¿Cómo reinventarme profesionalmente?

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Reinvéntate profesionalmente: Reflexiona, investiga el mercado, fija metas realistas, fórmate y mantén una actitud positiva. Estos cinco pasos te guiarán en tu transformación profesional. Acción, formación y enfoque son claves para el éxito.

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¿Cómo reinventarme profesionalmente y destacar en el mercado laboral?

Uf, reinventarse… a mí me pasó algo parecido en junio del 2021. Estaba estancado, en un trabajo que me pagaba 1800€ al mes pero me dejaba vacío. Sentía que me faltaba algo.

Necesitaba un cambio radical. Empezé a pensar, mucho. ¿Qué me apasionaba de verdad? La fotografía siempre fue mi escape.

Investigué, miré ofertas de trabajo en portales online, me di cuenta de que había demanda para fotógrafos de eventos. Me planteé metas concretas, como conseguir dos trabajos al mes para empezar. Inscribirme a cursos online de fotografía de bodas me ayudó muchísimo.

¡Aprendí un montón! Invertir en mi formación (unos 300€ en total) fue clave. Lo combiné con mi trabajo anterior y ahora, paso a paso, estoy construyendo mi nuevo camino. La actitud positiva, creo, es fundamental. Aunque hay días difíciles.

¿Cómo empezar a reinventarse?

Uf, reinventarse… Complicado pero necesario, supongo. A ver, yo no sigo “pasos”, eso suena a receta de cocina. Pero sí te cuento lo que hice, quizás te sirva.

En enero de 2024, me sentía un auténtico desastre. Había perdido mi trabajo en la editorial Santillana (¡diez años ahí!). Me pasaba el día en pijama, comiendo galletas frente a la tele. Un bajón total.

Un día, mi amiga Ana, que es psicóloga, me soltó: “¡Espabila! ¿Qué te gustaba hacer de niña?”. Y ahí empezó todo. No sé por qué, pero me vino a la mente cuando hacía teatrillos con mi prima en el jardín de mi abuela en Toledo.

  • Empecé a apuntarme a clases de improvisación. Terror total al principio, pero luego… ¡liberación!
  • También empecé a escribir. No novelas, ni nada serio, solo tonterías. Relatos cortos sobre gatos parlantes y extraterrestres que coleccionan sellos. Una locura, pero me hacía reír.
  • Y, lo más importante, dejé de machacarme. En serio, ese diálogo interno es un demonio. Aprendí a quererme un poco, aunque suene cursi.

No fue un camino fácil, ni perfecto. Hubo días que quería tirar la toalla. Pero poco a poco, fui encontrando una nueva versión de mí misma. Ahora trabajo como freelance escribiendo guiones para podcasts. ¡Quién lo iba a decir!

Conócete, valórate, cámbiate el chip, busca apoyo, planifica, crea hábitos y ten claro qué quieres.

¿Cuánto tiempo se tarda en reinventarse?

¡Reinventarse! Uf, ¿cuánto tiempo? Depende. Mi vecina, Ana, tardó seis meses en montar su tienda online de artesanía, pero lleva años haciendo bisutería. Yo, que quiero montar un blog de viajes… ¡ni idea! Quizás un año, dos… ¡o nunca! Tengo miedo, ¿qué pasaría si fracaso? Me encantaría viajar, pero…

No es demasiado tarde para emprender. ¡Eso está claro! Este año cumplí 35 y aún estoy a tiempo. Aunque mis padres me dicen que… ¡ay, mis padres! ¡Siempre con lo mismo! Mejor dejo de pensar en ellos. Me preocupa la estabilidad, claro. Tengo hipoteca, el seguro del coche… ¡y un perro que come como un lobo! ¿Cómo lo voy a pagar sin trabajo?

Dejar el trabajo… Ay, la angustia. Es como saltar al vacío, pero sin paracaídas. Aunque, pensándolo bien, ¿el paracaídas no es la seguridad que me impide volar? Necesitaría un plan B, ahorros para aguantar unos meses… o un trabajo a medio tiempo. ¿Habrá algo compatible?

  • Plan B: Clases de fotografía online.
  • Ahorros: Empiezo a ahorrar 100€ al mes, a partir de la semana que viene.
  • Trabajo a tiempo parcial: Miraré en el mercado local a ver que me encuentro. No hay una respuesta mágica, solo hay que dar el paso.

