¿Qué es la convivencia y por qué es importante?

¿Qué es la convivencia, de verdad? ¿Acaso no es algo que todos sentimos, o intuimos, en el aire? Como esa calidez que te envuelve cuando estás con gente que te quiere, ¿sabes? En el cole, por ejemplo… ¡qué diferencia hay! Recuerdo mi época en el instituto, un hervidero, un auténtico zoológico a veces, con sus peleas, sus susurros, sus miradas de reojo… Unos años de pura supervivencia, vamos.

Y luego están los colegios donde la convivencia escolar es, ay, ¡qué diferente! Como si fuera magia, ¿no? Se respira otro ambiente. Te sientes seguro, como en una burbuja de respeto, y eso, amigos, es esencial. Es clave, no lo puedo negar. Es que, ¿cómo se supone que vas a aprender si estás todo el día con el estómago revuelto por el miedo o la tensión? Imposible.

Dicen los estudios – sí, he leído algunos, aunque me duerma con ellos en las manos – que una buena convivencia mejora el aprendizaje un montón. Hablan de porcentajes, ¡qué se yo!, de mejoras considerables, que la colaboración fluye mejor… Pero es que yo lo he vivido, de cerca. Recuerdo a mi prima Ana, siempre tan callada, que en un colegio con buen clima se abrió como una flor. De repente, participaba, sonreía, hasta sacaba mejores notas. ¡Una transformación total!

La convivencia no es solo no pelearse, ¿eh? Es mucho más que eso. Es sentirse parte de algo, sentir ese apoyo mutuo, ese respeto… Es como una gran familia, a su manera, claro, con sus discusiones y sus momentos de alegría. Y sí, a veces es un lío, un caos organizado, pero al final, es lo que te hace crecer, te enseña a lidiar con los demás, a comprender, a negociar… A ser persona, en definitiva. Y eso, créanme, no tiene precio.

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