¿Cómo se hace el Wallet?

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Para crear un Wallet, descarga la app Google Wallet desde Google Play. En la aplicación, toca Añadir a Wallet y sigue las instrucciones para verificar tu tarjeta.

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Más allá de la app: Entendiendo la creación de un Wallet digital

Si te preguntas cómo se hace un Wallet, la respuesta va más allá de simplemente descargar una aplicación. Si bien la frase “crear un Wallet” suele asociarse con la instalación de una app como Google Wallet (donde, efectivamente, basta con descargarla desde Google Play, tocar “Añadir a Wallet” y seguir las instrucciones para verificar tu tarjeta), comprender su funcionamiento real implica profundizar en la tecnología que lo sustenta.

Un Wallet digital, o billetera digital, no se “crea” en el sentido de manufacturar un objeto físico. Se trata de un servicio, una plataforma digital que te permite almacenar y gestionar información de pago, tarjetas de fidelización, entradas, tarjetas de embarque e incluso identificaciones. La “creación” desde la perspectiva del usuario se limita a configurar el servicio en su dispositivo, pero detrás de esa aparente simplicidad se esconde un complejo entramado tecnológico.

Para entender cómo “se hace” un Wallet, debemos considerar tres capas principales:

1. La aplicación: Esta es la interfaz con la que interactúa el usuario. Google Wallet, Apple Pay, Samsung Pay, son ejemplos de aplicaciones que ofrecen el servicio de Wallet. Estas apps se desarrollan utilizando lenguajes de programación específicos para cada sistema operativo (iOS, Android), y su función principal es proporcionar una interfaz intuitiva y segura para gestionar la información sensible del usuario.

2. La infraestructura de seguridad: Aquí reside la verdadera complejidad del Wallet. Sistemas de tokenización, cifrado de datos y autenticación biométrica (huella dactilar, reconocimiento facial) son cruciales para garantizar la seguridad de las transacciones. Esta capa implica complejos algoritmos criptográficos y protocolos de comunicación segura que protegen la información del usuario ante posibles fraudes. La “creación” de esta capa implica un profundo conocimiento de seguridad informática y una inversión considerable en infraestructura.

3. La red de pagos: El Wallet no funciona aisladamente. Necesita interactuar con las redes de pago existentes (Visa, Mastercard, American Express, etc.) y los terminales de punto de venta (TPV). Esto requiere la implementación de protocolos de comunicación estandarizados y acuerdos comerciales entre las empresas que desarrollan los Wallets y las entidades financieras. La “creación” en este nivel implica negociaciones, integraciones de sistemas y un riguroso cumplimiento de las normativas de cada país.

Así pues, mientras que para el usuario “crear” un Wallet puede resumirse en descargar una app y agregar una tarjeta, detrás de esa simple acción se esconde un sofisticado sistema que involucra desarrollo de software, seguridad informática, infraestructura de redes y acuerdos comerciales. Comprender esta complejidad nos permite apreciar el valor y la innovación que representan los Wallets digitales en la transformación del ecosistema de pagos.