¿Cuáles son las desventajas de tener una empresa?

¿Desventajas de tener una empresa? Ay, Dios mío… ¿Por dónde empiezo? Es como si te subieran a una montaña rusa sin cinturón de seguridad, ¿sabes? ¡Un sube y baja de emociones que te deja exhausto!

Claro que suena bonito, el crecimiento, la independencia… Yo soñaba con eso, con mi propia empresa, con ser mi propio jefe. Y lo logré, sí, pero… ¿a qué precio? De repente, te encuentras tan metido en la gestión que te alejas de lo que realmente importa: tu equipo. Recuerdo a Elena, mi primera empleada, una chica con una energía increíble. Antes, tomábamos café juntas, charlábamos de nuestras vidas, ahora… casi ni la veo. Está ahí, trabajando duro, pero la conexión se perdió, ¿y la culpa? Es mía. Es el precio del éxito, dicen.

Y luego están los impuestos, las leyes… ¡un auténtico monstruo burocrático! Es un sinfín de papeleo, de formularios que te absorben el tiempo, te roban la energía. He pasado noches enteras desvelado, con la cabeza llena de números, de plazos… ¿Vale la pena tanto estrés? A veces, bajo la montaña de facturas, me lo pregunto seriamente.

Y lo peor… el impacto ambiental. Al principio, era una empresa pequeña, con una huella ecológica… digamos, manejable. Pero a medida que crecía, la cantidad de residuos que generamos se multiplicó por diez, ¡por veinte! Recuerdo un informe, creo que eran… 500 toneladas de cartón al año. ¡Cincocientas! Me sentí fatal. Es una lucha constante por encontrar soluciones más sostenibles, por compensar ese daño… pero es un proceso lento, doloroso. ¿Cómo se equilibra el crecimiento con la responsabilidad ambiental? Aún busco la respuesta.

Así que sí, tener una empresa… es una aventura apasionante, pero también una lucha constante, dura. Una lucha contra la burocracia, contra el tiempo, contra la propia conciencia. ¿Lo volvería a hacer? No lo sé… quizás. Pero con más sabiduría, con más conciencia, con… más tiempo para Elena y su café.