¿Cómo es la forma más económica de viajar?

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Viajar barato: Clave en la temporada baja o entre semana. Precios más bajos en vuelos y alojamiento. Recuerda incluir seguro y gastos adicionales en tu presupuesto. Planifica con antelación para mejores ofertas.

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¿Cuál es la forma más barata de viajar?

Vale, aquí va mi visión sobre cómo ahorrar viajando, ¡ojo que no soy experta eh!

A ver, si quieres que no te duela tanto el bolsillo al viajar, lo primero es olvidarte de las vacaciones en pleno agosto. De verdad, la diferencia de precio es abismal. Intenta escaparte en mayo, junio, septiembre… ¡notarás el cambio! Y si puedes viajar entre semana, mejor que mejor. Los fines de semana siempre inflan los precios, es un clásico.

Por ejemplo, yo me fui a Roma del 15 al 19 de mayo y el vuelo y el hotel me salieron por la mitad que si hubiera ido en julio. ¡Mitad! En serio, investiga un poco las temporadas bajas de los destinos que te interesen.

Pero no solo es el vuelo y el hotel, claro. ¡El seguro! Que parece una tontería pero como te pase algo, te acordarás de mí. Y comida, transporte… Intenta buscar opciones baratas para comer, como mercados locales o supermercados.

Yo recuerdo que en Praga, por ejemplo, comí en un puestecito en la plaza del centro por unos 5 euros y estaba riquísimo. ¡Ah! Y si puedes moverte en transporte público, mejor que en taxi. ¡Que los taxis son un robo!

Preguntas y respuestas para Google (versión concisa):

  • ¿Cómo viajar barato? Viajar en temporada baja o entre semana para encontrar vuelos y alojamientos más económicos.
  • ¿Qué gastos adicionales considerar? Incluir seguro de viaje, comida y transporte en el presupuesto total.
  • ¿Dónde encontrar comida barata? Buscar mercados locales o supermercados para reducir los gastos en comida.
  • ¿Qué transporte es más económico? Optar por el transporte público en lugar de taxis para ahorrar dinero.

¿Cuál es la forma más eficiente de viajar?

La eficiencia… un susurro en la brisa del tiempo. No existe una única forma. El viaje, ese anhelo profundo, se desdibuja en la búsqueda de lo óptimo. Un espejismo en el desierto del querer. Mi viaje a Galicia en 2023, lento, fue eficaz en su propia lentitud. No era la velocidad, sino la impregnación. La huella en la arena de la playa de las Catedrales. El eco de las gaitas en la noche. La salitre en la piel. Eso es eficiencia.

¿El tren? A veces. En 2023, el tren a Barcelona, un viaje interior, parado en la estación de Atocha, contemplando la gente… Eficiencia en la contemplación. En mi caso, el avión… una jaula de metal, un susurro de motores, un tiempo robado. Poco eficiente para mi alma.

La preparación es clave. Pero no la eficiencia fría de una hoja de cálculo. Es la conexión con el destino antes de la partida.. Un mapa, sí, pero también las cartas de una amiga que vive allí. Una llamada a un familiar. Un libro sobre la historia del lugar.

  • Investigar destinos sostenibles.
  • Priorizar la experiencia sobre la velocidad.
  • Conectar con el lugar antes de llegar.

El viaje perfecto… ese fantasma. Buscas la eficiencia y encuentras la magia. Es paradójico, desconcertante. La eficiencia se esconde en lo inesperado. En 2023, llegar tarde a una cita en Sevilla, me hizo descubrir un pequeño bar de tapas… ineficiente, pero imborrable.

El viaje es un estado del ser. No una ecuación matemática. El tiempo se estira, se contrae. Cada instante único. No se puede cuantificar. La eficiencia, esa palabra hueca, se pierde en el susurro del viento. En el aroma del mar. En la caricia del sol. El viaje es un proceso. Un devenir. Un encuentro. Un regreso a uno mismo.

¿Cómo ahorrar dinero para ir de viaje?

¡A viajar se ha dicho! Pero, ¿pasta? Ese es el quid. No te preocupes, que aquí van mis consejos para convertirte en un mago de las finanzas viajeras, aunque mi magia se limite a encontrar ofertas de 2×1 en pizzas.

