¿Qué tranquiliza a un niño con TDAH?
La calma para niños con TDAH reside en la comprensión y el apoyo. Evita las críticas; motiva y refuerza conductas positivas. Establece expectativas claras y concretas, comunicándolas previamente. La anticipación y la colaboración reducen la ansiedad y mejoran su comportamiento.
¿Qué tranquiliza a un niño con TDAH? Uf, ¡qué pregunta! Es como… ¿cómo calmar una tormenta en un vaso de agua, pero una tormenta que vive dentro de una personita? No hay una fórmula mágica, ¿verdad? Pero sí hay cosas que, por lo menos en mi experiencia, ayudan, y mucho.
Lo primero, creo yo, es la comprensión. ¿Fácil decirlo, no? Pero, ¿te imaginas vivir en un mundo que parece ir a una velocidad distinta a la tuya? Donde te cuesta horrores concentrarte en lo que “deberías” y donde tu cuerpo parece tener su propia agenda, ajena a las normas y las expectativas de los demás. Es frustrante, lo sé. Lo he visto.
Recuerdo a mi sobrino, Leo, tratando de sentarse quieto durante la cena familiar. Imposible. Se levantaba, daba vueltas, jugaba con la servilleta… Y las miradas… esas miradas de reprobación. ¿De verdad creen que lo hace a propósito? ¿Que disfruta siendo el centro de atención de esa manera? No. Lo que necesita es que lo entendamos, que no lo juzguemos.
Motivar y reforzar lo positivo, eso también es clave. En vez de decirle “¡No corras!”, intentar un “Me encanta cuando caminas tranquilo”. Suena a tontería, ¿no? Pero funciona. Con Leo, por ejemplo, descubrimos que se concentraba muchísimo dibujando. Así que, cuando sabíamos que íbamos a estar en una situación que podía ser complicada para él, le llevábamos sus lápices y un bloc. Y oye, milagros no hace, pero ayudaba.
Las expectativas claras y concisas, comunicadas con tiempo, también son importantes. Si le dices “pórtate bien”, ¿qué significa eso para un niño con TDAH? Nada. Es demasiado abstracto. Mejor decirle: “En el restaurante, necesitas sentarte en tu silla y hablar bajito”. Concreto, directo. Y, si es posible, avisarle con antelación. La anticipación, al menos para Leo, reducía la ansiedad una barbaridad. “Primero vamos a cenar, y después podemos ir al parque a correr”. Le daba un objetivo, algo que esperar.
Y bueno, lo de colaborar… Eso es un aprendizaje constante, tanto para él como para nosotros. Pero créanme, vale la pena. No se trata de “controlar” al niño, sino de ayudarlo a navegar en un mundo que a veces, simplemente, no está hecho para él. Es un camino, un proceso… Pero con paciencia, amor, y mucha, mucha comprensión, se puede.
#Niños Tdah#Tdah Calma#TranquilizarComentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.