¿Cómo es correcto llamar a los discapacitados?

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Prioriza siempre la persona. El término correcto es personas con discapacidad, mencionando luego el tipo de discapacidad si es relevante, como visual, auditiva, motriz, etc. Evita expresiones como discapacitado, capacidades diferentes o sufre una discapacidad.
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El lenguaje inclusivo en la descripción de las personas con discapacidad

El lenguaje que utilizamos para referirnos a las personas con discapacidad tiene un impacto directo en cómo las percibimos y cómo se perciben a sí mismas. Es fundamental emplear un lenguaje inclusivo y respetuoso que priorice siempre a la persona por encima de su condición.

El término correcto y ampliamente aceptado para referirse a estas personas es personas con discapacidad. Este enfoque enfatiza la persona como un individuo con sus propias características, necesidades y experiencias, sin reducirla a su condición. No se trata de negar la existencia de la discapacidad, sino de evitar la cosificación y la victimización que conlleva el uso de términos despectivos o que la sitúan en el centro de la identidad.

En situaciones específicas, cuando sea relevante para la comunicación o el contexto, se puede mencionar el tipo de discapacidad. Por ejemplo, es correcto decir “personas con discapacidad visual”, “personas con discapacidad auditiva”, “personas con discapacidad motriz” o “personas con discapacidad intelectual”, siempre y cuando el uso de la información sea pertinente a la conversación o texto. El objetivo es proporcionar la información necesaria sin desviar la atención de la persona como un individuo.

Evitar expresiones como “discapacitado”, “personas con capacidades diferentes” o “sufre una discapacidad” contribuye a un lenguaje más respetuoso y preciso. Estas frases pueden sugerir una limitación intrínseca o un estado de sufrimiento que no refleja la diversidad y la fortaleza de las personas con discapacidad.

Es importante entender que las personas con discapacidad no son un grupo homogéneo. La experiencia de cada individuo es única, y el lenguaje debe reflejar esta diversidad. Usar un lenguaje inclusivo es un paso fundamental para construir una sociedad más justa e inclusiva para todos. Cada persona es única y merece ser reconocida y respetada por su individualidad. El lenguaje que utilizamos juega un papel crucial en este proceso.