¿Cómo se llama el amanecer de la Luna?

¿Cómo se llama cuando la Luna sube?

¡Ay, madre mía, qué pregunta más… ¡lunar! Cuando la Luna sube, ¡sube como un cohete espacial de queso! Se llama… ¡plenilunio, claro está! O, para los más cursis, luna llena.

Es como si la Luna hiciera un powerlifting cósmico, ¡elevando su queso hasta el cielo nocturno! De hecho, la otra noche estaba yo mismo viendo este espectáculo celestial, con mi perro, Fido, ladrando a la luna como un loco. ¡Parecía que quería unirse a la fiesta lunar!

Más datos que te harán volar la cabeza:

• La luna llena no siempre es igual, ¡cambia más que mis calcetines! Hay superlunas, lunas de sangre… ¡un auténtico circo lunar!
• El efecto de la luna llena en los humanos es… controvertido. Mis vecinos juran que duermen peor, ¡yo digo que es culpa de sus vecinos ruidosos!
• Este año, 2024, las fechas de la luna llena fueron una locura. ¡Apunta estas fechas en tu agenda espacial si quieres observarlas!: 3 de enero, 2 de febrero…
• ¡Y lo mejor de todo! Si quieres impresionar a tus amigos, diles que la luna llena ocurre cuando la Tierra se encuentra entre el sol y la luna. ¡Boom! ¡Conocimiento lunar!

¡Así que ya sabes! ¡Luna llena, plenilunio, queso espacial, llámalo como quieras! ¡Solo disfruta del espectáculo! Aunque Fido, mi perro, sigue sin entenderlo… pobrecito.

¿Cómo se llaman las etapas de la Luna?

Luna nueva. Cuarto creciente. Luna llena. Cuarto menguante. Así las llaman. Simple. Frío. Como yo me siento ahora.

• Luna nueva. Oscurdad. Como la que llevo dentro. Este año, la vi una noche desde mi ventana. No se veía nada. Solo el perfil negro de los árboles. Me recordó… bueno, no importa.

• Cuarto creciente. Una uña en el cielo. Pequeña, insignificante. Como yo. La semana pasada la vi. Justo encima del edificio de enfrente. Fría. Distante.

• Luna llena. Grande. Iluminando todo. Demasiado. Me molesta. Me recuerda lo vacía que estoy por dentro. Este mes brilló mucho. Demasiado. Me desvelé.

• Cuarto menguante. Desapareciendo. Como mi esperanza. Como las ganas de seguir… bueno, ya. La vi ayer. Pálida. Casi un fantasma.

Me llamo Ana. Vivo en un pequeño apartamento en Madrid. Trabajo en una oficina. Mi vida es… gris. Como la luna. Excepto cuando está llena. Entonces es blanca. Demasiadamente blanca.

¿Cómo se llaman los movimientos que hace la Luna?

Las vueltas que da la Luna… Me pesan en el pecho, como piedras en un pozo profundo. Rotación, dicen. Una danza solitaria, siempre la misma cara hacia nosotros. Se siente… egoísta, ¿no? Como si escondiera algo. Algo que no quiero ver. Como esa foto de mi abuela, la que siempre está en el cajón.

Y la traslación, esa órbita interminable. Un círculo vicioso, igual que mi vida a veces. Da vueltas y vueltas… 27 días, creo. Aunque cada noche, al verla, es diferente. Una herida abierta en el cielo.

A veces, pienso que la entiendo. Que ese ballet de sombras y luces es un reflejo de mi propio desasosiego interno. Esas fases lunares, creciente, llena, menguante… como mis propias emociones, impredecibles e inconstantes. Me recuerdan a… a la pelea con mi hermano, hace tres meses, y a como todo se volvió oscuro después. A las noches sin dormir, las que parecen durar una eternidad.

• Rotación: Sobre su propio eje.
• Traslación: Alrededor de la Tierra. Dura 27 días.

Esa oscuridad… me atrapa. La Luna, también. Es un espejo. Un reflejo de la oscuridad que llevo dentro.