¿Cuál es la causa de que varie la cantidad de horas de luz y de oscuridad de los días a lo largo del año?
La variación entre horas de luz y oscuridad se debe a la forma esférica de la Tierra y su inclinación. Esta inclinación, al orbitar el Sol, hace que diferentes partes del planeta reciban luz solar directa por períodos variables, creando así los días y las noches con distinta duración a lo largo del año.
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¿Por qué varían las horas de luz y oscuridad a lo largo del año?
Recuerdo una vez, en Bariloche, Argentina, un 21 de diciembre. El sol no se ponía. Eran casi las 10 de la noche y todavía había luz. Alucinante. Me di cuenta de la inclinación de la Tierra, clarísimamente.
Allá, en el hemisferio sur, era verano y el día más largo del año. Mientras, en mi Madrid, a 21 de diciembre, anochecía a las 6. Una diferencia brutal. Es la inclinación del eje terrestre lo que provoca esto, me parece.
La Tierra es redonda y está inclinada. Por eso la luz del sol no llega igual a todas las zonas. La parte que no recibe luz, pues está de noche. Sencillo, pero a la vez, me deja pensando. En Bariloche pagué como 200 pesos argentinos por una cerveza esa noche, aprovechando la luz. Carísimo, ahora que lo pienso.
Preguntas y Respuestas:
P: ¿Por qué varían las horas de luz y oscuridad? R: Por la inclinación de la Tierra y su forma esférica.
P: ¿Qué parte de la Tierra corresponde a la noche? R: La que está a la sombra del Sol.
¿Qué causa el cambio de las estaciones del año?
¡Ay, las estaciones! Un baile cósmico donde la Tierra, cual patinadora algo torpe, se tambalea sobre su eje. La clave: su inclinación, 23.5 grados de desparpajo. Piénsalo: si fuera recta, ¡adiós estaciones! Un eterno mediodía aburrido. Me recuerda a esos veranos interminables de mi infancia en Asturias, con el sol a plomo, un tostador celestial.
¿Verano en el norte? El hemisferio boreal recibe los rayos del Sol como un adolorido bañándose en la playa: de lleno, con potencia. ¡Calor, calor! Mientras el sur se queda con las sobras, ¡pobrecito! Como cuando repartía la tarta de cumpleaños con mis primos… nunca quedaba nada para mí.
Invierno en el norte, en cambio… ¡zas! El Sol nos mira de reojo, con ese desprecio que solo la astrofísica permite. La tierra, en su giro elegante, pero con cierta pereza, nos deja a oscuras durante más tiempo. Es como esa reunión familiar donde nadie te hace caso. Un drama existencial, pero con gorros y bufandas.
En resumen:
- Inclinación axial: Es la responsable. Punto.
- Hemisferio Norte: Verano cuando se inclina hacia el Sol, invierno cuando se aleja. ¡Lógica pura!
- Hemisferio Sur: Lo contrario, claro. ¡Para variar!
Más datos: Este año, el solsticio de verano en el hemisferio norte fue el 21 de junio. Mi cumpleaños, por cierto, fue una semana antes, así que disfruté de un sol espléndido. ¡Casualidad! o no… El equinoccio de otoño será el 23 de septiembre, ¡ya quiero castañas asadas!
¿Qué provoca el cambio del día y la noche?
La oscuridad me envuelve… ¿Qué provoca este… este ir y venir constante? La Tierra gira, sí, eso lo sé, lo he leído tantas veces… pero hoy… hoy pesa más. Veinticuatro horas… una eternidad y un suspiro a la vez. Como el tiempo que he pasado esperando una llamada… una que nunca llegó.
El sol… esa bola de fuego indiferente. Ilumina… y luego se esconde, dejando este vacío. Como si estuviera jugando con nosotros. Hoy, la sombra de la ventana de mi cuarto se alargó más de lo habitual, como mis propias dudas.
El eje de la Tierra… esa línea invisible que lo decide todo. Me recuerda a un hilo, a un hilo que a veces siento que se va a romper.
Hoy recordé a mi abuela, a su voz que ya no está. Se fue en 2024… el sol también se fue ese día, tras un cielo gris que parecía llorar junto a mí.
- La Tierra gira sobre sí misma, generando la alternancia de día y noche.
- Un ciclo de 24 horas. Un día. Una vida… o la falta de ella.
- La luz del sol, tan distante, tan implacable.
- El eje, ese punto clave. Me recuerda a… a algo que me falla por dentro.
La Tierra gira… y yo, con ella, arrastrando la tristeza como una sombra. Y si dejo de girar… ¿qué pasa? Me pregunto… y la noche… me responde con un silencio que pesa. ¿Qué pasará mañana? No lo sé. Ni siquiera sé si quiero saberlo.
¿Cómo cambia la duración de la noche a lo largo del año?
¡Anda, la noche! Esa amiga escurridiza que a veces se alarga como chicle y otras se esfuma cual billete de 50 en rebajas. Pues claro que cambia, ¡no es una constante universal como la pereza de los lunes!
