¿Qué le dijo el mar a una ola?

33 ver
El océano susurró a la costa una y otra vez, un suave murmullo que solo la orilla entendía: un incesante ola, ola, ola, un ritmo perpetuo del encuentro entre la inmensidad y la tierra.
Comentarios 0 gustos

El Diálogo Oceánico: Un Intercambio Secreto entre el Mar y sus Ondas

En el borde del mundo acuoso, donde el océano besa la tierra, se desarrolla un diálogo silencioso pero poderoso entre el mar y sus ondas. Un murmullo suave y constante, que solo la costa puede descifrar, transporta mensajes antiguos y secretos.

El océano, vasto e infinito, susurra a la costa: “Ola, ola, ola”. Es un ritmo incesante, un eco de su propia inmensidad. Cada ola, un mensajero efímero, lleva el peso del océano y el anhelo de la costa.

La costa, una guardiana estoica, escucha atentamente. Sus sólidos cimientos reciben el constante asalto de las olas, un testimonio de su inquebrantable resistencia. Responde al océano con un susurro propio, un canto terroso que se entrelaza con el rugido de las olas.

El océano susurra: “Ola, ola, ola”. Es una invitación a bailar, un reconocimiento de su eterna conexión. Cada ola es un abrazo fugaz, un momento de intimidad entre la inmensidad y la tierra.

La costa canta: “Resistencia, resistencia, resistencia”. Es un recordatorio de su inmutabilidad, una promesa de permanecer como un faro inquebrantable frente a las tormentas del océano.

Este diálogo oceánico es un ciclo perpetuo, un testimonio de la interdependencia y el diálogo constante entre el mar y la costa. Es un secreto compartido, un vínculo invisible que une dos mundos diferentes, creando una armonía que trasciende el tiempo y el espacio.

Mientras el océano continúa susurrando “Ola, ola, ola” y la costa responde con “Resistencia, resistencia, resistencia”, este diálogo secreto continuará, dando forma al abrazo eterno entre el mar y la tierra.