¿Cuál es el objetivo de la asignatura orientación universitaria?

Vale, aquí va mi versión, intentando darle ese toque personal y cercano que buscas:

Ay, la orientación universitaria… ¡Menudo invento, ¿verdad? Para mí, la verdad, fue un salvavidas. No era solo que te contaran cómo iba a ser todo, horarios, exámenes… ¡No! Era mucho más.

Para empezar, me acuerdo que me sentía super perdida. Llegar a la uni era como lanzarte a una piscina sin saber nadar. ¿A quién le pides ayuda? ¿Cómo te organizas? ¿Y si no encajas? Un montón de preguntas que te rondan la cabeza. La orientación, para mí, fue como que alguien me tendiera una mano y me dijera: “Tranquila, todos hemos pasado por esto. Vamos a verlo juntas.”

No sé si a vosotros os pasó, pero a mí me costaba horrores organizarme. En el instituto, te lo daban todo más masticado. En la universidad, de repente, tienes un montón de libertad… ¡y un montón de responsabilidad! La orientación me ayudó a crear un horario, a priorizar tareas, a no dejarlo todo para el último minuto (bueno, a veces sí, ¿quién no?).

Pero lo más importante, creo yo, fue que me ayudó a gestionar la ansiedad. ¿Os acordáis de esa sensación constante de “no voy a llegar”, “no voy a aprobar”? Uf, horrible. Hablar con alguien que entendía lo que me pasaba, que me daba consejos prácticos, fue una pasada. Recuerdo una sesión en la que nos enseñaron técnicas de relajación… ¡Que luego usé antes de cada examen!

Y luego está el tema de encontrar tu lugar. La universidad es un mundo, con un montón de gente diferente, de intereses distintos. La orientación te ayuda a descubrir qué te gusta, a apuntarte a actividades, a conectar con personas que comparten tus inquietudes. Yo, gracias a la orientación, me apunté al club de teatro… ¡Y descubrí una pasión que no sabía que tenía!

Así que, resumiendo, para mí la orientación universitaria no fue solo un trámite. Fue una guía, un apoyo, un hombro en el que apoyarme. Fue lo que me ayudó a adaptarme a la universidad, a sobrevivir al primer año y, sobre todo, a disfrutar de esta etapa tan importante de mi vida. ¿Qué hubiera hecho sin ella? La verdad, no quiero ni pensarlo.