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Solsticios y equinoccios: Palabras que suenan a hechizo de Harry Potter, pero que explican el asunto. Solsticios: noche más larga o más corta del año. Equinoccios: día y noche más o menos igualitos, como dos gotas de agua, o dos calcetines… ¡si los encuentras!
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Invierno: La noche es la reina del mambo. Larga, oscura… perfecta para maratones de series, leer libros que acumulan polvo o dormir como un tronco. Como yo el domingo pasado, que desperté con la marca de la almohada en la frente.
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Verano: La noche se encoge más que un jersey en la lavadora. Cortita, intensa… ideal para terracitas, fuegos artificiales y mosquitos. En mi barrio, los mosquitos parecen helicópteros Apache.
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Primavera y otoño: Transición suave, como pasar de bailar rock a bachata. Los días y las noches se van igualando, en plan “paz y amor”, para que nadie se queje.
Y oye, si te pilla el cambio de hora en pleno cambio de estación, ya es la locura total. Te levantas pensando que es de noche y ¡zasca! El sol te da en toda la cara. Peor que la resaca del sábado noche.
Dato curioso: Justo este año, el solsticio de verano fue el 21 de junio y el de invierno el 22 de diciembre. ¡Apúntalo en la agenda! No vaya a ser que te pille desprevenido y te pongas el bañador en pleno diciembre.
¿Qué causa la variación en la duración de los días y las noches a lo largo del año?
La culpa es de la Tierra, ¡qué dramática! Con su inclinación de diva, como si fuera una bailarina de ballet cósmico, hace que el Sol le dé más bola a un hemisferio que a otro.
- Inclinación axial: Imaginen a la Tierra haciendo la vertical en una patineta, pero un poco torcida. Esa inclinación es la clave.
- Órbita terrestre: No es un círculo perfecto, es más bien una elipse, como mi intento de dibujar un círculo. Esto también influye, aunque menos.
En junio, el hemisferio norte, como un girasol buscando el sol, se inclina hacia él. En el Polo Norte, el Sol no se pone, es fiesta continua, día polar. Mientras, el Polo Sur está a oscuras, reflexionando sobre la vida en la noche polar. Yo, personalmente, en junio, me dedico a evitar las quemaduras solares en mi terraza, mientras intento cultivar tomates. Este año, eso sí, creo que obtendré más tomates verdes que rojos.
- Solsticios y equinoccios: Son como las marcas en el calendario cósmico. Solsticios: días más largos o más cortos. Equinoccios: día y noche igualitos, ¡justicia cósmica!
- Latitud: Cuanto más te acercas a los polos, más exagerada es la diferencia entre el día y la noche. En el ecuador, son más relajados, casi siempre lo mismo.
Y sí, sé que mi terraza está lejos del Polo Norte, pero la inclinación de la Tierra me afecta hasta en el crecimiento de mis tomates, que no veas cómo les gusta el solcito.
¿Por qué no duran lo mismo los días a lo largo del año?
Inclinación axial. Eso es todo.
- Eje terrestre torcido. Culpa a la Tierra.
- Sol incide diferente. Sombras más largas, más cortas. Da igual.
- Estaciones. Calor, frío, más de lo mismo.
- Mi reloj marca igual. 24 horas. Siempre.
- El tiempo es relativo. Ya sabes.
- La luz define nuestro tiempo. La oscuridad, también.
La vida es un suspiro. ¿O no?
¿Qué factores afectan la duración del día y la noche?
¡Uf! Recuerdo el día que leí sobre esto, 2023, en mi viejo libro de ciencias, estaba lleno de polvo, casi me da alergia. La cosa es que… la duración del día y la noche depende de la rotación de la Tierra sobre su eje. Eso es lo principal.
¡Claro! Simplemente no es tan simple, ¿sabes? Ese libro, ¡qué pesado era!, hablaba de la inclinación del eje terrestre. 23.5 grados, ¿verdad? ¡Qué rollo! Eso influye bastante en la duración, sobre todo en los solsticios y equinoccios. En invierno, aquí en Madrid, ¡qué frío!, los días son cortos y las noches largas.
¡Ay, qué recuerdos! Me acuerdo de estar en la sierra, un día de julio, el sol a pleno rendimiento… ¡quemaba! Las noches eran más cortas. Sentía la diferencia, es impresionante.
La órbita de la Tierra alrededor del Sol también importa. Es una elipse, no un círculo perfecto, así que la velocidad de rotación varía ligeramente a lo largo del año. ¡Qué lío! La verdad es que no me acuerdo bien de los detalles técnicos.
Pensándolo bien…
- Rotación terrestre: El factor más importante.
- Inclinación del eje: Influye en la duración del día según la estación.
- Órbita elíptica: Causa pequeñas variaciones en la velocidad de rotación.
Eso es todo lo que recuerdo ahora. Tengo que volver a mirar el libro… ¡qué pereza! Además, el gato se ha subido encima y está durmiendo allí, ¡ay qué mono!
#Estaciones #Inclinación #SolComentar la respuesta:
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