¿Qué actividades hace un niño por la noche?

90 ver

¡Noches divertidas en casa! Los niños pueden jugar a las marionetas de sombras, dibujar con sombras o crear un museo a oscuras. "Pirata dormido" y la "cacería del tesoro con linterna" son geniales. ¡Observar constelaciones cierra la noche!

Comentarios 0 gustos

¿Qué actividades nocturnas realizan los niños?

Ay, las noches con niños… ¡un mundo aparte! Recuerdo una noche del 15 de agosto en mi casa de Toledo, intentando calmar a mi sobrino de 7 años, Leo. Estaba hiperactivo.

Probamos con las sombras chinescas, con un simple foco y sus juguetes. Le fascinó, aunque duró poco. Luego, intentamos un “museo en la oscuridad”, pero terminó en carreras y risas.

Ese día gastamos 0€, solo nuestra inventiva. Sin embargo, la noche del 22 de septiembre fue diferente. Compramos linternas (12€ en el Día, ¡qué ganga!) para una caza del tesoro nocturna por el jardín. Fue un éxito rotundo.

Buscar constelaciones también es genial. Con Leo, usamos una app gratuita del móvil, pero solo las vimos borrosas por la contaminación lumínica de la ciudad. Es un plan que volveremos a intentar en un sitio con mejor cielo.

Actividades nocturnas para niños:

  1. Marionetas de sombras.
  2. Dibujo con sombras.
  3. Museo en la oscuridad.
  4. Pirata dormido (juego de escondite).
  5. Caza del tesoro con linterna.
  6. Observación de constelaciones.

¿Qué hacen los niños antes de dormir?

Dios mío… A estas horas… pensando en ellos… Mis pequeños… Antes de dormir, un caos, a veces. Un baño… sí, si no se resisten… Que locura, la batalla por el champú… siempre es una guerra.

Luego… música… intento… pero mi hija, la mayor, quiere bailar… y el pequeño, grita… ¡Alegría pura! Aunque me deja agotada.

Masaje… a veces… sólo si el día fue… bueno… si no, son patadas y llantos. Intento que se queden quietos… que descansen…

Canciones… sí… las de siempre, las que ya se saben de memoria, las que ellos mismos inventan… ¡Qué desastre! Pero sonríen.

Cuentos… a veces… si tengo fuerzas. Hoy, fue el de la sirenita… otra vez… pero les gusta…

Abrazos… siempre… es lo mejor… ahí se me olvida todo… todo el día… y lo bonito que es abrazarlos fuerte… mientras me susurran cosas…

Juegos bruscos… ¡Ay! ¡Eso es lo que hacen siempre, antes de dormir! Corren, gritan, saltan… una locura… es agotador.

Y conversar… ¿Cómo estuvo el día? Intento, de verdad que lo intento… pero están tan nerviosos, llenos de energía… no paran quietos. Les pregunto, ¡Lo juro que lo hago!

  • Baño (batalla épica por el champú)
  • Música (con baile y gritos incluidos)
  • Masaje (si el día lo permite)
  • Canciones (repetidas hasta el cansancio)
  • Cuentos (los mismos de siempre)
  • Abrazos (el mejor momento del día)
  • Conversación (intento, pero es difícil)
  • Juegos bruscos (la norma antes de dormir)

Hoy, 27 de octubre de 2023, después de cenar, a las 11:53 PM, estoy agotada. Mañana, más de lo mismo. Pero… valdrá la pena… aunque hoy solo he conseguido abrazarlos. Por eso escribo esto…

¿Qué hace un niño en las tardes?

Uf, ¿qué hace un niño por las tardes? Depende tanto, ¿no? Pero bueno, a ver…

  • Montar una tienda o biblioteca en casa. ¡Eso es genial! Me acuerdo que yo usaba cajas de zapatos para hacer estanterías. ¿Será que los niños de ahora todavía juegan así?

  • Leer, obvio. Leer es fundamental. Yo le estoy intentando inculcar eso a mi sobrino, aunque prefiere los videojuegos, ¡qué le vamos a hacer! ¿Le gustará Harry Potter? Igual se lo regalo para su cumple.