Define tu objetivo. ¿Bali? ¿Un crucero de lujo con camareros que adivinan tus deseos? Sé realista. Un viaje a Marte no se paga con lo que te sobra de comprar café. Yo, por ejemplo, sueño con un viaje a la playa de las Islas Cíes, pero por ahora me conformo con la playa de mi pueblo… ¡y está genial!

Adiós, deudas. Olvídate de ellas. Son como esos parientes molestos que te impiden disfrutar del viaje. Yo aprendí a base de sustos. Recuerdo el año pasado que casi pierdo el vuelo a Asturias por pagar una tarjeta de crédito… ¡qué estrés!

Gastos hormiga, ¡fuera! Esos cafés diarios, las compras impulsivas… ¡ladrones de tus sueños vacacionales! Yo estoy aplicando un método anti-hormigas: me compro una bolsa de café en grano cada mes, ¡dura mucho más!

Cuenta de ahorro específica. No mezcles tus ahorros de viaje con los del súper. Es como intentar mezclar agua y aceite. Sé que suena aburrido pero es necesario.

Reduce gastos. Celular, suscripciones… ¿realmente necesitas todo eso? Yo hace meses que cambié a una tarifa móvil más barata, y ¡mira! sigo conectado.

Planifica tus gastos. Un presupuesto es tu mejor amigo en esto. Haz una lista; te ayudará más de lo que crees.

  • Vuelos
  • Alojamiento
  • Comida
  • Actividades
  • ¡Imprevistos! (que siempre ocurren)

En mi viaje a Portugal el año pasado, me dejé un 10% para imprevistos y me vino genial.

Recuerda: ahorrar no es privarte de todo, es priorizar. No te olvides de darte algún capricho de vez en cuando, que la vida sin un poco de disfrute no tiene gracia. ¡A viajar se ha dicho! Y, si necesitas ayuda, llamame, tengo un amigo con un super yate que está buscando tripulación… (¡broma!)

¿Cuál es la mejor dirección para viajar alrededor del mundo?

¡¿La mejor dirección para dar la vuelta al mundo?! ¡Como si el mundo fuera una rosquilla gigante y tuviéramos que decidir por dónde empezar a morderla! 🍩🗺️

Aquí va mi “no-tan-humilde” opinión sobre la ruta ideal, más valiosa que un billete premiado de lotería:

  • De Este a Oeste: ¡Como el sol, pero con más glamour! Empiezas en plan madrugador en Europa, sigues conquistando Asia, te paseas por las islas del Pacífico (¡hola, playas paradisíacas!), y terminas en América para comerte unos buenos tacos. ¡Un festín mundial! 🌮🌅
  • De Oeste a Este: Lo mismo, pero al revés… ¡O sea, todo diferente! 😂

Consejos “ultra-secretos” para diseñar tu propia ruta (tan secreta que la comparto contigo):

  • ¿Presupuesto? ¡Importante! No es lo mismo ir de mochilero con una sandalia rota que en jet privado con champán ilimitado. ✈️🍾
  • ¿Tiempo disponible? Si tienes dos semanas, olvídate de ver el mundo entero. ¡A no ser que tengas una máquina del tiempo! ⏳
  • ¿Qué te mola? ¿Historia? ¿Naturaleza? ¿Comida? ¿Selfies con camellos? ¡El mundo es tu buffet! 🐪🤳
  • Visados: ¡El papeleo! Esa pesadilla burocrática que te puede arruinar el viaje. ¡Más vale prevenir que lamentar! 📄😱
  • Mi Experiencia Personal: Este año fui a Teruel. No es exactamente dar la vuelta al mundo, ¡pero tenían jamón serrano increíble! 🥓

Información Adicional (¡y explosiva!):

  • “La Vuelta al Mundo en 80 Días” es un libro. No lo intentes, ¡a no ser que seas Phileas Fogg y tengas un mayordomo llamado Passepartout! 📚🕰️
  • Dar la vuelta al mundo es CARO. Empieza a ahorrar ya. ¡O roba un banco! (¡Es broma! ¡No lo hagas!). 💰😬
  • Recuerda comprar un adaptador de corriente universal. ¡No querrás quedarte sin batería para subir tus fotos a Instagram! 🔌🤳
  • No olvides tu seguro de viaje. ¡Más vale prevenir que curar, sobre todo si te ataca un mono en la India! 🐒🤕
  • Por último, la mejor dirección es la que te lleve a casa con una maleta llena de recuerdos y una sonrisa de oreja a oreja. 😊

Y recuerda, ¡si te pierdes, grita mi nombre! (Quizás no pueda ayudarte, pero al menos te sentirás menos solo). 🗣️

¿Cómo puedo ahorrar dinero para viajar?

