bueno, hablando de mitos, ¿te acuerdas de la vez que… espera, ¿qué me preguntabas? Ah, sí, lo del estornudo. Pues eso, ¡mentira cochina!

No hay evidencia científica que lo apoye. Es de esas cosas que la gente cuenta, ya sabes… como que si te cortan el pelo creces más rápido o que las cucarachas sobreviven a una explosión nuclear. ¡Qué cosas se dicen!

Aquí te dejo un par de cosas que sí son verdad, para que veas que no te miento:

  • El estornudo es una reacción super rápida del cuerpo para expulsar cosas de la nariz, mocos, polen…
  • La fuerza del estornudo es increíble. Se puede llegar a expulsar aire a casi 150 km/h! ¡Casi nada!
  • Lavarse las manos, después de un estornudo, es importantísimo. 2024 ya es bastante obvio ¿no?

En fin, ya sabes. El corazón no para al estornudar. Fin de la historia. Ahora, si quieres, te cuento la vez que mi perro… ¡pero esa ya es otra historia!

¿Cuáles son los riesgos de aguantar un estornudo?

¡Uf! Ese estornudo que me contuve en el metro, línea 7, a eso de las 8:15 de la mañana del pasado 27 de octubre… ¡qué mal rato! Sentí como una presión brutal en la cabeza, ¡una especie de explosión interna! Me dolió muchísimo la cabeza, como si me hubieran dado un martillazo. Estaba en el vagón, apretado como sardina, y sudaba frío, me ardían los ojos. Dios, qué asco.

Riesgos de aguantar un estornudo: No es broma, ¡es peligroso!

  • Dolor de cabeza intenso. Me dolió la cabeza durante horas.
  • Presión en la cabeza y cara. Sentí como si fuera a explotar.
  • Malestar general. Estaba desorientado, mareado.
  • Ardor en los ojos. Parecía que me ardían las pupilas.

Ese día me fui directamente a casa. No pude ir a trabajar, claro. Me tomé un ibuprofeno, me acosté en la oscuridad total, y esperé a que pasara el dolor… Qué rabia, estaba apurado, iba con retraso para una reunión importante en la oficina de mi jefe… ¡y por aguantar un estornudo casi me da un patatús! ¡Nunca más!

Luego me enteré que podría haber sido peor… Según leí después, a parte de lo que ya sentí, aguantar un estornudo puede provocar:

  • Rotura de vasos sanguíneos.
  • Sangrado nasal.
  • Daño en el tímpano.
  • Incluso aneurisma (¡qué miedo!).
  • Inflamación.
  • Problemas auditivos.

En resumen: ¡No aguantes un estornudo! Te lo digo por experiencia propia. Es mejor estornudar con libertad, aunque sea incómodo en público. La salud vale mucho más.

¿Qué se expulsa con los estornudos?

El aire, sí, el aire a presión. Un torbellino efímero, una ráfaga violenta que limpia, que expulsa… moco, bacterias, virus, polvo, partículas irritantes. Un acto reflejo, visceral, una pequeña explosión interna, de esas que te dejan vacío y un poco aliviado después. La fuerza, el sonido, la sacudida… un instante de pura fisicalidad, un pequeño terremoto en el cuerpo. A veces, sucede. Inesperado, insistente, imparable.

Recuerdo aquel estornudo en el metro, un estallido que resonó en el silencio de la mañana. Un estallido que me dejó la nariz fresca, limpia…

Es una liberación, una expulsión de lo superfluo, un limpiar el cuerpo desde dentro. Un acto que te conecta con tu propia animalidad, la fuerza de la naturaleza misma, expulsando lo invasor. Esa sensación… esa especie de limpieza. Es curioso, ¿no?

  • Moco: Siempre. Ese flujo viscoso que lubrica, que protege, y que a veces se rebela, necesitando salir.
  • Bacterias: Muchas, infinidad. Un ejército microscópico que intenta invadir.
  • Virus: Los culpables invisibles.
  • Partículas irritantes: Polvo, polen, ¡hasta un pequeño insecto!

Mi hermana, ayer, estornudó tres veces seguidas. Tres pequeñas explosiones que resonaron en el silencio de mi apartamento. Un eco en el tiempo, un recuerdo fugaz.

Un estornudo, un micro-cosmos de lo que expulsa el cuerpo para protegerse. Una pequeña pero significativa respuesta, visceral y repentina. Lo que se expulsa. Su objetivo: la limpieza. Algo tan simple, tan común, tan humano.

¿Qué significa ver lucecitas después de estornudar?

¡Ay, qué susto me dio! Estaba en mi casa, en el piso de arriba, 2024, a las 7 de la mañana, con la tos más horrible del mundo. Sentía como si me fueran a salir los pulmones. Estornudé con toda mi fuerza… y ¡zas! Un montón de lucecitas, ¡como fuegos artificiales en miniatura dentro de mi cabeza! Fue rarísimo, ¡pensé que me estaba muriendo! Me asusté mucho, la verdad. El corazón me latía a mil. Me agarré a la pared para no caerme.

Luego, claro, me tranquilizé un poco… Pero el susto quedó ahí. Busqué en Google inmediatamente: fosfeno. ¡Ah, claro! Lo leí por encima, algo de la presión… el nervio óptico… bla, bla, bla… Pero el susto ya estaba hecho.

  • Fosfeno: Lucecitas tras estornudar o toser.
  • Causa: Presión sobre los ojos.
  • Sensación: Fuegos artificiales diminutos.
  • Miedo: ¡Mucho miedo! Pensé que me daba algo.
  • Ubicación: Mi casa, 2024, piso de arriba.

Fue muy intenso. No me había pasado antes, pero ahora sé que no es grave. Al principio sí que me preocupó mucho. La verdad es que quedé en shock durante un buen rato. Y no, no es que estuviese drogada ni nada… ¡jamás! Solo fue el estornudo, el susto y las lucecitas. Ahora lo recuerdo y sigo teniendo escalofríos. Me dio miedo pero luego buscando en internet me di cuenta de que era un fosfeno, y no era grave. ¡Qué susto, por Dios!

#Mirar Sol #Ver El Sol