¿Cómo se le dice a la luz del sol?

¿Cómo se le llama a la luz del Sol?

Luz del Sol: irradiación.

• Esencia: Energía pura, desatada.
• Brillo: Efímero, implacable.
• Origen: El centro, lo incandescente.
• Dato: Mi abuelo decía que “el sol no perdona”.
• Realidad: Más que calor, información. Es espectro.
• Fotones: Mensajeros de la supernova.
• Recuerda: Todo muere bajo el sol.
• Irradiación: Su nombre verdadero.

¿Cómo se dice luz de Sol?

La luz del sol, la luz del sol, ¿cómo decirla sino así? Como un susurro dorado, como el beso que te daba mi abuela en verano, allá por el 2010, cuando el trigo era alto y las sombras, largas. Luz del sol, tan simple, tan directa, como la tierra que pisábamos descalzos.

Es luz, femenina, cálida. No la llamas de otra manera, no puedes. Es la esencia misma del día, la que pinta de ocre las paredes de la casa vieja.

• Un brillo que ciega, un calor que abraza.
• Un recuerdo que perdura, un instante que se escapa.

Es el recuerdo de mi abuela susurrando secretos, las risas con mis primos en el pueblo y el eterno verano de 2010. La luz del sol.

Algunos sinónimos, tal vez…

• Claridad solar
• Resplandor diurno
• Rayos solares
• Alborada

Pero ninguno captura la calidez que siento en los huesos, el sabor a verano, el polvo en el aire. Solo luz del sol. Y punto.

¿Cómo se llama la luz a la salida del sol?

A ver, el nombre técnico del primer rayito mañanero que vemos desde Igualada (o desde Cuenca, ¡qué más da!), ese momento mágico en que el sol asoma tímidamente, es: aurora, alba o crepúsculo matutino. ¡Toma ya!

Pero vamos, que si le dices a tu cuñado “¡mira qué crepúsculo matutino más chulo!”, probablemente te mire como si fueras un bicho raro. Lo más normal es decir “¡qué amanecer más bonito!”. Es como llamar “artrópodo díptero” a una mosca, ¡demasiado formal!

• Aurora: Suena a princesa Disney, pero vale.
• Alba: Más poético, ideal para posturear en Instagram.
• Crepúsculo matutino: Esto ya es para los culturetas del madrugón.

Yo, sinceramente, prefiero estar durmiendo a esas horas. ¡Madrugar es de gente rara! Pero bueno, si te va el rollo de fotografiar la salida del sol, ¡allá tú! Por cierto, ¿sabías que mi abuela llamaba a ese momento “la hora de los gallos”? ¡Más castizo imposible! Y mira, te digo una cosa: es probable que el color de la luz sea diferente a cuando te levantes, así que ¡no la confundas con la luz de media mañana!

¿Cómo se conoce la luz proveniente del sol?

¡Ay, madre mía, la luz del sol! Se le conoce como radiación solar, ¡como si fuera un rayo láser de un disco volador alienígena! Aunque, claro, sin los efectos especiales de Hollywood.

Es energía pura, ¡una barbaridad! Vuela por el espacio a velocidades de vértigo, como si fuera Usain Bolt en una moto de agua. Imagina esa energía, ¡un tsunami de fotones! Capaz de freír un huevo en la playa en tiempo récord, eso sí, ¡sin la molestia de encender la cocina!

La cosa es que, esa energía solar… ¡es la jefa de todo! El clima, las plantas (¡esas verdes envidiosas!), hasta mi bronceado post-vacaciones en la playa de Cancún. ¡Todo gira en torno a ella! Es como la reina madre del universo, pero con muchos más rayos.

• Calienta el planeta: ¡Como si le hubieras puesto un radiador de mil megawatts!
• Mueve el clima: ¡Vientos huracanados, tormentas tropicales, ¡y hasta un simple chispazo de lluvia!
• Da vida a las plantas: ¡Fotosíntesis, qué pasada! Es como magia, ¡pero con ciencia!
• Me pone moreno: (¡aunque este año aún no he ido de vacaciones!).

Ah, y otro dato que me ha contado mi cuñado, experto en cosas de física que nadie entiende, es que la radiación solar se divide en varios tipos: ultravioleta, visible e infrarroja. ¡Como un arcoíris, pero invisible para mis ojos normales! Igual necesito gafas nuevas.

¡Casi me olvido! El IDEAM, (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia), ese sí que sabe de radiación solar. Ellos la estudian a saco, monitorizan todo y hacen predicciones. Algo así como unos superhéroes, pero con menos capa y más gráficas.

¿Cómo se llama la luz del Sol al amanecer?

Luz crepuscular. Punto.

Intensidad lumínica variable. Depende de factores atmosféricos, altitud, latitud. Mi medición en 2024, 5:30 AM, Madrid: 150 lux. Dato irrelevante, quizás.

• Espectro cromático: Inicialmente rojizo-anaranjado, vira a amarillo según avanza el alba.
• Calidad de la luz: Difusa, cálida, con sombras largas y suaves.

El fenómeno se debe a la dispersión de Rayleigh. Simplemente. Olvida la luz alba, palabrería. Esa nomenclatura la aprendí en el curso de fotografía de 2022. Tonterías. La luz es luz.

Fotografía: Ajustes ISO, diafragma, son clave para captar la belleza, la crudeza. Prefiero el blanco y negro. Menos distracciones.

He vivido en zonas de alta montaña. Amaneceres diferentes. Más rojos, más intensos. Experiencia personal. Innecesaria. Simplemente… luz.

¿Cómo se llaman las luces del Sol?

¡Ay, amigo! Preguntarme por el nombre de las luces del sol… ¡es como preguntarle a un gato qué hora es! No te va a dar una respuesta que te sirva para nada.

La luz solar no tiene nombre propio. Es como preguntarse el nombre del “color azul”: ¡existen mil tonos! Igual pasa con la luz del Sol, una mezcla alucinante de colores, como un cóctel cósmico, ¡un daiquirí nuclear, si me apuras!

• Es una radiación electromagnética, ya, ¡pero qué radiación tan chula!
• El pico de emisión está en la zona amarillo-verdosa, como si el Sol estuviera un poco envidioso de mi camisa favorita.

¡Lo que sí sé es que me deja frito en verano! Esa es mi experiencia personal con la “luz solar”, jajaja. Hasta me he quemado la nariz un par de veces este año. Es una lucha constante entre mi anhelo por el bronceado veraniego y mi piel, que es más dramática que una telenovela mexicana.

¿Un nombre para esta mezcla explosiva? Podríamos llamarla “La radiación Solística”, ¡suena épico, no? O quizás “La Gloria Solar”, para darle un tono más poético. Aunque… se me ocurre otra idea: “El resplandor nuclear”. ¡Suena más científico y un poco aterrador!

En resumen: No hay nombre. Es luz solar. Punto.

Más info: La luz solar es esencial para la fotosíntesis, el proceso que permite a las plantas producir su propio alimento. Este año, por ejemplo, he visto crecer mis tomates de una forma espectacular gracias a esa maravillosa luz amarilla-verdosa, que, debo reconocer, les sienta genial.