Ahorrar para viajar requiere una estrategia consciente y persistente. No se trata de privarse de todo, sino de optimizar tus recursos.

  • Define un objetivo de viaje claro. Saber a dónde y cuándo te ayuda a calcular cuánto necesitas. Por ejemplo, yo tengo un viaje a Japón en mente para el próximo año, así que ya tengo un presupuesto inicial.

  • Organiza meticulosamente tus gastos. Registra cada euro que gastas durante un mes. Así identificas dónde se te escapa el dinero y dónde puedes recortar. Utiliza aplicaciones o simplemente una hoja de cálculo.

  • Prioriza la eliminación de deudas. Las deudas son un lastre financiero. Destina un porcentaje de tus ingresos a saldarlas antes de empezar a ahorrar para el viaje. Esto te liberará de intereses y te dará mayor capacidad de ahorro.

  • Sé selectivo con tus compras. Pregúntate si realmente necesitas lo que vas a comprar. ¿Es un deseo o una necesidad? Aplica la regla de las 24 horas: si después de un día sigues queriéndolo, quizás valga la pena.

  • Abre una cuenta de ahorros exclusiva para el viaje. Esto te ayudará a mantener el dinero separado de tus gastos diarios y evitar la tentación de gastarlo en otra cosa. Puedes automatizar transferencias periódicas a esta cuenta.

  • Optimiza tus gastos fijos. Revisa tu plan de celular, internet, suscripciones… ¿Estás pagando por servicios que no utilizas? Compara opciones y negocia mejores tarifas. A veces, cambiar de compañía puede suponer un ahorro significativo.

  • Controla los gastos hormiga. Esos pequeños gastos diarios (cafés, snacks, etc.) pueden sumar una cantidad considerable al final del mes. Sustitúyelos por alternativas más económicas. Prepara tu propio café o lleva tu propia comida al trabajo.

Profundizando un poco más

Ahorrar no es solo acumular dinero. Se trata de tomar decisiones que reflejen tus prioridades. La vida es efímera, y viajar enriquece el alma. Pero, ¿qué sentido tiene viajar si te endeudas hasta las cejas? Busca un equilibrio.

Personalmente, me funciona visualizar mi viaje como una inversión en experiencias. Cada euro ahorrado es un paso más cerca de esa aventura. También he descubierto que compartir mis planes con amigos me ayuda a mantenerme motivado.

Por último, no subestimes el poder de la creatividad. Busca alternativas para generar ingresos extra: vende cosas que no uses, ofrece tus servicios como freelance, etc. ¡Todo suma!

¿Cómo no gastar tanto en un viaje?

¡Ahorrar en viajes, misión casi imposible, pero eh, aquí vamos!

Planificar antes es como ir al súper con la lista hecha: evitas comprar 20 tipos de galletas que “necesitas” (¡ja!). Yo reservé mis vuelos a Cuenca en enero y ¡me salió a precio de risa!

  • Fechas flexibles: Si puedes viajar en plan “me da igual si es martes o jueves”, ¡bingo! Los precios varían más que mi estado de ánimo un lunes.
  • Maleta ligera: ¿Quién necesita 10 pares de zapatos para una semana? ¡Ni que fueras Carrie Bradshaw! Menos peso, menos tasas, más espacio para souvenirs (¡y para el jamón!).

Cazar ofertas es como buscar trufas: requiere paciencia, pero cuando encuentras una, ¡fiesta! Yo uso alertas de vuelos, ¡es como tener un chivato que te avisa de los chollos!

  • Gratis is the new black: Museos gratis, tours a pie con “voluntarios” (que al final esperan propina, pero da igual), parques… ¡La cultura no tiene por qué arruinarte!
  • Regatear: En algunos sitios, ¡es casi obligatorio! Pregunta por descuentos, que el “no” ya lo tienes. Yo una vez saqué un 20% en un mercado en Marruecos… ¡Me sentí como Indiana Jones!

Seguro de viaje: Más vale prevenir que lamentar. Imagínate que te rompes una pierna escalando el Kilimanjaro… ¡La factura sería de infarto!