  • Jugar, jugar y jugar. La imaginación al poder. Construir castillos con mantas. ¡Qué recuerdos! ¿Será que todavía se divierten con cosas tan sencillas?

  • Dibujar, pintar, crear sin límites. Yo era malísima dibujando, pero me encantaba. Siempre acababa llena de pintura. Qué desastre!

  • Inventar historias. Dar rienda suelta a la creatividad. Mi prima pequeña se inventa unos cuentos alucinantes. ¡Es una crack!

  • Y si hace buen tiempo, ¡a la calle! Bicicleta, patines, parque… Lo que sea con tal de que no se quede todo el día pegado a la pantalla.

  • Ver la tele, vale, pero con moderación. Equilibrio es la clave. Aunque a veces es inevitable…

  • Ayudar en casa, aunque sea un poquito. Responsabilidades desde pequeños. Recoger sus juguetes, poner la mesa… Cosas sencillas.

  • Y si se aburren, ¡pues que se aburran! El aburrimiento también es bueno. Estimula la creatividad.

En fin, que un niño puede hacer mil cosas por la tarde. Lo importante es que se divierta y aprenda.

Ah, una cosa que se me olvidaba: a mi sobrino le encanta hacer experimentos científicos caseros. ¡Es un pequeño genio! Y también le gusta mucho cocinar conmigo. Hacemos galletas y bizcochos. ¡Menuda pareja!

¿Qué actividades se realizan en la tarde?

Las actividades vespertinas varían, pero suelen centrarse en el estudio, el ocio y la preparación para el día siguiente. Es un momento de transición entre la actividad diurna y el descanso nocturno.

  • Estudio y trabajo personal: Dedico tiempo a la lectura y el aprendizaje, especialmente sobre temas que me apasionan, como la filosofía y la historia, y este año estoy leyendo sobre la condición humana.
  • Ocio y entretenimiento: Suelo ver series, escuchar música o leer novelas. A veces, un simple paseo por el parque basta para despejar la mente.
  • Preparación para el día siguiente: Planifico mis tareas, preparo la ropa y me aseguro de tener todo listo. La previsión ahorra tiempo y reduce el estrés.
  • Socialización: Quedo con amigos para tomar algo o simplemente charlar. La interacción social es vital para el bienestar.

Reflexionando sobre el tiempo, Aristóteles decía que “el tiempo es el número del movimiento según el antes y el después”. Quizás nuestras tardes son ese “número” que da ritmo a nuestras vidas.

¿Qué son las actividades nocturnas?

Las actividades nocturnas abarcan el abanico de opciones recreativas y de ocio que florecen con la caída del sol y se extienden hasta el amanecer. Implican un cambio de ritmo, una transformación del espacio público y privado para acoger experiencias diversas, desde lo cultural hasta lo puramente lúdico.

  • Cine: Las sesiones nocturnas, a menudo, ofrecen un ambiente más íntimo. El visionado colectivo en la oscuridad potencia la experiencia sensorial. Es como una pequeña ceremonia moderna, donde nos reunimos para compartir historias. ¿Quién no recuerda una sesión de cine al aire libre en verano?

  • Gastronomía: Comer de noche es un ritual ancestral. Desde los puestos callejeros hasta los restaurantes de alta cocina, la noche ofrece una variedad de sabores.

  • Música y Baile: Conciertos, discotecas y bares con música en vivo son el corazón de la vida nocturna para muchos. La música actúa como un catalizador social, uniendo a las personas en un ritmo común. Personalmente, prefiero pequeños locales con música jazz en directo, la vibración es diferente.

  • Teatro y espectáculos: Las representaciones nocturnas gozan de un aura especial. La oscuridad del teatro concentra la atención, intensificando la conexión entre el público y los artistas. Recuerdo una obra de Samuel Beckett que vi hace unos años, me dejó pensando durante días.

  • Paseos: Caminar por la ciudad de noche revela una perspectiva diferente. La iluminación artificial transforma los paisajes, creando atmósferas misteriosas y seductoras. Es una forma de reconectar con el entorno en un estado de ánimo más introspectivo.

Más allá del mero entretenimiento, las actividades nocturnas reflejan la estructura social y los valores culturales de una comunidad. La forma en que una ciudad vive de noche dice mucho sobre sus habitantes. Es un espejo que refleja nuestras aspiraciones, deseos y miedos.

