¿Por qué se me ha cortado la regla?

¿Qué pasa cuando se acorta el periodo menstrual?

Uf, ¿qué pasa si el periodo se acorta? A ver, a ver…

• Embarazo. ¿Podría ser? ¡Ojalá! Aunque con la edad que tengo…
• Anticonceptivos… Mmm, sí, empecé con las pastillas nuevas hace poco. ¿Será eso?
• Premenopausia. ¡Ay, no! ¡Qué horror! ¿Ya me está tocando?

Bueno, apunta: seguimiento del ciclo. ¡Importantísimo! Usar una app o algo. Me acuerdo cuando era joven y ni caso le hacía a estas cosas. ¡Qué inconsciente! Ahora sí que me preocupa. ¿Y si es algo más grave?

• Estrés. ¡Seguro! Con el trabajo que tengo…
• Problemas de tiroides. ¿Tendré que ir al médico?

¡Necesito controlar mejor mi ciclo! ¿Qué día me vino la última vez? ¿Cuándo me toca ahora? Apuntarlo todo, sí, sí. Uff… ¡Qué rollo! ¡Ojalá sea solo por las pastillas!

• Ciclo menstrual corto: Causas potenciales.
• Seguimiento del ciclo: Clave para detectar cambios.
• Consulta médica: Importante ante irregularidades persistentes.

¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando no menstruas?

Ausencia menstrual. Cambios. Sí, pasan cosas.

• Cefaleas. Tal vez migrañas, tal vez no.
• Visión borrosa. A veces ocurre.
• Libido baja. No siempre importa. El deseo, una quimera.
• Infertilidad. La biología, a veces cruel. La vida sigue su curso.

Ovarios inactivos. Sin óvulos. Sin embarazo. Fin.

• Mi prima Ana. Ella lo sufrió.
• Tratamientos. A veces funcionan, a veces no.

Causas. Estrés, dieta, genética. Todo influye.

• Yo misma. Periodos irregulares siempre.

Consecuencias. Más allá de lo físico. A veces, una liberación.

• Menopausia precoz. Una posibilidad. La vida es cambio.

Reflexión final. El cuerpo, un misterio constante.

¿Qué pasa cuando se quita la menstruación?

¡Ay, la menopausia! Me pilló en pleno 2023, a mis 48 tacos, en un viaje a Asturias, rodeada de verdes prados y el olor a mar. De repente, ¡zas! Se acabó. Sin previo aviso, ni un adiós. Solo… silencio. Un silencio raro, un vacío en el calendario menstrual que antes llenaba mi vida (sí, lo sé, suena dramático pero es la verdad).

El cuerpo, un lío. Sofocos, ¡madre mía los sofocos! Sentía como si alguien me hubiera prendido fuego por dentro. Sudor a mares, ropa empapada. En plena ruta de senderismo, tuve que parar a cambiarme de camiseta como una loca. Recuerdo esa sensación de humillación, que se mezclaba con el calor insoportable. Era horrible.

• Sofocos intensos.
• Insomnio. ¡Dormir era una misión imposible!
• Cambios de humor… ¡ufff! Mi paciencia se evaporaba como agua en el desierto.
• Sequedad vaginal. ¡Otra cosa que no me esperaba!

Pensaba “¿Y ahora qué?”. El ginecólogo me explicó los cambios hormonales, bla, bla, bla… pero yo solo sentía miedo. Miedo al cambio, a envejecer, al vacío que sentía. Pero bueno, la vida continúa, aunque ahora de una forma distinta. Con pastillas para los sofocos, crema vaginal y más paciencia, claro. Me siento diferente, pero no peor.

Menopausia: cese definitivo de la menstruación. Perimenopausia: periodo previo a la menopausia. Síntomas: sofocos, insomnio, cambios de humor, sequedad vaginal. Tratamiento: hormonal, otros tratamientos.

¿Qué consecuencias trae cortar la regla?

La ausencia… un vacío que se instala, lento, como la sombra alargándose en la tarde. Cortar la regla… una decisión, una marca en el tiempo, un silencio que grita. Infertilidad, esa palabra, dura, seca como el desierto. Se cierne, una amenaza latente. El cuerpo, antes un río, ahora un cauce seco.

El eco de la vida, silenciado. No hay latido de embrión, sólo la angustia. Problemas con el embarazo, sí, los fantasmas susurran en la oscuridad. Un aborto… la pérdida, un abismo profundo. El dolor, un océano inmenso, sin fin. El ciclo roto, la danza de la vida interrumpida.

• Amenorrea: la ausencia.
• Desequilibrio hormonal: la raíz, a veces oculta, siempre poderosa.
• Embarazo: una promesa que se desvanece.

El tiempo se contrae, se dilata. Recuerdo a mi amiga Ana, en 2024, su lucha… la desesperación en sus ojos. La esperanza, un hilo, casi invisible. Ella… la conozco bien. El dolor es real.

La infertilidad, una condena silenciosa. La imagen… la ecografía vacía. La frustración, la imposibilidad. Se repiten en mi mente las palabras del doctor, en aquella consulta… fría, despersonalizada. Los números, las estadísticas… no consuelan.

El cuerpo femenino… un misterio, una fuerza, una fragilidad. Manipularlo… tiene un precio. Alto. Un precio que puede pagarse con lágrimas, con desesperación, con una ausencia devastadoramente profunda.