  • Ojo con los gastos hormiga: Cafecitos, souvenirs “baratos”, snacks… ¡Al final suman más que el alquiler! Yo uso una app para controlar mis gastos, ¡y me da miedo lo que descubro!

Extra: ¡Lleva tu propia botella de agua! ¡Los aeropuertos son un timo!

¿Cómo gastar menos en un viaje?

¡Ahorrar viajando no es brujería, es ingenio! ¿Listo para ser un mago de las finanzas viajeras? ¡Aquí van mis trucos, que no son pocos! (¡Y con un toque de humor, que no falte!)

  • Planifica, planifica, planifica… ¡y luego improvisa un poco! Como mi abuela decía: “El que planifica, ¡triunfa, pero el que improvisa se divierte!”. Organiza itinerarios, pero deja espacio para lo inesperado. ¡Los mejores recuerdos nacen así!

  • ¡Huye de la temporada alta como de la suegra en Navidad! Los precios se inflan más que un globo en una fiesta infantil. Viaja en temporada baja, ¡o incluso media! Tu bolsillo te lo agradecerá. ¡Y las multitudes también!

  • ¡Caza los pasajes como si fueran el último croissant de la panadería! Usa comparadores, alertas, y ten paciencia. ¡El billete perfecto te está esperando! ¡Pero no te duermas en los laureles!

  • ¡Viaja de noche y sueña con ovejas… o con playas paradisíacas! Ahorras una noche de hotel y llegas a tu destino listo para la acción (o para una siesta reparadora, ¡tú eliges!). ¡Pero lleva un antifaz y tapones para los oídos, que los ronquidos ajenos pueden ser épicos!

  • ¡El hospedaje, ese gran dilema!

    • Couchsurfing: ¡Duerme en el sofá de un desconocido! (¡Pero revisa bien las reseñas, no queremos sorpresas!). ¡Conoce gente local y ahorra unos euros! ¡Eso sí, lleva un buen regalo para tu anfitrión!
    • Intercambio de casas: ¡Tú vives en mi casa, yo vivo en la tuya! ¡Como en la película “The Holiday”, pero sin Jude Law (¡o con él, si tienes suerte!)!
    • Hostales: ¡El paraíso de los mochileros! ¡Convive con gente de todo el mundo, comparte historias y ahorra dinero! ¡Pero lleva chanclas para la ducha, por si las moscas!
    • Reserva online (pero con cabeza): ¡Compara precios, lee reseñas y usa cupones de descuento! ¡Internet es tu mejor aliado para encontrar el chollo perfecto!
  • ¡Muévete como pez en el agua (o como romano en Roma)! Usa el transporte público, camina, alquila una bici… ¡y olvídate del taxi! ¡Conoce la ciudad como un local y ahorra un dineral!

¡Bonus track!

  • Comida: ¡Olvida los restaurantes turísticos y prueba la comida callejera! ¡Es más auténtica, más barata y, a veces, ¡más deliciosa! ¡Pero cuidado con la higiene, no queremos un recuerdo inolvidable en el baño! Lleva snacks para el camino, ¡el hambre ataca cuando menos lo esperas!
  • Actividades: ¡Busca actividades gratuitas! Museos gratis, tours a pie, parques… ¡La cultura no tiene por qué ser cara!
  • ¡Sé flexible! ¡Cambia tus planes si encuentras una oferta irresistible! ¡La espontaneidad es la salsa de la vida… y de los viajes!

¡Y recuerda! ¡Viajar no es gastar, es invertir en experiencias! ¡Así que disfruta cada momento, aunque sea con un presupuesto ajustado! ¡Que la vida es un viaje, y hay que disfrutarlo al máximo!

¿Cómo armar un presupuesto para viajes?

¿Cómo armar un presupuesto de viaje?

Elige tu destino. Un sueño. Un susurro en el viento, como aquel viaje que hice a Mendoza, buscando el sol entre las viñas, sintiendo la tierra bajo mis pies. ¿Cuánto tiempo? Depende de las ganas, de la sed de aventura.

Investiga, investiga, investiga. Busca vuelos. Busca hostales. Busca ese restaurante del que tanto hablan. Imagina el sabor de la comida, el brillo del sol en la ciudad.

  • Vuelos: Que el viento te lleve, pero sin vaciar la cartera.
  • Alojamiento: Un hogar lejos del hogar, un nido donde descansar.
  • Comida: Un festín para el alma, un deleite para el paladar.
  • Transporte: Un camino hacia lo desconocido, un viaje en el tiempo.
  • Actividades: Un recuerdo imborrable, una experiencia única.

