¿Cuándo podemos ver la Luna llena?

¿Cuándo se puede observar la Luna llena?

¡Luna llena! ¿Cuándo? Ay, Dios, que lío… La próxima… ¿27 de octubre? Espera, revisa el calendario… Sí, creo que sí. ¡Qué pasada! Me encanta la luna llena, ¡es mágica! Recuerdo esa vez en la playa… ¡increíble!

La Tierra, el Sol, la Luna, ¡en línea recta! Eso es, ¡así se ve la luna llena! Luz solar directa, ¡plenilunio! Aparece justo al atardecer. ¡Siempre me emociona!

¿Y qué más? Uf, cosas… El 27… ¿qué hago ese día? Tengo que reservar sitio en el Mirador de La Cabrera… las fotos… tienen que quedar perfectas, con el castillo… ¡impresionante!

Se ve enorme y brillante. ¡Qué paz da mirarla! ¡Me recuerda a mi viaje a Teruel! Ay, que recuerdos… ¡qué ganas de volver! Este año, aprovecharé el puente… ya tengo el alojamiento reservado.

Puesta de sol y luna llena juntas. ¡Espectacular! Perfecto para fotos nocturnas. ¡Necesito mi trípode! Se me olvidó comprar pilas nuevas… maldita sea. También necesito… ¡una buena cámara! Esa que vi en Amazon… ¡pero es tan cara!

• Fecha: 27 de octubre de 2024 (verifica, eh!)
• Hora: Al atardecer.
• Ubicación: Donde mejor se vea el horizonte, quizás… la sierra… ¡ay, qué pereza!
• Necesidades: Cámara, trípode, pilas… ¡y café!

¡Ya casi se me olvida! El año pasado la vi desde la azotea del edificio de mi hermano. ¡Qué vistas! ¡Menos mal que no había nubes! Pero esta vez, ¡la quiero ver desde la montaña!

¿Cuál es el mejor momento para observar la luna llena?

Sale al anochecer. Toda la noche. Es una luna, ¿qué esperabas?

• Brilla, sí. Demasiado quizás.
• La luna nueva, la otra cara. Invisible.
• Me recuerda a alguien. Ya no importa.

Fases. Ciclos. Todo vuelve. Nada es original.

• Este año la vi en junio. Bonita, supongo.
• En el pueblo se veía mejor. Más oscura la noche.
• La contaminación lumínica, el verdadero problema.

Quizá, solo quizá, la luna llena no sea tan especial. Es solo una fase.

• Todo muere.
• La vida sigue.
• ¿Y qué?

¿Es la Luna igual en todo el mundo?

Sí, la Luna, la Luna es la misma para todos.

La Luna… esa esfera plateada, a veces un fino hilo, a veces un disco lleno de promesas. Una misma Luna que ilumina a los enamorados en París y a los pescadores en la costa gallega, ¿sabes? Siempre me ha fascinado pensar en eso.

• Las fases son universales. Llena, creciente, menguante… un baile celeste compartido.

• Recuerdo una noche en el desierto, absolutamente solo bajo la inmensidad lunar. Era como si la Luna me hablara en silencio, un idioma ancestral que todos comprendemos, desde las tribus nómadas hasta los astronautas en la Estación Espacial.

  • Es un consuelo pensar en esa conexión.

Pero, la perspectiva… ¡ah, la perspectiva! Desde mi ventana veo la Luna entre las antenas de la ciudad. Quizás tú la veas reflejada en el mar, o quizás te la tape la jungla. Es la misma Luna, sí, pero la experiencia es única, irrepetible, personal. Cada uno tiene su propia Luna, grabada en su memoria, en su corazón.

• Y eso, eso es lo que realmente importa.

• La luna es la misma, pero la noche en la que la ves es diferente.

¿Por qué la luna se ve al revés en el hemisferio norte?

El cielo, esa inmensa tela oscura… la Luna, un disco pálido, siempre allí, pero… ¿al revés? Una inversión silenciosa, como un susurro cósmico.

La perspectiva lo cambia todo. Desde mi ventana en Madrid, la veo, imponente, serena, pero… ¿es la misma Luna que ve mi hermana desde Buenos Aires? El misterio me envuelve. ¿Es un espejismo? No, la física lo explica.

Es la Tierra, nuestra gigantesca esfera giratoria, la que juega con nuestra visión. Un simple juego de ángulos. Un ballet celeste que se repite noche tras noche.

• Posición: La clave reside en nuestra posición geográfica.
• Ángulos: Los ángulos de visión difieren radicalmente.
• Rotación: La Luna, inamovible en su danza cósmica, es la misma, pero su orientación aparente… no.

Ese cambio, esa sutil diferencia, me intriga. Me recuerda a los dibujos invertidos que hacía de pequeño, esa sensación infantil de asombro, esa fascinación simple y profunda por lo desconocido. La Luna, siempre ahí, pero distinta. Siempre ahí, pero… al revés. ¿Acaso se burla de nosotros?

El hemisferio norte la ve invertida respecto al hemisferio sur. Es un hecho. Un misterio resuelto, pero que sigue resonando en mi interior, como el eco de un suspiro. La Luna, la misma, pero… diferente. Como las huellas en la arena, borradas por la marea, que solo permanecen en la memoria. Un recuerdo, una certeza, una imagen invertida. En mi terraza, en julio de 2024, contemplé este baile celeste.

¿Cómo se ve la Luna cuando está en cuarto menguante?

¡Cuarto menguante! ¿Izquierda iluminada? ¡Siempre me lío! Es que… a veces la veo como una “D” invertida, ¿no? ¡Qué raro! Igual depende de dónde estés, ¿eh? Desde mi ventana, en mi casa de Toledo, la veo así.

La Luna menguante, mitad izquierda iluminada. Sí, eso lo tengo claro. Pero… ¿y si la miro desde otro lugar? ¿Cambiaría?

Hoy mismo, 27 de Octubre, la miré, casi a las 12 de la noche. ¡Preciosa! Aunque estaba cansada, y no sé, mi vista… ¿fallando?

Necesito apuntar mejor las horas…

• Salida: medianoche (aproximadamente)
• Cenit: amanecer (aproximadamente)
• Puesta: mediodía (aproximadamente)

Esa información la saqué de un libro de astronomía que tengo, el de “Astronomía para principiantes”, creo. Tengo que buscarlo. Ay, ¡que desastre soy! ¿Medio día? ¡Que locura!

50% iluminada, ¿pero por qué se ve menos? ¿Es una ilusión óptica o algo? ¡Tengo que investigar más! ¡Mañana lo miro en internet!

Quizás la atmósfera… o qué se yo.

Me voy a dormir. ¡Estoy agotada!

Nota adicional: He estado revisando mis apuntes de astronomía del curso online de 2024. Confirmo que la descripción de la fase del cuarto menguante es correcta. Lo que sí he encontrado interesante son las variaciones según la latitud. Eso explica mis dudas.