¿Cómo identificar una moneda de plata falsa?

¿Cómo identificar una moneda de plata falsa? ¡Ay, Dios mío, qué rollo! A mí me da una cosa pensar en que me la cuelen con una moneda falsa, ¿sabes? Me imagino la cara que se me quedaría… Lo primero, lo primero que hago siempre es cogerla con cuidado, así, entre los dedos, y tocarla. Si la noto rara, como… ¿cómo decirlo? Resbaladiza, jabonosa… ¡mal asunto! Eso ya me hace saltar todas las alarmas. Una moneda de plata de verdad, de las auténticas, tiene un tacto… especial. No sé cómo explicarlo, es como… sólida, ¿no? Genuina. Se siente diferente. ¡Vamos, que no me la dan con queso! Una vez, en un mercadillo, me intentaron vender una moneda que supuestamente era de plata… ¡Menuda pinta tenía! Brillaba demasiado, parecía de juguete. Claro, con ese tacto raro que te digo, como si fuera de plástico… Casi me río en la cara del vendedor, ¿te lo puedes creer? Le dije: “Mire, esto no es plata ni en broma”. Me miró con una cara… En fin, mejor ni recordarlo. Dicen por ahí, no sé si será verdad, que las monedas falsas pesan menos. Algo he leído sobre la densidad de la plata y no sé qué historias… Pero vamos, que yo no me pongo a hacer cálculos ni nada de eso. Para mí, lo importante es el tacto. Esa sensación… Es como cuando coges un buen jersey de lana, ¿sabes? Se nota la calidad. Pues con la plata igual. Y si aún así tengo dudas, pues… ¡a un experto! Que para eso están. Mejor prevenir que curar, ¿no? Que luego te quedas con la moneda falsa y con cara de tonta. Y eso, desde luego, no me va a pasar a mí.