¿Qué idioma fue la base para el idioma español o castellano?

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El español desciende del latín vulgar hablado en la Hispania romana. Tras la caída del imperio, la evolución del latín culto dio lugar a distintas lenguas romances, incluyendo el castellano.
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Del Latín Vulgar al Español: Un Viaje Lingüístico a Través del Tiempo

El español, o castellano como se le conoce en algunas regiones, no surgió de la noche a la mañana. Su rica historia y evolución se remontan a siglos, con raíces firmemente plantadas en el latín vulgar hablado en la Hispania romana. Contrario a la creencia popular que apunta al latín clásico como origen directo, la realidad es más compleja y fascinante. Entender el desarrollo del español requiere comprender la diferencia crucial entre el latín culto, el lenguaje de la literatura y el gobierno romano, y el latín vulgar, el idioma hablado diariamente por la población.

El latín clásico, un idioma riguroso y formal, poseía una gramática compleja y un vocabulario preciso. Sin embargo, este latín no era el idioma de las calles, los mercados o las conversaciones cotidianas en Hispania. El latín vulgar, por otro lado, era una lengua viva, dinámica y en constante evolución. Era un dialecto con variaciones regionales significativas, influenciado por las lenguas prerromanas existentes en la Península Ibérica – como el ibérico, el celta y el vasco – así como por las posteriores migraciones y contactos culturales.

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, el latín vulgar, desprovisto del sostén de una administración centralizada que impusiera un estándar lingüístico, se fragmentó. Este proceso, que se extendió durante siglos, dio lugar a las lenguas romances, un grupo de idiomas relacionados genéticamente que comparten un ancestro común: el latín vulgar. El castellano, o español, es una de estas lenguas romances, que evolucionó de manera particular en la zona central de la península Ibérica, alrededor de la actual Castilla.

La transformación del latín vulgar en castellano no fue un proceso lineal ni homogéneo. Influencias fonéticas, léxicas y gramaticales se fueron incorporando gradualmente, dando forma a un nuevo idioma con características únicas. La pérdida de casos gramaticales, la simplificación de la conjugación verbal y la evolución de la fonética son solo algunos ejemplos de los cambios significativos que sufrió el latín vulgar en su transición al español.

En resumen, el español no es una derivación directa del latín clásico, sino un descendiente del latín vulgar, una lengua viva y cambiante que absorbió influencias locales y se moldeó a través de siglos de evolución cultural y social. Comprender este proceso nos permite apreciar la complejidad y la riqueza de la historia del idioma español, un legado lingüístico que conecta nuestro presente con un pasado fascinante. Investigar las diversas influencias pre-romanas y posteriores en el vocabulario y la gramática española nos ofrece una comprensión aún más profunda de su desarrollo orgánico y diverso.