¿Qué es la regla de los 3 signos?

¿Qué es la regla de los tres signos? Ay, ¿cómo explicarlo? Es algo tan básico, tan… elemental, que casi me da vergüenza hablar de ello. Pero es que, ¡me encanta! De verdad. Es como una pequeña joya matemática, ¿sabes? Una de esas cosas que te enseñan de pequeño y que luego, años después, sigues usando sin darte cuenta.

Recuerdo estar en quinto de primaria, odiaba las matemáticas, de verdad, era un desastre. Las fracciones me parecían alienígenas, las ecuaciones, un jeroglífico egipcio… Pero la regla de los tres signos… ¡ah, la regla de los tres signos! Esa sí que la entendí. ¡Como si me hubiera encontrado una llave mágica para un castillo de problemas!

Es tan simple, ¿no? Más por menos, menos… menos por menos, más… Igual por igual, positivo siempre, ¡como un rayo de sol en un día gris! Y cuando son distintos, negativo, claro. Como ese examen de matemáticas que suspendí en segundo de ESO, ¡un puñetero bajón! Pero bueno, al menos era predecible, ¿no? Sabía que iba a ser negativo, a pesar de haber estudiado (bueno, casi nada, lo admito).

Me ayuda a sentirme… en control. Sé que suena cursi, pero es verdad. En un mundo tan impredecible, saber que menos por menos siempre va a ser más, es… reconfortante. Es una pequeña constante en el caos. Y eso, en estos tiempos que corren, se agradece, ¿verdad? ¡Hasta para las cuentas del supermercado la uso! Sé que es una tontería, pero me hace sonreír pensar que, aunque sea en algo tan pequeño, tengo el control. Como esos pequeños momentos de paz que te encuentras en medio de la tormenta, ¿no? La regla de los tres signos, mi pequeño y confiable salvavidas matemático.

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