¿Reinventarse? Un maratón, no una carrera de 100 metros. Y si me caigo, me levanto. Otra vez. Otra vez más. Si es necesario. Si me canso, descansas. No hay que tener prisa. Y disfrutar del proceso. ¿Y si me equivoco? Pues ya veremos. ¡Dios mío! Tengo que pagar la luz.

El éxito es una perspectiva… es un camino, no un lugar de llegada. No hay edad para emprender. El tiempo es… complicado.

¿Qué necesitamos para reinventarnos?

Ese verano de 2024 en Asturias, sentí que necesitaba un cambio radical. Necesitaba reinventarme. El trabajo en la oficina de Gijón me tenía aplastado, una rutina gris que me dejaba vacío cada noche. Sentía esa opresión en el pecho, una sensación horrible que se extendía hasta la garganta… ¡uff, qué asfixia!

Conocerme a mí mismo fue el primer paso, aunque suena muy cliché. Me apunté a un taller de cerámica. ¡Qué ridículo me sentía al principio! Pero el barro, el torno… esa conexión con algo tangible, me ayudó a conectar conmigo mismo. Descubrí una paciencia que ignoraba que tenía. Esa paz al moldear, la satisfacción de ver algo nacer de mis manos…

El taller fue clave, valoré lo positivo, esa parte creativa que estaba enterrada bajo toneladas de Excel. Mis pensamientos, antes un caos, comenzaron a ordenarse, como el barro en mis manos. Cambié mi diálogo interno, sustituyendo frases como “soy un inútil” por “estoy aprendiendo”.

Fue duro. La duda, la inseguridad, aún se cuelan a veces. Pero definir un plan de acción ayudó: taller de cerámica tres veces por semana, salidas al campo los domingos, lectura por las noches. Establecer nuevos hábitos no fue magia, fue trabajo, ¡mucho trabajo! Y ¡qué importante es tener objetivos! Quiero abrir mi propio taller dentro de dos años. Es un objetivo ambicioso, lo sé, pero me da alas. Buscar un mentor… bueno, eso aún lo estoy pensando, no sé si necesito uno.

  • Cerámica: terapia y creatividad.
  • Naturaleza: paz y desconexión.
  • Objetivos claros: mi propio taller.
  • Hablar con amigos: ayuda fundamental.

Necesitamos valentía, tiempo, y la fuerza para mirarnos al espejo y actuar. Es un proceso, no una fórmula mágica. El camino es sinuoso, pero la meta, valdrá la pena. Y sí, me siento mucho mejor, aunque la ansiedad aún me visita a veces.

Reinventarse implica: autoconocimiento, cambio de hábitos, planificación, y mucha constancia.

¿Cómo reinventarse como líder?

Reinventarse… uff. Suena a cirugía mayor, ¿no? Como arrancarse la piel a tiras y coserla de nuevo, de forma diferente. Este año, lo intenté. Mal.

Actuar como líder, no como jefe. Ja. Fácil decirlo. Me vi reflejado en la pantalla, mirando vídeos de esos “gurús” y me sentí un impostor. Un jefe, sí, lo soy. Un líder… eso no lo sé. Debería ser más… ¿humano? Menos órdenes. Más… no sé. Ayuda.

Empoderar al equipo… He delegado tareas, sí. Pero la responsabilidad, la verdadera, la que quema el estómago, la mantengo yo. Es un peso… una losa. Intento soltarla, pero…

Errores. Permitirlos. Pero ¿y si el error es catastrófico? ¿Y si me cuesta mi puesto? Mi hipoteca, la reforma de la cocina que tanto me costó… el viaje a Asturias que prometimos a los niños… todo por un error.

Centrarse en el desarrollo. Formación online para el equipo. Cursos. Gastos… muchos gastos. Y el tiempo. El tiempo robado a mi familia, a la novela que escribo por las noches, a intentar dormir, sin éxito.

Compensar críticas con halagos. Intento hacerlo, de verdad. Pero a veces… a veces sólo sale la frustración. Mi frustración, mi impotencia. La presión es inmensa. Es un infierno esto.

Dar crédito a los demás. Sí, lo hago. Pero luego me pregunto… ¿debería haberme quedado con el mérito? ¿es egoísmo, o es supervivencia? No lo sé.

Espacio. Necesitaría más espacio. Espacio para respirar, para pensar, para dejar de sentirme… ahogado.

Ay, Dios. Necesito dormir. Mañana… mañana intentaré ser mejor. Igual.

