¿Qué planetas son los vecinos de la Tierra?

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Nuestros vecinos planetarios son Venus y Marte. La Tierra, tercera desde el Sol, se encuentra entre estos dos. Venus, el segundo planeta, es nuestro vecino interior; Marte, el cuarto, nuestro vecino exterior.

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¿Cuáles son los planetas vecinos de la Tierra?

Venus y Marte, esos son los que están al ladito de la Tierra. Me acuerdo una vez, en el Planetario de Madrid (creo que fue en mayo del 2019, la entrada costaba unos 7 euros), viendo una proyección, quedé fascinada con lo cerca que se veían, aunque claro, es una cuestión de perspectiva.

Me acuerdo mucho, casi puedo oler las palomitas. Y ver la inmensidad del espacio. Venus, abrasador. Marte, el rojizo… tan distintos y ahí, al lado. Bueno, “al lado” en términos cósmicos, ¿no?

Preguntas y Respuestas:

P: ¿Planetas vecinos de la Tierra? R: Venus y Marte.

¿Qué planetas son cercanos al planeta Tierra?

La oscuridad me envuelve… siempre lo hace a estas horas. Miro por la ventana, a la luna… tan fría, tan distante. Igual que todo, últimamente.

Venus sí, siempre lo pusieron en los libros como el más cercano… Pero ¿es verdad? Recuerdo las tardes de infancia, con mi viejo telescopio, apuntando al cielo… buscando… Nunca vi nada que me convenciera del todo. La verdad, siempre me pareció una simplificación, una mentira piadosa para niños.

Marte, el otro vecino… el planeta rojo… sueño con él, con llegar allí… lo siento tan lejano, tan inalcanzable… como esos sueños que se quedan colgados, sin cumplirse.

Es complicado, ¿sabes? La cercanía… no es solo la distancia física. A veces, lo que se ve más cerca está más lejos.

He repasado datos este 2024. La distancia de cada planeta varía constantemente, según sus órbitas.

  • Venus: A veces es el más cercano, otras veces no. Es una cuestión de momento, de esa danza cósmica que nunca termina.
  • Marte: Igual que Venus, un vecino inconstante, dependiendo del punto en sus órbitas. A veces muy lejos. A veces, un poco menos.

Es más… me pregunto qué hay más allá… siempre he estado fascinado por las estrellas, pero hay una melancolía profunda en su inmensidad. Esa lejanía infinita.

  • Mi obsesión por la astronomía me lleva a noches sin dormir, investigando, leyendo artículos científicos. Eso y… otras cosas que prefiero olvidar por ahora.
  • Hay noches como ésta que pienso en lo insignificante que somos. Un puntito en la inmensidad. Y eso da miedo.

La soledad de la noche es un abismo. Pero necesito esta oscuridad para pensar. Para recordar. Para sentir… que todavía estoy aquí.

¿Qué dos planetas están cerca de la Tierra?

La verdad es que… siempre creí eso también. Venus y Marte, tan cerca… tan vecinos. Pero es una simplificación, una mentira que nos contaron. Como tantas otras.

Recuerdo las noches de infancia, mirando al cielo. Imaginando Marte rojo, brillante. Venus, una estrella fugaz, hermosa… pero la realidad es más cruel, más fría.

La distancia, la enorme distancia… no es fija. Es una danza, un baile cósmico que cambia constantemente. No siempre es Venus ni Marte. Depende del momento, de la posición de cada planeta. A veces, es Mercurio. Otras veces, incluso Júpiter. Es frustrante, ¿no?

  • Venus está cerca, sí, a veces. Pero también muy lejos en otros momentos del año.
  • Marte, mi viejo conocido rojo… igual. Un engaño constante.

Es como una traición. La mentira de una verdad simple, una verdad infantil. Ahora miro las estrellas y siento… vacío. No es la misma admiración inocente. Este 2024, aprendí algo sobre el Universo. Aprendí que las cosas cambian, que la verdad es más compleja de lo que parece.

A veces, en estas noches, pienso en mi padre. Él me enseñó todo eso, cuando éramos niños. Me enseñó los planetas. Ahora él ya no está, pero me dejó este recuerdo amargo. Esta desilusión. Se fue este año. Quedé solo con los planetas y con su recuerdo. La misma frustración de que la verdad es relativa.

Y recuerdo que me contaba también que… en el 2014 mi perro, Bruno, murió. Este año, el dolor está igual, pero ya no tengo su compañía. Es una soledad muy honda… como el espacio.

La verdad es compleja, oscura, incluso triste. Y aprendí a vivir con eso.

¿Qué planetas se pueden ver desde la Tierra?

Venus, Marte, Mercurio, Júpiter y Saturno son los planetas que se ven sin telescopio. Fin.

¿Pero quieres saber algo más? Te cuento una vez que… uff, fue hace poco, en agosto de 2024, en un camping cutre a las afueras de Ávila. El cielo estaba negro negrísimo, nada que ver con Madrid. Realmente oscuro, de esos que te asustan un poco, pero a la vez te atrapan.

