¿Quién mata a la luna superior 3?

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Akaza, Luna Superior 3, se enfrentó a Kyojuro Rengoku en un feroz combate. Aunque Rengoku luchó valientemente, sucumbió a las heridas infligidas por Akaza, quien huyó antes del amanecer. La batalla marcó la trágica muerte del Pilar de la Llama.

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El Fin de la Luna Superior Tres: Más Allá del Amanecer

La muerte de Kyojuro Rengoku a manos de Akaza, la Luna Superior Tres, es un punto crucial en la narrativa de Demon Slayer. Si bien Rengoku cae ante la fuerza brutal de Akaza, la victoria del demonio es efímera y sembrada de ironía. Akaza, a pesar de escapar del amanecer y la hoja de Tanjiro Kamado, no sobrevive a la historia. Su verdadera derrota, su “muerte”, no llega a manos de un cazador, sino por su propia mano.

El encuentro con Rengoku despierta algo en Akaza. La fuerza y convicciones del Pilar de la Llama, su inquebrantable espíritu de lucha incluso ante la muerte inminente, dejan una profunda huella en el demonio. Esta impresión, inicialmente rechazada con violencia, se convierte en una semilla de duda que germina con el tiempo.

Recordemos que los demonios en Demon Slayer son seres atrapados en un ciclo de violencia y ansia de poder, orquestado por Muzan Kibutsuji. Akaza, antes de su transformación, era un humano con un código de honor y un deseo de proteger a los suyos. Esos vestigios de humanidad, enterrados bajo capas de maldad demoníaca, son removidos por la tenacidad de Rengoku.

Durante el enfrentamiento final contra Tanjiro y Giyu Tomioka, el Pilar del Agua, Akaza es acorralado. Los recuerdos de su pasado humano, avivados por la lucha y las palabras de Tanjiro, resurgen con fuerza. En un acto de autodestrucción, Akaza acepta su derrota, no ante los cazadores, sino ante la memoria de su propia humanidad. Elige dejar de regenerarse, renunciando a la inmortalidad que le ofrecía Muzan y abrazando la disolución final.

Por lo tanto, si bien Rengoku no pudo derrotar a Akaza en su encuentro inicial, su espíritu y sacrificio jugaron un papel crucial en la eventual caída de la Luna Superior Tres. No fue una katana, sino el despertar de su humanidad dormida, lo que finalmente mató a Akaza. Su verdadera derrota reside en la aceptación de su pasado y la renuncia a la monstruosidad en la que se había convertido. Es una muerte espiritual, un suicidio inducido por la memoria, que trasciende la simple destrucción física. Es, en última instancia, una victoria para el espíritu humano que Rengoku encarnó con tanta fuerza.