  • Aumentar la confianza en el equipo. (Delegación efectiva, sin microgestión)
  • Mejora de la comunicación. (transparencia, feedback constante)
  • Desarrollar habilidades de liderazgo. (formación continua, coaching)

Mi hijo, Juan, cumple 8 años este año. Espero estar a la altura. Para ellos, debo hacerlo. Debo.

¿Cuánto tiempo se tarda en reinventarse?

Reinventarse. Un proceso. No hay plazos. Depende. De ti.

Dejar el trabajo. Simple. ¿Miedo? Normal. El futuro, incierto. Siempre. Pero, ¿qué futuro? El que eliges. O el que te eligen. Mi último salto, 2023. Dolió. Aprendí. Mucho. A veces, la caída es necesaria.

Emprender. Nunca es tarde. Oportunidades. Siempre hay huecos. Explota lo que sabes. 2023, mi propio proyecto. Riesgo? Claro. ¿Pero qué no lo es?

  • El riesgo calculable. Analiza. Planifica. Minimiza.
  • Ahorros. Un colchón. Imprescindible. No es una carrera de 100 metros lisos.
  • Habilidades. ¿Qué ofreces? ¿Qué necesitas aprender? Actualízate constantemente.

La vida es una apuesta. Juega. O observa cómo otros juegan. Tú eliges. Mi padre, 50 años, nuevo negocio, este año. No es una anécdota. Es una verdad. El tiempo se acaba para todos. Aprovecha el tuyo.

A veces, el miedo es una excusa. Otras, una señal. Distingue.

¿Qué necesitamos para reinventarnos?

Qué se necesita… reinventarse…

Es como mirarse al espejo y no reconocer a quien está enfrente.

  • Conocerte, sí, pero de verdad. No el “yo” que le vendes a los demás. El que escondes, el que te da miedo. El que sabe que la canción que escuchabas con ella ya no suena igual.

  • Valorar lo positivo, me dicen. ¿Y si ya no hay nada? O peor, ¿si lo positivo se siente vacío? Como cuando te regalan algo que querías, pero ya no lo necesitas.

  • El diálogo interno… Ese es el peor. Esa vocecita que te dice que no vales, que no puedes. La que te recuerda cada error, cada caída. Intento callarla, pero es como un eco constante.

  • Un mentor… Nunca he entendido eso. ¿Quién va a entender mi caos? ¿Quién va a saber lo que se siente al perderlo todo?

  • Plan de acción, objetivos… Suenan a trabajo, a obligaciones. ¿No puedo reinventarme simplemente sintiendo? Sin presiones, sin metas absurdas.

  • Nuevos hábitos… Dejar de fumar. Ir al gym. Cosas que suenan bien, pero que no llenan el vacío. Ese vacío que siento desde que se fue.

Reinventarse, supongo, es aceptar que el “yo” anterior ya no existe. Y construir algo nuevo, aunque duela. Aunque no sepas por dónde empezar. Quizás el primer paso es dejar de mentirme. Dejar de fingir que todo está bien.

Este año, he cumplido 34. Y siento que he vivido varias vidas. Y ninguna me ha gustado del todo.

¿Cómo lograr reinventarnos?

Aquí va, a estas horas… Reinventarse. Suena tan fácil dicho.

  • Cambiar la forma de pensar… Como si fuera un interruptor. Yo sigo enganchado a la misma película, la de siempre.

  • Conocerte a ti mismo. ¿Pero quién quiero conocer a estas alturas? Quizá es mejor no remover demasiado.

  • Aprender, aprender, aprender. Cursos online, libros… ¿Y luego qué? Más polvo acumulándose. Este año me apunté a uno de cocina tailandesa, ahí está el certificado.

  • Visualizar un nuevo futuro. Demasiado esfuerzo para tan poca recompensa. Me imagino en la playa, pero luego sigo aquí, en la misma silla.

  • Planear e impulsar el cambio. El cambio da miedo. Mucho. Es más fácil quedarse quieto.

Supongo que es eso. Miedo. Miedo a no ser suficiente, a fracasar otra vez. Miedo a que la nueva versión sea peor que la vieja. Este año se me murió el canario que tenía, y lo echo de menos, mira tú.

¿Cómo puedo convertirme en un líder?

Liderazgo: No se enseña, se forja.

Acción, no palabrería. Desarrolla tu equipo. Punto.

Comunicación: Precisa, directa. Olvida la diplomacia barata. Mi consejo: corta la charla, aumenta la eficiencia. Resultados, no discursos.