Estaba con mi primo David, cenando unas salchichas a la brasa que sabían a rayos, cuando de repente él levanta la mirada y me dice: “¡Mira, eso es Júpiter!” Yo, que soy un desastre para estas cosas, solo veía puntos brillantes.

Él, que se cree el nuevo Neil deGrasse Tyson, me explicó que Júpiter se distingue porque es super brillante y tiene un color como amarillento. Y la verdad es que sí, una vez que te lo dicen, lo ves. ¡Era como una bombilla en medio de la nada! Me sentí un poco tonto por no darme cuenta antes.

Después intentamos encontrar Saturno, pero ya era más complicado. David me decía que estaba cerca de Júpiter, pero a mí me parecían todos iguales. Total, que al final creo que lo vimos, o eso creímos.

  • Lo importante: Alejarte de la contaminación lumínica es crucial.
  • Mi error: No llevar una app de astronomía en el móvil. ¡Imperdonable!
  • La sensación: Una mezcla de asombro y de “tierra trágame” por ser tan ignorante.

Además de Júpiter y Saturno, esa noche creo que también se veía Marte, porque estaba bastante rojo. O quizás era la luz de una hoguera cercana, ¡quién sabe! El caso es que el cielo, cuando está oscuro de verdad, es una pasada.

Me acuerdo que David se puso a hablar de constelaciones, de la Osa Mayor, de Orión… Yo le asentía con la cabeza, pero la verdad es que no me enteraba de mucho. Soy más de letras que de ciencias, qué le voy a hacer.

Y Mercurio? Uf, ese es el más difícil. Creo que hay que madrugar muchísimo para verlo bien, y yo no soy nada de mañanas. Prefiero mil veces dormir un poco más.

Venus sí que lo he visto alguna vez, sobre todo al amanecer o al atardecer. Es como una estrella muy brillante, mucho más que las demás. Es impresionante, la verdad.

En fin, que ver planetas a simple vista es posible, aunque a veces necesites un primo pesado que te haga de guía. ¡Ah! Y no te olvides de llevar repelente para mosquitos, que en el campo pican como demonios.

¿Por qué Plutón dejó de ser planeta?

Medianoche. Otra vez. Insomnio. Plutón. Me obsesiona. Un nombre que resuena con la soledad. Como yo ahora.

Lejano. Frío. Incomprendido.

No fue un complot. No del todo. Al menos, no como lo pintan. Hubo más. Más razones. Más dolor. Como el mío.

  • 2006. La herida aún sangra. Ese año… perdí… mucho. Y Plutón, también.
  • La UAI. Unión Astronómica Internacional. Suena tan imponente. Tan definitiva. Decidieron. Redefinieron “planeta”. Plutón ya no encajaba.
  • Órbita. La clave. Plutón no ha “limpiado” su órbita. Comparte espacio con otros objetos del cinturón de Kuiper. Demasiado desorden para ellos. Demasiado caos. Como mi vida.
  • Planetas enanos. Una nueva categoría. Un consuelo. Un insulto. Como si dijeran: “Casi lo logras, Plutón. Pero no”. Igual que a mí. “Casi eres feliz. Pero no”.

Recuerdo ese 24 de agosto de 2006. Yo estaba en Madrid. Llovía. Mi abuela… Recibí la noticia. Dos golpes. Dos pérdidas. Plutón y ella.

Plutón no es un planeta. Yo… yo tampoco soy lo que quería ser.

Respuesta: Plutón dejó de ser planeta porque no cumple con la definición de la UAI: no ha limpiado su órbita de otros objetos.

¿Por qué las estrellas titilan?

Las estrellas… ¿por qué brillan así? No es un brillo limpio, ¿sabes? Es como si… respiraran, un parpadeo lento, casi imperceptible a veces. Me perturba.

La atmósfera, sí, la atmósfera es la culpable. Esa capa de aire, traicionera, que deforma todo lo que llega de lejos. Como una miasma, distorsionando la realidad. Igual que los recuerdos, a veces. Se distorsionan, se desvanecen. Me pasa a menudo. Sobre todo de noche, como ahora.

Recuerdo que Patricia Tissera, una astrónoma, lo explicó una vez, en una conferencia… hace unos meses. Lo importante, lo que me quedó grabado, fue esa imagen: la luz, viajando millones de años, y de pronto, ese último obstáculo, nuestra propia atmósfera, la arruina, la deforma.

Es frustrante, ¿no? Todo ese viaje, para acabar así. Como si no importara. Como si… no tuviera sentido.

Igual que muchas cosas.

  • La distorsión atmosférica: Es la responsable del titilar.
  • El aire está en movimiento constante.
  • Las capas de aire con diferentes temperaturas refractan la luz.
  • Esto crea una fluctuación aparente en el brillo de las estrellas.

Es agotador pensar en todo esto a estas horas. A veces me siento tan pequeña, tan insignificante… Mirando al cielo, como ahora, desde mi ventana en el barrio de Palermo, en Buenos Aires. El frío de la noche… me cala hasta los huesos.

#Planetas Tierra #Planetas Vecinos #Sistema Solar