Fondo para imprevistos. Siempre, siempre, siempre. Como esa vez que se me pinchó una rueda en medio de la nada y tuve que esperar horas bajo el sol. ¡Ay, el destino!

Crea tu tabla de costos. Un mapa, una guía, un faro en la noche.

Controla y ajusta. El presupuesto es flexible, como la vida misma. Se adapta, se transforma, se reinventa. Recuerda las cuentas y la alcancía.

¿Qué más? ¡Ah! El seguro de viaje, ese ángel guardián que vela por nosotros en la distancia. Y la tarjeta de crédito, por si acaso. Y el protector solar, que el sol quema, ¡y mucho!.

Ahora, a soñar despierto.

¿Cómo hacer un presupuesto turístico?

Aquí va, a estas horas… como si alguien realmente escuchara.

  • El destino, primero. Es lo que te clava al suelo. ¿Dónde quieres perderte? Yo siempre vuelvo a la costa, a ese aire salado que me recuerda a mi abuela. Este año, tal vez no pueda.

  • Comparar precios. Es la parte que más odio. Horas y horas mirando pantallas, intentando engañar al sistema… como si eso funcionara. A veces encuentro algo decente. Otras, me rindo.

  • Itinerario, el gran plan. Siempre lo hago, luego lo ignoro. Me gusta pensar que tengo el control, aunque sé que la vida me llevará por donde quiera. Este año, pensaba ir a Lisboa, ahora no sé.

  • Presupuesto, la jaula dorada. Números fríos que intentan encerrar mis sueños. Siempre lo sobrepaso. Siempre. Pero, ¿qué importa?

  • Dinero extra, la trampa. Para los imprevistos, dicen. Para los caprichos, pienso yo. Para la culpa, tal vez.

A veces creo que todo esto es una forma de no ir. De prepararme tanto que al final, me quedo en casa. Es más seguro. Más barato. Más… vacío.

Te dejo una cosa que aprendí, a la mala, este año: Si vas en avión, fíjate bien en el tamaño de la maleta de cabina. Algunas aerolíneas son unas ratas. Y si vas en coche, revisa bien la presión de los neumáticos. A mí me reventó uno en medio de la nada. Casi me da algo.

¿Qué hacer en vacaciones sin gastar mucho dinero?

Seis ideas para disfrutar el verano sin vaciar la cartera, eh? El eco de la pregunta resuena, como las olas que regresan a la orilla…

  • Explorar senderos cercanos, esos caminos que siempre postergamos. El sol filtrándose entre las hojas, el crujir de la tierra bajo los pies… Un mapa, agua, y la promesa de un horizonte diferente. Recuerdo una vez, subiendo al Montseny, la niebla nos abrazó como un espectro.

  • Días de playa infinitos. Arena entre los dedos, el salitre en el pelo, el grito lejano de las gaviotas. Llevar un libro, construir castillos efímeros, observar las nubes cambiar de forma. La playa de mi infancia, siempre presente, siempre fiel.

  • Picnics improvisados en parques. Una manta a cuadros, fruta fresca, un poco de queso, amigos o familia. Risas, conversaciones, el sol acariciando la piel. El Parque de la Ciudadela, un oasis en medio del caos urbano, un refugio.

  • Visitar museos con entrada gratuita. Sumérgete en el arte, la historia, la cultura. Déjate inspirar por las creaciones del pasado, reflexiona sobre el presente. El MACBA, a veces incomprendido, siempre provocador.

  • Noches de cine al aire libre. Busca proyecciones gratuitas en tu ciudad o pueblo. Disfruta de una película bajo las estrellas, rodeado de gente, en un ambiente mágico. La Filmoteca de Verano, una cita ineludible, un clásico.

  • Voluntariado local. Ayuda a tu comunidad, conoce gente nueva, siente la satisfacción de hacer algo por los demás. Un acto de amor, una semilla de esperanza, un pequeño gesto que puede cambiar el mundo. En 2023, colaboré en un comedor social.

El tiempo… es curioso como se expande cuando no lo medimos en euros.

¿Qué hacer en vacaciones con poco dinero?