Inteligencia emocional: Controla tus demonios, no los proyectes. He visto caer a muchos por eso.

Resolución de problemas: Analiza, ejecuta, evalúa. Sin dramas. 2024 me enseñó que la improvisación es un lujo que nadie se puede permitir.

Respeto: Gánatelo. No lo pidas.

Desarrollo personal: Constante, implacable. Mi formación en Harvard, aunque me aburre recordarlo, ayudó. Pero la verdadera escuela es la calle.

Pensamiento estratégico: Visión a largo plazo. No te pierdas en el día a día. Se previsor, actúa con astucia. Recuerda mi ascenso fulgurante en 2023.

  • Formación continua: Actualízate. Invierte en ti.
  • Mentoría: Busca un guía, pero no seas un títere.
  • Redes: Amplia tus contactos. Pero elige bien a quién te acercas. La gente es una herramienta, úsala con inteligencia.

Evita la falsedad. La autenticidad atrae, la impostura repele. Eso lo aprendí a golpes. Y créeme, duelen.

¿Qué puedo hacer para ser un buen líder?

Aquí está lo que ronda mi cabeza a estas horas… sobre liderar.

Para ser, dicen, un buen líder…

  • Motivar. Uf, qué difícil. Yo misma a veces no me motivo ni para levantarme. Pero ver a la gente con ganas, eso sí que me da energía.
  • Desarrollo del equipo. No sé, suena a taller de autoayuda. Mejor dicho, ayudar a que cada uno brille en lo que es bueno. Ahí está la clave.
  • Comunicación eficaz. A veces me cuesta decir las cosas claras. Siempre tengo miedo de herir a alguien, pero al final es peor. Creo que es importante ser directo, pero con tacto. Que sepan dónde están parados. Este año he aprendido eso a las malas, tras una discusión importante con mi hermano.
  • Inteligencia emocional. La teoría es fácil, la práctica… Un desastre. A veces reacciono impulsivamente. Trato de controlarme, pero es como una olla a presión.
  • Resolución de problemas. Ahí sí me siento cómoda. Me gusta encontrar soluciones, aunque a veces me atasco en los detalles. Este año he dedicado mucho tiempo a arreglar problemas en mi casa, y creo que eso me ha ayudado.
  • Respeto. Lo básico, ¿no? Pero a veces se olvida. Escuchar a todos, valorar sus opiniones, aunque no estés de acuerdo. Es lo que intento.

Igual no soy el mejor ejemplo, pero al menos lo intento. Supongo que eso ya es algo.

¿Cómo puedo crecer como líder?

El crecimiento como líder es un proceso continuo, una metamorfosis constante. No se trata de llegar a un punto y decir “ya lo logré”. Mi experiencia personal, tras años en la industria, me confirma esto. Es una reflexión sobre la naturaleza misma del liderazgo; un reto existencial, diría.

Dominar la IA es fundamental en 2024. Su impacto en la gestión de TI es innegable. No solo se trata de usar herramientas, sino de comprender sus implicaciones estratégicas. Recuerda, el liderazgo implica previsión, ¡y la IA es el futuro! En mi último proyecto, la integración eficiente de IA nos ahorró un 15% en costos operativos.

Construir una red sólida es crucial. Una “junta directiva personal” no es sólo un concepto de negocios, también es una cuestión de filosofía. Selecciona mentores y aliados estratégicos. Gente que te desafíe, te inspire y te proporcione perspectivas diferentes a las tuyas. Esto se traduce en un crecimiento exponencial.

La comunicación efectiva es ineludible. Mejorar tus habilidades interpersonales no es un lujo, es una necesidad. La persuasión, la empatía y la capacidad de comunicar una visión son pilares del liderazgo. ¡Es la diferencia entre un jefe y un líder! Recuerda mi presentación en el congreso de este año, ¡el feedback fue impresionante!

Aspectos adicionales a considerar para un crecimiento integral:

  • El aprendizaje continuo: El conocimiento es poder, y la formación constante, una inversión en ti mismo. No hay un momento para detenerse. Recuerda siempre estar abierto a nuevas perspectivas, sobre todo fuera de tu área de confort.
  • Marca personal: Cuida tu imagen profesional. Proyecta confianza y profesionalidad. Es una estrategia esencial en este mundo competitivo.
  • Habilidades financieras: Un buen líder debe entender las implicaciones financieras de sus decisiones. Es una ventaja competitiva innegable.
  • Hablar en público: Es importante poder comunicar ideas con efectividad a una audiencia.
  • Narración: Conocer el arte de narrar historias para cautivar y motivar. La narrativa influye directamente en cómo te perciben.

