¿Qué pasa cuando le gritas mucho a tu hijo?

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¡Ay, qué tema tan delicado! A ver, desde mi punto de vista, gritarle a un hijo es como envenenar el alma poquito a poco. Entiendo que a veces la paciencia se agota, pero ¿de verdad vale la pena el daño? Imagina cómo se siente ese pequeño corazón al escuchar esos gritos… Se quiebra su confianza, se siente inseguro y, a la larga, eso se manifiesta en problemas serios. ¡Educar con amor es mucho más efectivo, te lo aseguro!

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¿Qué pasa cuando le gritas mucho a tu hijo? Uf… qué pregunta, ¿no? Me remueve por dentro. Es que… ¿quién no ha estado al borde de la explosión alguna vez? Yo sí, lo confieso. Hay días en que los niños te llevan al límite. Pero gritarles… no sé, es como… ¿cómo si les lanzaras piedras al corazón? Me acuerdo una vez, mi hija, la pequeña, tendría unos cinco años, desparramó un bote entero de pintura… ¡blanco brillante! por todo el salón. ¡TODO! El sofá, la alfombra… ¡un desastre! Y claro, me salió el grito, un grito horrible que todavía me resuena en la cabeza. La vi encogerse, sus ojitos se llenaron de lágrimas… y me sentí fatal. ¿De qué sirvió el grito? ¿Arregló la pintura derramada? Pues no. Solo la asusté. Luego, abrazándola mientras limpiábamos juntas (sí, juntas, porque ¿de quién era la culpa de dejar la pintura a su alcance?), pensé: ¿para qué gritar? Si con un poco de paciencia y cariño se arreglan las cosas mucho mejor. He leído por ahí que el grito continuo puede afectar su desarrollo emocional, no sé, no recuerdo las cifras exactas, pero vamos, que no es bueno, eso lo sabe cualquiera. Además, ¿qué ejemplo les damos? ¿Que los problemas se solucionan a gritos? No. Yo quiero que mis hijos se sientan seguros, que sepan que pueden contar conmigo. Y gritándoles, pues… consigo todo lo contrario, ¿no te parece? Es un trabajo diario, un aprendizaje constante. A veces fallo, claro, soy humana. Pero intento recordarme a mí misma que el amor y la paciencia son las mejores herramientas. Y que un abrazo, aunque la pintura esté por todas partes, vale más que mil gritos.