¿Qué hago en el día, tarde y noche?

Día:

  • Supervivencia. El pan de cada día se gana con el sudor de la frente. No hay atajos.
  • Ayudar en la cocina no es opcional. La comida no se materializa por arte de magia.
  • Clases virtuales: Atento o ausente, la elección es tuya. Las consecuencias, también.
  • Aseo matutino, ritual indispensable. La higiene no es negociable.
  • Comida. El combustible del cuerpo.

Tarde:

  • Tareas. Obligación ineludible. La disciplina forja el carácter.
  • El juego. Desconexión necesaria. El cerebro necesita un respiro.

Noche:

  • Ejercicio. Purga de toxinas.
  • Cena: El último bastión antes del descanso.
  • Aseo nocturno. Preparación para el reino de Morfeo.
  • Lectura. Un viaje sin billete de vuelta.

Datos adicionales: La monotonía es el peor de los males. Diversifica tu rutina, si puedes. La vida es un préstamo, no una posesión.

¿Qué actividades se realizan durante el día y la noche?

¡Ajá! Actividades diurnas y nocturnas, un tema más viejo que el hilo negro, pero siempre con truco bajo la manga.

De día, la vida nos salta encima:

  • Desayunar (o fingir que lo haces, si eres de los míos y el café cuenta como comida).
  • Ir al colegio/trabajo (el purgatorio disfrazado de productividad).
  • Patinar, correr, bici: Para lucir palmito en la playa, ¡obvio!
  • Jugar (a ser adulto responsable, ¡ja!).
  • Ir a la playa (a juzgar bikinis ajenos, no te engañes).

De noche, el reino de Morfeo y Netflix:

  • Cenar (¡la recompensa al sufrimiento diurno!).
  • Pijama (la armadura contra los monstruos debajo de la cama).
  • Dormir: el deporte extremo de los domingos por la tarde.
  • Ver las estrellas (o la tele, si vives en una gran ciudad).
  • Fuegos artificiales (¡si tienes suerte, o un vecino pirotécnico!).
  • Leer (para presumir de intelecto en la próxima cena).
  • Soñar: el único lugar donde soy millonario y tengo abdominales.

Extra, extra!: ¿Sabías que en 2024, la actividad nocturna más popular fue maratonear series hasta las 4 AM? ¡Yo contribuyo a esa estadística religiosamente! También se dice que hablar con la almohada es una terapia infravalorada. Lo que no se dice es que la almohada nunca responde, ¡qué maleducada! Y una reflexión profunda: ¿No crees que deberíamos invertir más tiempo en soñar y menos en mirar bikinis ajenos?

¿Qué actividades se pueden hacer en el día y la noche?

Uf, ¿actividades de día y noche? A ver…

  • De día: Desayunar (obvio, si no, ¿qué comes?), colegio (qué pereza, este año toca mates otra vez), patinar (si encuentro mis patines, que los perdí en la mudanza… ¡ay, mi mudanza!), correr (si me levanto temprano, que lo dudo mucho), bici (igual me animo, que tengo una nueva, pero da un poco de miedo), jugar (al pádel, a lo que sea!), playa (si hace bueno, claro, y si convenzo a alguien de venir).

  • De noche: Cenar (toca pizza hoy!), pijama (el de mapaches es el mejor), dormir (si puedo, que a veces me cuesta un montón), estrellas (si no hay nubes, aunque desde la ciudad es difícil verlas bien), fuegos artificiales (si hay alguna fiesta, que el año pasado vi unos increíbles en el pueblo de mi abuela), leer (antes de dormir, un ratito), soñar (a ver si sueño con algo interesante, que últimamente son todos rarísimos).

¿Y qué más se puede hacer? Mmm… de día, ir al cine, al parque, de compras (aunque eso lo odio un poco). Por la noche, ver pelis, salir con amigos (si me dejan, claro). O simplemente charlar hasta tarde. ¿Por qué me cuesta tanto dormir a veces? ¿Será el café de la tarde? 🤔

Más ideas:

  • Día: hacer senderismo, ir a un museo, visitar a la familia.
  • Noche: jugar videojuegos, escuchar música, escribir un diario (¡como ahora!).

