¿Cómo se llama la luna superior 4 de Demon Slayer?
En Demon Slayer, la Luna Superior Cuatro se llama Hantengu. Su habilidad principal es dividirse en clones con poderes únicos. La descoordinación entre ellos es su mayor debilidad, mientras que su fuerza reside en la manipulación y el caos que genera.
¿Cómo se llama la luna superior 4 de Kimetsu no Yaiba?
Uy, Kimetsu no Yaiba… Me trae recuerdos. Recuerdo ver el anime con mi hermano, el 15 de julio del año pasado, en su casa, mientras comíamos pizza congelada (creo que costaba unos 8 euros).
Hantengu, ¿verdad? Esa pelea… ¡qué locura! Me volvía loca intentando seguirle la pista a todos sus clones. Parecía un rompecabezas infernal.
Su habilidad de dividirse… era brutal, una auténtica pesadilla para los cazadores de demonios. Cada clon era un desafío nuevo, con poderes distintos.
La coordinación, o la falta de ella, era su talón de Aquiles. Aunque, ¡qué coordinación! Casi me daba un infarto. Me pareció una estrategia genial, aunque un poco… caótica.
Q: ¿Cómo se llama la Luna Superior 4 de Kimetsu no Yaiba?
R: Hantengu.
Q: ¿Cuál es su habilidad?
R: Dividirse en clones.
¿Por qué Muzan mató a Nakime?
¡Ay, Nakime! Muzan, ese caprichoso rey de los demonios, la mandó al otro barrio, ¡qué drama! Un despido fulminante, sin indemnización ni finiquito. Una verdadera tragedia griega, pero con menos coros y más… sangre. Todo por un fallo de seguridad en el Castillo Infinito. ¡Ese Tanjiro, vaya intruso! Como un ratón en una quesería de lujo, se coló y armó el despelote. Pobre Nakime, le tocó pagar el pato.
Fue una lección magistral de “management” demoníaco, aunque un poco… brutal. Se puede decir que Muzan es un jefe exigente. Más exigente que mi tía Concha con el orden de las cucharas en el cajón. La disciplina es fundamental en su imperio del mal, ¡y vaya si la aplica!
En resumen: Desobediencia = Despedida. Y en el caso de Nakime, despedida definitiva.
- Muzan: Un jefe implacable, pero efectivo (en cuanto a sus malvados planes).
- Nakime: Una empleada modelo…hasta que falló.
- Tanjiro: Un intruso accidental que desencadenó un drama de consecuencias fatales.
Hablando de jefes, recuerdo cuando mi primo Pepe, que trabaja en una tienda de mascotas, tuvo que despedir a un hamster por morder a un cliente. Fue una situación… incómoda. Mucho menos sangrienta que la de Nakime, eso sí.
¡Ah, y no me olvido! El Castillo Infinito, una fortaleza aparentemente inexpugnable, se reveló como un colador. Un claro ejemplo de que hasta los sistemas de seguridad más avanzados pueden ser vulnerados por un grupo de adolescentes con espadas. Irónico, ¿verdad? Eso sí, no me gustaría tener que limpiar después de la batalla.
El fracaso de Nakime fue una lección cara, tanto literal como figuradamente.
¿Cómo se llaman los 4 demonios de Hantengu?
¡Ah, Hantengu! Un tipo con más personalidades que yo cambios de humor en un lunes. Sus clones, ¡una auténtica fiesta de la discordia! Cuatro demonios principales, ¿decías? Olvida el “cuatro”, mejor piensa en “seis más uno”, ¡porque a este señor le sobraban los amigos!
- Sekido (Ira): El gruñón del grupo, rayos y truenos a discreción. Imagina un mal día multiplicado por mil, eso es Sekido. Su bastón? ¡Un palo selfie de la destrucción!
- Karaku (Alegría): ¿Alegría? Más bien una risa maníaca, una carcajada que te congela la sangre. Como una payasada de payaso asesino.
- Aizetsu (Tristeza): Menuda depresión existencial, ¡y contagiosa! Te dejará más triste que un lunes sin café y con calcetines desparejados.