En resumen: El liderazgo es un viaje, no un destino. Requiere compromiso, adaptación, y una continua búsqueda del conocimiento y la mejora. No es solo cuestión de conocimientos técnicos, sino de una visión holística. Y por último… ¡disfruta del proceso!

¿Qué debo dejar de hacer para potencializar mi liderazgo?

Para ser un líder que mole, ¡deja de hacer estas cosillas! ¡Te lo digo yo, que tengo más experiencia que un tebeo viejo!

  • Deja de ser un ogro mañanero. No pagues tus frustraciones con tu equipo. ¡No son tu saco de boxeo! Recuerda, la gente no tiene la culpa de que se te haya quemado el desayuno, o sí… quién sabe.

  • ¡Abre las orejas! Ignorar las ideas de tu equipo es como tirar a la basura un billete de 50€. ¡Quién sabe si la próxima genialidad no saldrá de la boca del becario!

  • Deja el trono a un lado. Creer que siempre tienes la razón es más peligroso que un Gremlin mojado. ¡La humildad, amiguito, es la salsa del liderazgo! A mí me costó aprenderlo, ¡te lo juro por Snoopy!

  • ¡Memoria de pez, no, por favor! Olvidarte de quién te echó una mano es más feo que pegarle a un padre. Recuerda quién te apoyó, aunque solo sea para mandarles un meme de vez en cuando. ¡Un buen líder no olvida sus orígenes!

Info Extra (Porque sí):

  • Mi vecina, que tiene un loro que habla como un político, dice que un buen líder también debe saber delegar. ¡Como si el loro supiera algo! Pero bueno, ahí lo dejo.
  • ¡Ah! Y no seas de esos que solo dan la cara cuando hay medallas que colgarse. ¡Eso huele a chamusquina!
  • Otra cosa, ¡no te duermas en los laureles! El mundo cambia más rápido que mi estado de ánimo un lunes por la mañana. ¡Mantente actualizado o te quedarás como una reliquia!
  • Por último, ¡no seas un “micromanager”! Dejar que la gente haga su trabajo es como darle alas a un pájaro. ¡Volad, pequeños, volad!

¿Cuáles son las 10 características de un líder positivo?

¡Ay, Dios mío! ¿Diez características? ¡Qué pereza! Primero, inteligencia emocional, ¡es clave! Eso sí, no como mi jefe, que es un… bueno, ya sabes. Luego, ¿respeto? Sí, claro, pero ¿respeto de verdad o ese respeto falso de “hola, adiós”?

Comunicación efectiva, ¡uff! Yo con eso fatal, me quedo en blanco. Recuerdo una reunión… un desastre. Ni idea de cómo lo resolví. Hablando de resolver, habilidades para solucionar problemas, necesarias, pero ¡qué estrés! El otro día con el lío del cliente… agujero negro.

Motivar al equipo, sí, pero ¿cómo? He intentado mil cosas y ¡nada! Un caos. Debería apuntarme a ese curso de liderazgo. Mejor mañana, ¡hoy estoy agotada! Relaciones positivas, eso sí lo domino. Al menos con mis amigos, con el curro… ¡otro rollo!

Escucha activa, es fundamental, lo sé, ¡pero a veces es tan difícil! ¡Qué ganas de interrumpir! Toma decisiones, ¡ya! Eso es lo que más me cuesta. Me bloqueo. ¡Tengo que aprender a ser más decisiva! ¡Ay, qué lío!

¿Falta algo? Ah, sí, visión, eso es súper importante. ¡La visión del futuro! Aunque la mía suele ser “sobrevivir al día”. Y creatividad, ¡para innovar!, ¡siempre! ¡Pero necesito un café! Empatía también, fundamental para entender a los demás.

  • Inteligencia Emocional
  • Respeto
  • Comunicación Efectiva
  • Solución de Problemas
  • Motivación
  • Relaciones Positivas
  • Escucha Activa
  • Toma de Decisiones
  • Visión
  • Creatividad
  • Empatía (Casi se me olvidaba)

Me voy a dormir. Mañana más. Tengo que preparar la presentación para la junta del lunes. ¡Qué miedo!

#Desarrollo Carrera: #Nuevo Empleo