¿Qué le hizo Muzan a Nezuko?

13 ver
Obsesionado con conquistar el sol, Muzan reaccionó con euforia al saber, a través del moribundo Hantengu, que Nezuko había superado su debilidad a la luz solar. La resistencia de Nezuko representaba la clave para su ansiada inmunidad.
Comentarios 0 gustos

El oscuro deseo de Muzan y la fortaleza inesperada de Nezuko: la luz como catalizador de un conflicto.

Muzan Kibutsuji, el demonio supremo, no se caracteriza por la compasión ni por la racionalidad. Su existencia gira en torno a un anhelo obsesivo: la conquista del sol, una fuente de poder que, en su perspectiva, le otorgaría la inmortalidad definitiva y un dominio absoluto. Esta insaciable ambición, a menudo envuelta en una aura de fría maldad, encontró una inesperada y perturbadoramente atractiva revelación en el moribundo Hantengu.

A través de las últimas palabras del demonio, Muzan conoció la sorprendente noticia: Nezuko Kamado, la hermana de Tanjiro, había superado su vulnerabilidad a la luz solar. Este conocimiento, para Muzan, no fue una simple constatación de un hecho biológico. Representó la llave, el mecanismo perfecto, para su ansiada inmunidad. La resistencia de Nezuko no era simplemente una hazaña individual; era la respuesta al misterio de la inmortalidad que Muzan había perseguido durante siglos.

El descubrimiento provocó una reacción visceral en Muzan. Su euforia, lejos de ser un sentimiento de grandeza, fue impulsada por un terrorífico cálculo. La capacidad de Nezuko de resistir la luz solar, un atributo que la hacía excepcional en un mundo de criaturas condenadas por la radiación solar, implicaba un potencial ilimitado. Un potencial que, para Muzan, era inherentemente suyo.

No se puede descartar que Muzan viera en Nezuko, a pesar de la repugnancia que seguramente sentía hacia los humanos, un ser que contenía el elemento crucial para su propia transformación. Tal vez, incluso, un posible vehículo para alcanzar la inmortalidad que había buscado a lo largo de los siglos. El deseo de Muzan, la oscuridad que lo consume, había encontrado un nuevo y perturbador aliado. Esta nueva pieza del rompecabezas demoníaco, este potencial, se convertirá en un eje fundamental en el conflicto que se avecina. La luz, esa fuerza tan temida por los demonios, se presenta ahora como un arma de doble filo, tanto en la búsqueda de Muzan como en la lucha por la supervivencia de Nezuko y los demás.