¿Qué puedo decir para motivar a los adolescentes?

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Reconocer el trabajo duro de los adolescentes, más que sus logros o habilidades innatas, es clave para su motivación. Centrarse en la dedicación y perseverancia fomenta su autoestima y impulsa la superación personal, generando un ciclo positivo de esfuerzo y progreso.

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Más allá del talento: Celebrando el esfuerzo en la motivación adolescente

La adolescencia, etapa de cambios vertiginosos y búsqueda de identidad, se caracteriza por una fluctuante motivación. Mientras algunos brillan con talento innato, otros luchan por encontrar su lugar y sentirse realizados. La clave para motivar a un adolescente no reside únicamente en alabar sus logros o habilidades naturales, sino en reconocer y valorar su esfuerzo.

Tradicionalmente, se tiende a elogiar la inteligencia o la facilidad con la que un joven domina una tarea. Si bien esto puede ser positivo en el corto plazo, a la larga puede resultar contraproducente. Un adolescente que solo recibe elogios por su talento natural puede desarrollar una baja tolerancia al fracaso, perdiendo la motivación ante la dificultad. Su autoestima se convierte en algo frágil, dependiente de resultados externos en lugar de un esfuerzo interno.

Por el contrario, enfatizar el trabajo duro, la dedicación y la perseverancia genera un impacto mucho más profundo y duradero. Decirle a un adolescente: “Veo lo mucho que te has esforzado en este proyecto, aunque los resultados no sean los esperados”, tiene un poder transformador. Este enfoque transmite un mensaje vital: el valor reside en el proceso, no solo en el resultado final.

Imaginemos a un adolescente luchando con una materia compleja. En lugar de decir: “Eres muy inteligente, seguro que lo lograrás”, podemos optar por: “Sé que esta materia te está costando, pero admiro tu perseverancia al seguir intentándolo. ¿Qué podemos hacer juntos para facilitarte el proceso?”. Este segundo enfoque crea un espacio de colaboración, donde el adolescente se siente comprendido y apoyado, sin ser presionado por la expectativa de un resultado inmediato.

Centrarse en el esfuerzo construye una autoestima sólida y resiliente. Cuando un adolescente se siente valorado por su dedicación, independientemente de los resultados, aprende a ver el fracaso no como un fin, sino como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. Este enfoque fomenta la superación personal, generando un ciclo positivo donde el esfuerzo lleva al progreso, y el progreso, a una mayor motivación.

En resumen, la motivación adolescente trasciende el talento innato. Reconocer y celebrar el trabajo duro, la dedicación y la perseverancia es fundamental para cultivar una autoestima sólida y fomentar un desarrollo personal positivo y duradero. No se trata de minimizar el talento, sino de priorizar el proceso y el esfuerzo como pilares esenciales en el camino hacia el éxito, sea cual sea su definición para cada adolescente. El verdadero triunfo radica en la constancia y la capacidad de superación, valores que debemos ayudarles a cultivar desde la comprensión y el apoyo incondicional.