¿Por qué Nezuko olvidó cómo hablar?

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Nezuko elige el silencio, representando un voto similar al de los monjes budistas. Su bozal simboliza esta renuncia a la palabra y funciona como barrera contra sus instintos demoníacos, reprimiendo su necesidad de consumir carne humana.

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El Silencio de Nezuko: Un Voto Budista Contra la Bestia Interior

Nezuko Kamado, la hermana menor de Tanjiro en el aclamado manga y anime “Kimetsu no Yaiba” (Demon Slayer), es un personaje que ha cautivado a la audiencia no solo por su ternura y fuerza, sino también por su peculiar silencio. A pesar de su transformación en demonio, Nezuko lucha por mantener su humanidad, y parte fundamental de esta lucha se manifiesta en su mutismo. Pero, ¿por qué Nezuko olvidó cómo hablar? La respuesta es compleja y multifacética, y va más allá de una simple secuela de su transformación.

Si bien es cierto que su conversión en demonio afectó sus capacidades cognitivas y físicas, la razón por la que Nezuko permanece en silencio es mucho más profunda. Podríamos interpretarlo como una elección consciente, un voto de silencio similar al que practican los monjes budistas. Este voto, más que una imposición, es una renuncia voluntaria a la palabra, un sacrificio personal en la búsqueda de la iluminación y el dominio propio.

En el caso de Nezuko, este “voto de silencio” se convierte en una herramienta crucial para contener sus instintos demoníacos. La palabra, después de todo, puede ser un conducto para la impulsividad, la ira y el deseo. Al renunciar a hablar, Nezuko se aísla del potencial peligro que su propia voz podría representar, tanto para ella como para los demás.

El bozal de bambú que constantemente lleva puesto simboliza precisamente esta renuncia. No es simplemente un impedimento físico para evitar que muerda a otros. Es un recordatorio constante de su compromiso con la contención, una barrera tangible contra su necesidad de consumir carne humana. El bozal, por lo tanto, se convierte en un símbolo poderoso de su lucha interna, una representación visual de su voto de silencio y su determinación por preservar su humanidad.

Además, el silencio de Nezuko le permite comunicarse de otras maneras. A través de sus expresiones faciales, sus gestos y su lenguaje corporal, logra transmitir sus emociones y necesidades. Esta comunicación no verbal, aunque limitada, es suficiente para crear un fuerte vínculo con Tanjiro y los demás cazadores de demonios, demostrando que la conexión humana trasciende las palabras.

En conclusión, la incapacidad de Nezuko para hablar es un elemento crucial de su arco narrativo. No se trata simplemente de una secuela de su transformación en demonio, sino de una elección consciente que le permite luchar contra sus instintos y mantener su humanidad. Su silencio, simbolizado por el bozal, es un voto budista contra la bestia interior, una renuncia a la palabra en pos del dominio propio y la preservación del amor y el vínculo que la une a su hermano y a la humanidad. A través de su silencio, Nezuko nos enseña que la verdadera fuerza reside en la contención, la autodisciplina y la capacidad de conectar con los demás más allá de las palabras.