¿Cuál es el valor de emprender?

¿Cuál es el valor de emprender? Uf, qué pregunta… ¿Verdad? Es como preguntarse cuál es el valor de respirar, de soñar. Emprender… es… crear algo de la nada. Bueno, no exactamente de la nada, ¿no? Sale de ti, de tus tripas, de esas ideas locas que te dan vueltas en la cabeza a las tres de la mañana. Es darles forma, ¡es darles vida!

Implica, sí, crear valor, como dicen por ahí. Pero es un valor que va más allá del dinero, ¿no crees? Es el valor de ver tu idea hecha realidad. Recuerdo cuando empecé con mi pequeño negocio de jabones artesanales… ¡Dios mío, la de horas que le metí! Aprendiendo a mezclar los aceites, los aromas… Casi quemo la cocina un par de veces, ja, ja. Pero la satisfacción de ver mi primer jabón terminado, con su forma perfecta y su aroma a lavanda… ¡no tiene precio! Eso es crear valor.

Y claro, también está la innovación, ¿cómo no? Buscar nuevas formas de hacer las cosas. A veces funciona, a veces no. Recuerdo que intenté hacer un jabón con forma de cactus… Un desastre total, ¡parecía más bien una patata deforme! Pero bueno, de los errores se aprende, ¿o no?

Impacto… esa palabra tan grande. Pues sí, emprender también es generar impacto, aunque sea pequeño. Con mis jabones, por ejemplo, contribuyo a que la gente use productos más naturales, más respetuosos con el medio ambiente. Y eso, aunque parezca una tontería, me llena de orgullo.

Dicen que los emprendedores somos… ¿cómo era? Ah, sí: iniciativa, creatividad, tesón y resiliencia. ¡Casi nada! Suena a superhéroe, ¿verdad? Ja, ja. Bueno, algo de eso hay. Tienes que tener iniciativa para lanzarte a la piscina, creatividad para buscar soluciones, tesón para no rendirte a la primera de cambio (¡acuérdate de mi jabón-patata!) y resiliencia para levantarte después de cada tropiezo. Y motivación, mucha motivación. Si no, ¿para qué te metes en este lío? Responsabilidad, también, claro. Al final, eres el capitán del barco.

Y sí, también es cierto que emprender puede ser inspirador. Inspirarte a ti mismo y a los demás. A veces me escriben personas diciéndome que mi historia les ha animado a perseguir sus propios sueños. Y eso… bueno, eso es impagable. ¿No te parece?

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