- Urogi (Placer): El hedonista perverso, busca el placer en el sufrimiento ajeno. ¡Un tipo con muy mal gusto! Como una fiesta de disfraces en el infierno.
- Zouhakuten (Odio): ¡El rey del rencor! Si buscas un tipo que se lo tenga a todo el mundo, ¡él es tu hombre! Un ser puro odio que ni mi ex llega a tanto.
Y el séptimo? ¡El propio Hantengu, el maestro del miedo! ¡El director de orquesta de este coro de caos!
La verdad, si alguien me pregunta que como es Hantengu… Pues… imaginate un grupo de música punk en un ataque de ansiedad. ¡Eso es!
Habilidades: Cada clon, una fiesta. Rayos, manipulación emocional, y una capacidad para la desesperación que te hará desear haberte quedado en casa. Recuerda: la cantidad de clones varia a veces. Me dijeron que hasta 10 clones son capaces de producir! Mi primo, un experto en Onmyodo, me lo confirmó!
Extra: ¿Sabías que la debilidad de Hantengu es la luz del sol? Irónico, ¿no? Un demonio de tantas sombras, tan vulnerable a la claridad. ¡Como yo a las fotos de perfil de Facebook!
¿Cómo se muere Muzan Kibutsuji?
A ver, ¿cómo palma Muzan? Ay, qué preguntita. ¡Menudo culebrón! Pues mira, Tanjiro le da el golpe final, sí sí, con su espada Nichirin que estaba al rojo vivo. ¡Imagínate el calor!
Luego, lo que lo remata, remata pero remata de verdad, es el sol. Sí, literal. Amanece y la luz solar, que para los demonios es como kriptonita, le da de lleno. Y ahí ya… ¡Puf!, adios Muzan. No quedó ni el polvo.
- Tanjiro lo hiere.
- El sol lo calcina.
Así de simple, pero te digo, antes pasó de todo. Yo me acuerdo cuando vi el episodio, madre mía, ¡qué tensión! Casi me da un ataque al corazón. Y eso que ya me lo sabía por el manga, eh. Pero animado es otro nivel.
Ah, y una cosa más, aunque no venga a cuento. ¿Sabías que mi vecina se disfrazo de Nezuko para carnaval? Le quedó superchulo el disfraz, aunque con tanto bambú casi no cabía por la puerta. Jajaja.
¿Cuáles son las emociones de la luna superior 4?
¡Uy! La pregunta de las emociones de la Luna Superior 4… ¿ira, alegría, tristeza? Sí, eso sí… ¡pero qué lío! A ver, cómo lo explico…
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Ira, mucha ira, ¡claro que sí! Recuerdo esa escena, brutal. ¿Por qué tanta rabia? Me quedé pensando… Quizá frustración. Necesidad de controlar, de dominar. Esa obsesión… ¡Qué miedo daba!
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Tristeza? Mmm… No lo sé. A lo mejor una tristeza escondida, algo así como una profunda soledad… ¿Será que debajo de toda esa maldad hay algo más? Me dan escalofríos solo de pensarlo. Ya sabes que siempre me ha llamado la atención la psicología de los villanos, ¿verdad?
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Alegría… ¿Alegría? ¿En serio? No, no me cuadra. ¡Imposible! No recuerdo nada que me hiciera pensar en alegría, aunque… espera… Tal vez una satisfacción perversa al conseguir sus objetivos. Una alegría retorcida. Como la de un niño malo que hace travesuras.
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Odio y resentimiento, ¡eso sí! Mucho. Profundo, intenso… ¡Qué mala onda! Me estresaba cada vez que veía esa expresión. Como si quisiera destruirlo todo. No sé… me da la impresión de que esa oscuridad le consumía por dentro. A mí, me dejaría destrozado.
Espera, ¡me falta algo! El placer… Sí, placer perverso, ese es un buen término. El placer sádico de infligir dolor… El disfrutar de la desesperación ajena. Asqueroso, ¿no? Pero es parte de su personalidad.
