¿Qué es un efecto óptico?

¿Qué es un efecto óptico, me preguntáis? Pues… es como una broma que le juega tu cerebro a tus ojos. Una travesura, una pequeña mentira visual. Sabes que estás viendo algo, pero… ¿es eso realmente lo que hay? A veces, no. Nuestro cerebro, ¡tan listo que se cree!, se equivoca. Interpreta mal lo que le mandan los ojos, como si un mensajero le hubiera susurrado al oído una historia inventada.

Recuerdo una vez, en un viaje a la playa con mi abuela, vimos un barco en el horizonte. ¡Qué lejos parecía! Parecía un juguete de niños, diminuto, casi inexistente. Y luego, poco a poco, se acercaba, y nos dimos cuenta de que era enorme, muchísimo más grande de lo que nuestros ojos nos habían hecho creer al principio. Eso, amigos míos, es un efecto óptico. Una pequeña magia engañosa.

Claro, no es magia de verdad. La ciencia lo explica, dicen que es porque falta una explicación lógica a lo que vemos, ¿no? El cerebro, pobrecito, se agobia, se frustra, y ¡zas! Se inventa una interpretación. A veces hasta me pregunto qué más cosas “inventaba” mi cerebro cuando era pequeña, ¿será que por eso veía monstruos bajo la cama?

Un efecto óptico es una distorsión de la realidad. Una ilusión… ¡Ay, las ilusiones! Cuántas veces hemos caído en ellas, ¿verdad? Se calcula, oí por ahí, que casi el 70% de la gente experimenta algún tipo de ilusión óptica a lo largo del día, aunque sea algo minúsculo. Yo creo que más, seguro. ¡Es fascinante!

En fin, al final, un efecto óptico es simplemente… la prueba de que nuestros sentidos, a pesar de ser tan maravillosos, a veces nos juegan una mala pasada. Una pequeña, divertida, y a veces inquietante, mala pasada.

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