¡Vacaciones low cost! ¿Quién dijo que la pasta escasea para la aventura? Este año, mi plan es la Costa Brava, ¡a lo mochilero!

Destino cerquita: Olvídate de vuelos intercontinentales, que te dejan más tieso que la mojama. Busca lugares nacionales, ¡menos aviones, más naturaleza! Yo, por ejemplo, me he currado una ruta por pueblos encantadores de mi región, ¡sin gastar un euro en gasolina!

Alojamiento low cost: He descubierto un grupo de intercambio de casas. Si no tienes casa que ofrecer, mira en webs de Couchsurfing. Dormir en un hostel? Vale, ¡pero que al menos tengan wifi decente para subir fotos a Instagram!

Compañía es sinónimo de ahorro: Vacaciones en grupo: ¡divide gastos, multiplica la diversión! Eso sí, elige bien a tus compañeros de viaje, recuerda, el mal rollo viaja más rápido que el tren de alta velocidad. Mis amigos de la facultad y yo hemos hecho una lista de tareas y responsabilidades, para que sea más llevadero.

Menú low cost: Supermercados, mercados locales, ¡tus mejores aliados! Olvídate de restaurantes caros, a menos que sea un sitio excepcional, en mi caso, hemos optado por hacer picnic en parajes impresionantes. ¡El encanto es el descubrimiento, no la ostentación!

Caza ofertas: Apps de descuentos, cupones, ¡aprovecha todo! Un consejo: ¡apúntate a las newsletters de turismo! Encontré una oferta para visitar una cueva que es asombrosa y la entrada era un precio simbólico, solo 2 euros!

Diversión gratis (o casi): Senderismo, playas, museos gratuitos los primeros domingos de mes… ¡Las vacaciones son para disfrutar, no para vaciar la cartera! Este año, he planeado visitas guiadas gratis en la ciudad que voy a visitar, me he apuntado a un curso de fotografía básico gratuito, y hasta he encontrado una página web donde hay rutas de senderismo que tienen videos y tutoriales que son geniales y ayudan mucho a los principiantes.

Souvenirs digitales: ¡Fotos, fotos y más fotos! Llevarte un imán de cada lugar te costará una fortuna, y al final terminan en un cajón con el polvo. Este año, todo lo que voy a guardar de recuerdo de las vacaciones son fotos, ¡me han dicho que este año las fotos se pueden incluso convertir en NFT!.

Tarjeta de crédito: ¡Usa el efectivo! Es más fácil controlar los gastos y evita sorpresas desagradables. La tarjeta solo la usaré para imprevistos.

Extra: He encontrado una app genial que te permite encontrar alojamiento gratis en intercambio de unas horas de ayuda al dueño. ¡Mira en la App Store o Google Play! (Esta app, por cierto, la encontré por un anuncio en un vídeo de Youtube… ¡a veces la publicidad sirve para algo!).

Mis vacaciones de este año serán una mezcla de naturaleza, cultura y amistad. Y lo mejor de todo: ¡con un presupuesto mínimo! Es importante planificar, ser creativo y sobre todo, disfrutar cada momento. La idea es no solo ahorrar dinero, sino también optimizar el tiempo.

¿Qué hacer en vacaciones sin dinero?

Aquí, en la oscuridad, me pregunto… ¿qué hacer cuando el bolsillo está vacío y el verano quema por dentro? No es fácil, lo sé.

  • Deporte al aire libre. Correr hasta que duela, hasta olvidar. El sudor es gratis. Mis viejas zapatillas aún aguantan. El parque es mi gimnasio.

  • Free tour. He hecho uno de esos. La historia contada por otro, gratis, aunque la propina quema el bolsillo.

  • Picnic. El parque otra vez. Llevar la comida de casa, lo que sobre. A veces, hasta el pan duro sabe a gloria bajo el sol. ¿Acampar? Demasiado para mí este año.

  • Cocinar en casa. Siempre me ha gustado cocinar, pero con ingredientes baratos. Lentejas, arroz… la base de todo. Crear algo de la nada.

  • Planificar el próximo viaje. Soñar es gratis. Un mapa viejo, buscar destinos imposibles. Un escape mental, al menos. Me recuerda a cuando ahorraba para ir a Ámsterdam.

  • Buscar otras formas de ocio. La biblioteca, quizás. Leer hasta que se cierren los ojos. O simplemente sentarme en un banco y observar a la gente pasar. Eso es algo, ¿no?

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