¿Cómo se calcula la tasa de absorción?

¿Cómo se calcula la tasa de absorción? Pues… ¿cómo explicarlo? Es como… ¿sentir el pulso del mercado, no? A ver, imagínate: ves un montón de casas que vuelan, que se venden rapidísimo. ¡Eso te da subidón! Piensas: “¡Aquí hay movimiento, aquí hay negocio!”. Pero claro, la emoción no lo es todo. Necesitas aterrizar, ¿verdad? Para eso está este cálculo, dividir las ventas entre el total y multiplicarlo por cien. Es como… como si le tomaras la temperatura al mercado, ¿me entiendes? Te da una idea más clara de cómo está la cosa realmente.

Por ejemplo, el otro día vi una urbanización nueva cerca de donde vive mi hermana. Un montón de carteles de “Se vende”, pero luego me puse a investigar y ¡zas! En tres meses solo se habían vendido dos. Ahí la tasa de absorción te dice clarito que algo falla, ¿no? Quizás los precios están por las nubes, o la zona no es tan atractiva como parecía. A mí me pasó algo parecido cuando buscaba piso. En un barrio me enamoré de la arquitectura, todo precioso, pero luego me di cuenta de que llevaba meses con los mismos anuncios. ¿Para qué engañarme? La tasa de absorción me ayudó a no meter la pata. ¡Menos mal!

Es que, a veces, uno se deja llevar por la primera impresión, ¿a que sí? Ves un par de casas vendidas y piensas que todo va viento en popa. Pero con este cálculo, con la tasa de absorción, te obligas a mirar más allá, a ver el panorama completo. Y eso, al final, te da seguridad. No sé, a mí me da tranquilidad. Es como tener un as bajo la manga. Porque, al fin y al cabo, ¿quién quiere comprar o vender a ciegas? Mejor saber a qué te enfrentas, ¿no crees?