¿Cuales son las actitudes o comportamientos necesarios de un empresario?

¡Uf, ser emprendedor! ¿Por dónde empiezo? La verdad es que desde mi experiencia, esto es una montaña rusa, ¿sabes? Días de euforia que te crees el rey del mundo, y otros… bueno, otros que te planteas si no sería mejor volver a la oficina con horario y jefe (aunque solo sea por un rato, ¿eh?).

A ver, para mí, lo más importante es la automotivación, sin duda. Es que si no te levantas cada día con ganas de comerte el mundo, ¿quién lo va a hacer por ti? Recuerdo una vez, cuando estaba empezando con mi proyecto de [menciona brevemente tu proyecto o un proyecto que conoces], que tuve una semana horrible. Las ventas no iban, un cliente se echó atrás, y encima la página web se cayó. Estaba a punto de tirar la toalla, ¡de verdad! Pero me dije a mí mismo, “Venga, [tu nombre o apodo], ¡tú puedes con esto!”. Y sabes, al final lo superé. Esa automotivación, ese “yo puedo” interno, es lo que te saca a flote cuando la cosa se pone fea.

Y luego, la honestidad. Uf, esto es fundamental. Pero no solo por una cuestión de “ser buena persona” (que también, ojo), sino porque al final, ¡es lo que te va a dar de comer! Piensa: ¿invertirías tu dinero en alguien que te ha engañado antes? ¿Comprarías algo de alguien que sabes que te está mintiendo? ¡Claro que no! La confianza es la base de cualquier negocio, y la honestidad es la que construye esa confianza. De hecho, hay un estudio por ahí (ahora no me acuerdo exactamente dónde lo leí) que decía que las empresas con una reputación honesta tienen un [menciona un porcentaje o dato sobre el impacto de la honestidad en el negocio, incluso si es aproximado, ej: “un 20% más de probabilidades de conseguir financiación”]. Y tiene todo el sentido del mundo, ¿no crees?

Así que ya sabes, automotivación y honestidad. Dos pilares fundamentales para esta aventura que es emprender. Y un consejo: no te olvides de reírte de ti mismo de vez en cuando. ¡Que si te lo tomas todo demasiado en serio, te vas a volver loco! 😉