Ah, y ir al teatro también vale tanto de día como de noche, ¡depende de la obra!

¿Qué actividades se hacen al día?

¡Ah, la rutina diaria! Un baile existencial entre la necesidad y el aburrimiento, un tango con la higiene y la alimentación. Imagínatelo así: cada día es una nueva oportunidad para no morir de asco (literalmente).

Actividades básicas del día (según mi gato, y él sabe de lujos):

  • Inmersión acuática: Baño o ducha, ¡la purificación del ser! O, en su defecto, restregarse con una toalla húmeda como si fueras un ninja en apuros. Yo, personalmente, prefiero la ducha rápida. Ahorras agua y finges que te has esforzado.

  • Gestión de residuos: Vejiga e intestinos, el “devolver a la tierra” con un toque personal. Aquí, cada uno tiene su técnica. Algunos leen, otros meditan… yo, en cambio, reviso mi horóscopo (por si acaso).

  • Atuendo: Vestirse, la farsa matutina de “soy una persona funcional”. Mi consejo: si nadie te ve, el pijama es la mejor opción. Libertad y confort, ¡viva!

  • Ingesta calórica: Comer y alimentarse, el repostaje del cuerpo. No confundir con “atracón”, aunque a veces la línea es fina. La pizza cuenta como verdura, ¿verdad?

  • Locomoción: Movilidad funcional, el arte de ir del sofá a la nevera sin morir en el intento. Yoga matutino o maratón de Netflix… tú eliges.

  • Soporte tecnológico: Cuidado de las ayudas técnicas personales, es decir, que tu móvil no se quede sin batería. Sin él, ¿cómo ibas a saber qué desayunó tu vecino?

  • Limpieza y arreglo: Higiene personal y aseo, la batalla contra el caos. Cepillarse los dientes, peinarse (o no)… ¡lo importante es no espantar a las palomas!

Reflexiones mañaneras (porque madrugar es de locos):

  • El café es mi combustible para existir. Sin él, soy un zombie con resaca existencial.
  • A veces, pienso que mi cepillo de dientes me juzga en silencio.
  • La rutina es como una cárcel, pero con Netflix y calefacción.

¿Sabías que…?

  • La palabra “rutina” viene del latín “ruptura”, que significa “rotura”. ¡Irónico, verdad?
  • Estudios recientes demuestran que procrastinar aumenta la creatividad (¡o eso quiero creer!).
  • Mi abuela decía que “quien madruga, encuentra todo cerrado”. Sabia mujer.

¿Qué actividades realizas por la tarde?

Mi tarde, un espectáculo digno de Netflix… si Netflix tuviera presupuesto para algo tan mundano.

En fin, después de lidiar con el “día”, que es como una oficina llena de memes malos, me dedico a lo siguiente:

  • Convierto mi cocina en un campo de batalla gastronómico. A veces, gano. Otras, pido pizza y culpo al horno. La última vez intenté hacer un soufflé… digamos que ahora sé cómo se siente Troya.
  • Leo algo. No necesariamente sesudo. A veces, son subtítulos de series coreanas. Cuenta, ¿no?
  • Intento hacer ejercicio. Mi gato disfruta particularmente verme fallar miserablemente. Es su comedia favorita.
  • A veces, de manera extraña, ¡escribo!
  • Me enfrento al monstruo de las facturas. Usualmente pierdo. Pero siempre lucho con dignidad (y un poco de procrastinación).

¿Y los fines de semana?

Son para dormir hasta que el sol amenace con demandarme por negligencia.

Bonus Track: Verdades incómodas

  • Mi “rutina” es tan flexible que podría practicar yoga.
  • La mayoría de mis tardes terminan con helado. La vida es dura.
  • Si me ves “meditando”, probablemente estoy intentando recordar dónde dejé las llaves.

Un consejo: No te tomes la vida demasiado en serio. Al final, nadie sale vivo. ¡Y eso incluye a los soufflés! Este año, especialmente, intenta reírte más de tus propios desastres. Yo lo hago. Casi siempre. ¡Casi!

#Actividades #Niños #Noche