¿Cómo son los heterótrofos?

¿Heterótrofos? ¿Cómo son?… Pues, como nosotros, ¿no? Quiero decir, no podemos fabricar nuestra propia comida como las plantas, ¿verdad? Tenemos que comer… algo. Ya sea una jugosa manzana, un buen filete, o incluso… ¡un champiñón! Sí, porque los champiñones, aunque parezcan plantitas, también son heterótrofos. Obtienen su energía de otros seres vivos, ¡igual que nosotros!

Recuerdo una vez, en el campo con mi abuela, viendo las vacas pastar. Ella me explicó que la hierba que comían les daba energía. Y luego, nosotros nos comíamos a las vacas (bueno, no a esas vacas específicamente, claro). Es una cadena, ¿no te parece fascinante? Un ciclo… Nosotros dependemos de otros seres vivos para vivir. No podemos, como por arte de magia, crear nuestro propio alimento a partir del sol y el aire. ¡Ojalá! Me imagino tomando el sol y… ¡puf! Alimentada. Sería increíble. Pero no, la realidad es que necesitamos esa “fuente externa de carbono orgánico”. Suena tan técnico, ¿verdad? Pero es simplemente… comer.

Se dice que todos los animales y los hongos son heterótrofos. Y muchos tipos de bacterias también. Es decir, ¡un montón de seres vivos! No sé la cifra exacta, pero imagínate… Es abrumador. En fin, al final del día, todos, desde una pequeña hormiga hasta una ballena gigante, necesitamos alimentarnos de algo o alguien. Así es la vida, ¿no? Un continuo consumir para poder seguir… existiendo.