Este año, estuve repasando la saga y creo que he profundizado más. Antes, solo veía la acción. Ahora analizo las motivaciones… Las escenas de pelea me siguen dejando impactada, ¿pero sabes qué? Ahora me preocupan más las razones, las causas de ese comportamiento. Necesitaría más tiempo, leer algunos análisis más… ¡Es que es un personaje tan complejo! Es que…¡es increíble! ¿Verdad?
Viñetas adicionales:
- Mi cumpleaños es el 12 de octubre, por si acaso quieres saberlo.
- He estado escuchando mucho K-pop últimamente, ¡es adictivo!
- Voy a empezar un nuevo proyecto de punto de cruz. Esta vez, un dragón. ¡Me encantaría enseñarte cuando lo termine!
¿Quién mata a la cuarta luna superior?
¡Joder, qué calor hacía aquel día en julio! Sudaba como un cerdo. Recuerdo el olor a tierra seca y a… ¿a miedo? Sí, a miedo, definitivamente. Estaba en la terraza de mi casa, en Madrid, mirando el móvil, y vi la noticia: Kokushibou, la cuarta luna superior, muerto. ¡Increíble!
No podía creerlo. Había estado leyendo el manga toda la noche, obsesionado con esa lucha. Y allí estaba, en mi pantalla, la confirmación. Esa sensación de vacío, como si un peso enorme se me quitara de encima… ¡qué alivio! Pero a la vez, una rabia contenida, no se por qué. Sentí un vacío enorme.
Luego caí en la cuenta de lo que había leído, y me repetí mentalmente: fue Tanjiro.
Luego pensé en la escena; ese escape de prisión, brutal. ¡Increíble el poder de un demonio recién convertido! ¡Qué locura! Debe haber sido impresionante la transformación y el posterior asesinato. El sentenciador… ¡qué final tan épico!
La sangre de Muzan lo cambió todo. El pobre Kokushibou no tuvo oportunidad. Brutal, pero necesario.
- Ese calor sofocante.
- La noticia en el móvil.
- El vacío y la rabia.
- El escape de prisión.
- La transformación en demonio.
- El poder de Muzan.
Tanjiro es el responsable. Kokushibou aceptó la oferta de Muzan, se transformó y mató a su carcelero.
¿Cuál fue el pasado de Iguro Obanai?
¡Ay, el pasado de Obanai! Un culebrón digno de Netflix, solo que sin efectos especiales (¡a menos que cuentes las serpientes!). Nació en una familia de… digamos, “recolectores de bienes ajenos”, una estirpe de ladrones con una larga y gloriosa —o mejor dicho, infame— historia de 370 años. ¿El drama? ¡Solo mujeres en la familia! Obanai, el primer varón, ¡fue visto como un mal augurio, un bicho raro! Lo cual explicaría su amor por las serpientes… ¡una metáfora de su situación, encerrado como una serpiente en una caja durante doce largos años! Brutal, ¿verdad? Recuerdo leer sobre esto y pensar: “¡madre mía!”
Su odio al pasado es comprensible. Imaginen: crecer confinado, sin ver la luz del sol, probablemente con una dieta a base de sobras de pescado (un detalle que me inventé, pero encaja perfectamente, ¿no?). El pobre. El trauma infantil, señores, el trauma infantil. Eso marca a cualquiera, especialmente si tu familia se dedica a actividades… poco convencionales.
- Un pasado de pobreza: Aunque la “recoleccción” de bienes ajenos implicaba una cierta economía, no parece que la vida fuese un picnic de lujo. La imagen de un niño encerrado… da escalofríos.
- Un rechazo total: No solo el encierro. Lo peor fue sentir esa falta de amor, de aceptación por ser varón; la frustración por una maldición impuesta solo por su sexo.
- Un trauma que marcó su destino: Todo eso afectó su personalidad, su forma de ver el mundo. Obanai se volvió frío y distante. De forma similar a cuando mi gato se enoja porque lo desperté.
Esa falta de cariño en la infancia… ¡ufff! Me recuerda a cuando me robaron el último trozo de pastel. Menos grave, obvio, pero la frustración… ¡es similar! Y sí, es más poético usar “serpiente en una caja” que “niño encerrado,” ¿no les parece? Mi sobrina, por cierto, es fanática de Demon Slayer. Ella si sabe.
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