¿Cómo aplicar la regla 50/30/20 para ahorrar dinero?

¿Cómo aplicar la regla 50/30/20 al ahorro?

Uy, el 50/30/20… ¡qué lío! Recuerdo que en junio del año pasado, intentando organizar mis finanzas (después de un gasto desmesurado en entradas para un concierto de Coldplay, ¡800 euros!), intenté aplicarlo.

El 50% para necesidades… Difícil, ¿no? Mi renta en Madrid (750 euros) ya se lleva buena parte. Sumándole luz, agua, transporte… se me iba casi todo.

Entonces, el 30% para “deseos”… casi irrisorio. Entre copas con amigos y alguna que otra pizza, se esfumaba rápido.

El 20% para ahorros… eso fue más bien un 5%. Me sentía agobiada, la regla parecía inaplicable a mi vida. Tal vez necesite un poco más de disciplina, o un sueldo mayor.

En resumen: Necesidades (50%), Deseos (30%), Ahorros (20%). Ideal en teoría, en la práctica… un poco más complejo para mi, al menos.

¿Cuál es la fórmula del ahorro?

Ahorro: Ingresos menos gastos. Punto.

• Ingresos: No es solo el sueldo. Piensa en rentas, inversiones. Yo misma vendí un cuadro viejo por una pasta. No subestimes nada.
• Gastos: La trampa. Analiza. ¿Necesitas ese café cada mañana? Yo cambié de gimnasio y me ahorro un pastón al mes.
• Ahorro: No es un número, es poder. Libertad. Invierte. No lo dejes quieto. Este año, fondos indexados, a largo plazo.

Si no cuadra, corta por lo sano. No hay excusas.

¿Cómo puedo hacer un presupuesto 50/30/20?

La regla 50/30/20. Sencilla, ¿verdad? 50% para necesidades, 30% para deseos y 20% para ahorros e inversión. Pero aterrizarla en la realidad… eso ya es otra historia. Ayer mismo revisaba mis gastos –sí, uso una hoja de cálculo, aburrido pero efectivo– e intentaba cuadrar todo. ¡Imposible! Me di cuenta de que mi café diario de especialidad se estaba comiendo una porción considerable de mi 30%. ¿Realmente necesito ese extra de cafeína con caramelo? Quizá no. ¿Me hace feliz? Sí. Dilemas del siglo XXI.

Necesidades (50%): Aquí va la renta, la comida, los servicios básicos. Lo esencial para sobrevivir. ¿Es la suscripción a internet una necesidad? En mi caso, con el teletrabajo, sin duda. A veces me pregunto si el concepto de “necesidad” es relativo. Igual que “deseo”. Interesante.

• Renta/Hipoteca.
• Comida (supermercado).
• Servicios (agua, luz, gas, internet).
• Transporte.
• Seguros.

Deseos (30%): El café, las salidas con amigos, ese videojuego que llevo meses queriendo… La vida no es solo pagar facturas. Aunque a veces lo parezca, je. Hay que disfrutar. Dentro de un orden, claro. Este mes me he pasado un poco con las compras online. Tendré que compensarlo. El equilibrio, siempre el equilibrio. ¿Una utopía?

• Ocio (cine, conciertos, etc.).
• Restaurantes.
• Suscripciones (streaming, música).
• Compras (ropa, tecnología).
• Viajes.

Ahorros e Inversión (20%): Aquí incluyo el fondo de emergencia (¿quién sabe lo que nos depara el futuro?) y mis pequeñas inversiones en bolsa. Este año, con la inflación y la incertidumbre, me he centrado más en generar ingresos pasivos. He empezado a tomar un curso online de marketing digital. A ver qué tal. A largo plazo creo que es importante diversificar.

• Fondo de emergencia.
• Inversiones.
• Ahorro para metas específicas (coche, casa).
• Formación (cursos, etc).

El truco, creo, no está en obsesionarse con los porcentajes exactos. Más bien en ser consciente de adónde va el dinero y tomar decisiones informadas. Mis padres, por ejemplo, siempre priorizaron el ahorro. Yo, en cambio, valoro más las experiencias. Cada uno tiene sus prioridades.

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Pasos para aplicar la regla:

1. Rastrea tus gastos: Apps, hojas de cálculo… lo que te funcione.
2. Categoriza: Necesidades, deseos, ahorros. Sé honesto contigo mismo.
3. Calcula porcentajes: Divide cada categoría entre el total de gastos.
4. Ajusta: Si te pasas en alguna categoría, busca dónde recortar. ¡Siempre hay margen de mejora! O eso dicen…

Recuerdo que el año pasado, en 2023, me propuse ahorrar para un viaje a Japón. Ajusté mis gastos, reduje mis salidas y al final lo conseguí. Este año, 2024, quiero centrarme en invertir en formación. Nunca se deja de aprender, ¿no? Sobre todo en un mundo tan cambiante como este.

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